MATAMOROS, Tamaulipas.- Con el llamado “boom” petrolero generado por las reforma energética se ha creado una expectativa no muy exacta del papel que jugará la región en lo futuro, así como los verdaderos alcances que tendrá luego de que se profundicen los trabajos de exploración y explotación de los yacimientos del Cinturón Plegado Perdido que se encuentra frente a las costas de Matamoros, en pleno Golfo de México.
Incluso con la exploración del gas “shale” en todo lo que es la cuenca de Burgos, que comprende parte muy importante de la frontera de Texas con Tamaulipas, aún no se tiene una exacta dimensión de lo que esto significa en infraestructura y en material humano para la industria.
El espejismo de lo que representa el desarrollo petrolero no nos ha permitido valorar en todo lo que cabe las condiciones que tenemos en la región para afrontar este reto.
Por muchas personas se ha dicho que la explotación de todos estos recursos sólo se quedará con las empresas o entidades que cuenten con la tecnología y el recurso, mientras que el país en general captará una ganancia que se disolverá en beneficio de todas las entidades del país, sin que haya un beneficio directo a la localidad que en lo particular estará pagando el costo del desarrollo petrolero.
Hasta ahora no nos hemos puesto a pensar sobre los requerimientos que se necesitan en realidad para atender sólo el ramo petrolero, el cual si bien es una potente generador de empleo por si mismo, toda la mano de obra la tiene captada Petróleos Mexicanos (Pemex) para satisfacer sus servicios elementales, sin recurrir a la mano de obra local la cual aún sigue siendo muy incipiente, por lo que su potencial será desplegado a largo plazo.
Atraso histórico
Dicho en otras palabras ya planteadas por Pemex en un estudio que recogió tanto el Instituto Municipal de Planeación así como la Secretaría de Desarrollo Económico, nuestra región y en conjunto nuestro país tiene un retraso en infraestructura y desarrollo tecnológico petrolero que data de aproximadamente 73 años, con respecto a la industria petrolera norteamericana que comenzó a invertir en la explotación del “oro negro” a partir de 1942.
En ese año la industria petrolera norteamericana inició su trabajo para comenzar a captar este recurso no renovable, donde tuvo que ir adquiriendo experiencia, desarrollando sus cuadros técnicos y profesionales y obtener una tecnología propia para la explotación, lo que requirió el crecimiento de proveedoras con altos niveles de conocimiento sobre lo que se requería en la industria, creciendo al ritmo de las necesidades de la propia industria.
Industria petrolera desfasada
Esta situación de retraso lo que podría poner en jaque la captación de los beneficios de la industria en el país y en la región, pues de acuerdo con números ofrecidos por el Instituto Mexicano del Petróleo, único organismo a nivel nacional que tiene la visión y la facultad para definir los puntos de explotación de los recursos del subsuelo, ha señalado que de los 52.6 miles de millones de barriles de petróleo estimados por Pemex como recursos futuros convencionales, el 53.3 por ciento se encuentra en provincias petroleras relacionadas con Tamaulipas.
Asimismo, los yacimiento no convencionales, donde se incluyen los campos de lutitas donde se produce el gas “shale”, el petróleo en aguas profundas, el aceite terciario del Golfo y la recuperación de campos maduros, se identifican cinco provincias geológicas, dos de ellas ubicadas en Tamaulipas y una concretamente en todo el Norte del estado.
Está claro que empresas que puedan explotar estos recursos no contamos en la región y que incluso Pemex se ve limitado a la explotación, siendo ésta una de las razones del por qué la apertura de la inversión extranjera en el sector.
Los proveedores
Para que la industria de la explotación del subsuelo penetre de forma contundente y que haya una derrama significativa a nivel local se requiere de una planta productiva desarrollada que pueda satisfacer una serie de necesidades dentro del ramo industrial, aspectos que en lo general no se tiene desarrollado, sobre todo en Matamoros, entidad que podría lograr capitalizar este rubro de haber el recurso y la industria correspondiente.
Comenzando, una de las necesidades prioritarias de la explotación petrolera es contar con una industria sólida para la fabricación de equipo de generación y distribución de energía eléctrica, lo que representaría tener cuando menos fábricas de estructuras eléctricas, de postería, la cuales son inexistentes en nuestro municipio.
Pero con esto se encuentra la propia generación de energía eléctrica, con la transmisión y distribución de la misma, el suministro de otros energéticos como el gas, su transporte vía ductos que lleguen directamente al consumidor final.
La construcción de obras para suministrar agua, petróleo, gas, energía eléctrica y telecomunicaciones necesario en el puerto es una infraestructura determinante para el desarrollo de la misma.
ha dado importancia, pues aunque ya hay energía eléctrica y agua en el Puerto Matamoros, ambos recursos requieren de mejores instalaciones, de mayor capacidad sólo para atender la industria petrolera.
Pero además se tendría que desarrollar una planta productiva que gravite alrededor de la industria petrolera, la cual se puede sintetizar en las siguientes: la del plástico y del hule; la fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón.
Se requiere detonar la industria química en el municipio, pues solamente contamos con la planta de Mexichem Fluor y una planta agroidustrial.
Junto con el puerto se deberán desarrollar talleres de mantenimiento, líneas navieras y embarcaciones, con lo que pudiera darse una atención expedita a Pemex.
Se requerirán de empresas que fabriquen tubería para ductos, logística y comercio.
Los servicios serán fundamentales tales como hoteles, restaurantes, conectividad aérea, servicios logísticos, servicios legales, comercio al mayoreo y servicios de bienes y raíces.
¿Tarea impostergable e imposible?
Tanto la Secretaría de Desarrollo Económico como el Implan han estado trabajando en un diagnóstico para tratar de disminuir las desventajas que se tienen en la región con respecto al nivel de competitividad que se tendrán que enfrentar al globalizar y abrir nuestra industria petrolera, lo que lleva necesariamente a que proyectos como el de Matamoros tenga que ser estudiado minuciosamente para dar salidas concretas y efectivas que permitan un crecimiento, sino acelerado, pero si planificado de los aspectos más importantes para empezar a emparejar los cartones con respecto a la competencia internacional.
Uno de los primeros planteamientos que hacen estas dependencias municipales es que para permitir que haya alguna posibilidad para que los empresarios locales y nacionales puedan abrir brecha en este desventajoso panorama, es el impulso de proyectos de investigación en todas las materias técnicas que permitan y ayuden el desarrollo de la industria y de la proveeduría a nivel local.
Estos estudios serán el sustento para la integración de clústers sectoriales para mejorar la competitividad regional, la productividad de las empresas asentadas en esta parte de Tamaulipas y promover la innovación de las propias empresas que podrían encajar en esta dinámica.
Capital humano, ciencia y tecnología
La propuesta del gobierno municipal se funda en términos de tomar la falta de desarrollo “por los cuernos” e iniciar como se dice, por el principio que es la formación de los cuadros que se requieren para la industria.
Es claro que para tener personas capacitadas que puedan competir en el mercado de trabajo que plantea la industria petrolera, de principio será casi imposible, pues la mayoría de los técnicos que tiene Pemex para su desarrollo los obtiene de diferentes universidades que se encuentran en diferentes puntos de la nación, con una trayectoria importante dentro del ramo.
En este sentido señalan las dependencias municipales que es muy importante identificar la oferta educativa técnica y profesional, e incentivar carreras cortas que permitan acortar plazos y por tanto disponibilidad en la industria de más cuadros.
Según datos de las propias dependencias municipales señala que en la región fronteriza se imparte capacitación a mil 830 estudiantes, de los que egresaron mil 637 en 12 programas de los centros de Capacitación para el Trabajo Industrial (Cecati) y dos programas relacionados con el sector energético.
El desarrollo profesional
Señalan que en el nivel profesional medio en Matamoros se imparten 12 programas , además de que se aplican nueve de nivel técnico superior universitario, licenciaturas y posgrados relacionados con el sector energético.
De acuerdo con un estudio que se realizó en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid, se enfatiza que existe una oferta educativa totalmente insuficiente.
Se desarrolló por ello un diagnóstico y propuesta de los posgrados más pertinentes para el desarrollo científico y tecnológico por medio del Fondos Mixtos de Fomento a la Investigación Científica y Tecnológica Conacyt).
Debido a este resultado, la Universidad Tecnológica de Matamoros (UTM) abrirá la carrera de técnico superior universitario en el área del petróleo.
Se ha iniciado la atención a la rama de la soldadura, donde se reoriente esta actividad productiva y fortaleciéndola en el aspecto de la formación de los especialistas en el CAST/Conalep Matamoros.
Se vinculó al Tecnológico Nacional de México Campus Matamoros (antes ITM o ‘TEC’ de Matamoros, con la empresa Mexichem Fluor, actualizando los módulos de especialidad de las carreras de ingeniería química e ingeniería ambiental.
Una estrategia de investigación
También en el plan de las autoridades municipales y de las distintos planteles educativos profesionales de Matamoros se trazó una estrategia para la investigación y transferencia tecnológica, con el fin de establecer un centro de investigaciones de la rama automotriz, de autopartes y electrometalmecánica en el Tecnológico Nacional de México, Campus Matamoros, en colaboración con el Conacyt, la Asociación de Maquiladoras de Matamoros de Matamoros, A.C., y el gobierno del estado.
A nivel nacional será prioridad establecer vínculos de colaboración con centros de investigación del Conacyt, con el Instituto Politécnico Nacional, el Instituto Mexicano del Petróleo, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Nuevo León.