El mundo se mueve y además de afectarnos lo que sucede dentro de nuestras fronteras, también nos impacta lo que ocurre fuera de casa, aunque a veces los sucesos internacionales nos pasan como de madrugada.
La semana pasada seis potencias llegaron a un acuerdo nuclear con Irán. Esto significa que, según se prevé, a inicios del próximo año a Irán le serán levantadas todas las sanciones económicas que le habían sido impuestas, incluidas todas las restricciones a su exportación de petróleo.
Irán es uno de los mayores exportadores de crudo en el planeta. Antes de que las sanciones entrasen en vigor en 2012, ese país exportaba unos 2.6 millones de barriles diarios. Con las sanciones sus exportaciones cayeron aproximadamente a 1.4 millones. Es natural, entonces, pensar que el levantamiento de dichas sanciones eventualmente resultará en el incremento de la oferta del crudo, lo que obviamente no contribuirá a la recuperación de su precio.
Ahora bien, las sanciones no se retiran inmediatamente. El acuerdo deberá ser aprobado tanto por el Congreso estadounidense, como por el parlamento iraní. Además, antes de levantarse las sanciones, Irán deberá probar a los inspectores que está cumpliendo lo acordado. De manera que, asumiendo que todo lo anterior ocurra según se ha estipulado, podríamos esperar que las restricciones para exportar petróleo sean levantadas a Teherán a inicios del 2016. Una vez que ello ocurra, Irán podría incrementar su producción entre 500 y 600 mil barriles de petróleo diarios, además de que cuenta con un stock de unos 35 millones de barriles.
Adicionalmente, operan otros mercados como los futuros, influidos por las expectativas. Y como las expectativas son que el acuerdo nuclear sobreviva a los obstáculos internos tanto en EU como en Teherán, y que Irán cumpla con sus compromisos, los precios del petróleo se han visto presionados a la baja desde ya.
Hay otra variable geopolítica. Uno de los más importantes rivales de Irán es Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo en el planeta. Ese país había iniciado una negociación con Rusia sobre un recorte en la producción petrolera a cambio de que Rusia flexibilizara su postura de apoyo irrestricto a Assad en Siria. No sólo estas negociaciones no han prosperado sino que tras el acuerdo nuclear entre Irán y las potencias, podríamos esperar que por un tiempo, Arabia Saudita siga favoreciendo precios de petróleo bajos, entre otras cosas, para limitar las ganancias de Teherán.
De modo que lo que está siendo considerado como un triunfo en el mundo de la diplomacia podría tener impactos económicos negativos para México: (1) Probablemente 2016 no será un año de recuperación en los precios del petróleo, (2) Ello ofrecerá un menor atractivo para inversionistas que nuestro país está buscando atraer como parte de la reforma energética, y (3) Sin ser éste el único factor que le impacta, una menor entrada de dólares al país podría también generar presiones sobre nuestro tipo de cambio. Vale más que lo vayamos previendo. También vale más que vayamos comprendiendo cómo es que lo que sucede en otras partes del planeta puede tener repercusiones directas sobre temas que nos importan de manera inmediata.
@maurimm