Ya se acercan los informes de Leticia Salazar y Gustavo Torres Salinas, de Matamoros y Tampico respectivamente, el priista entrega el ayuntamiento a una priista-panista-priista, luego entonces no sabemos quién estará a cargo de esa ciudad del sur, si el PRI o el PAN.
En el caso de Leticia deja su ciudad a un priista y antes de realizar la última ceremonia como alcalde decide enviar un mensaje directo a los grupos de la delincuencia organizada, diciéndoles que ahí la autoridad es ella y nada más que ella.
Ya he escrito que en eso de dar seguridad a la población, la mejor es aquella que no se ve, no ves policías, no ves militares, como sucede en otras partes del país, en que andas por todos lados y no pasa ni un velador a tu lado, pero te sientes segura o seguro.
Más o menos así funciona la autoridad y el liderazgo, no los ves anunciados, nadie se autoproclama que es quien controla una población, pero su presencia se siente.
Quién sabe a quién se le ocurrió sugerirle a la, pronto, futura ex alcaldesa enviar ese mensaje grabado donde se veía que estaba leyéndolo.
Leticia no fue convincente y a estas alturas de su administración resulta tardío y excesivo.
Pero en fin, ahora falta conocer quiénes estarán en los informes municipales, si Francisco García Cabeza de Vaca hace acto de presencia o pasa de largo.
Por lo pronto hay dos el mismo día, ¿a quién le darán preferencia? Al priista o a la panista que anda un poco descobijada por su partido después de que le ganara la candidatura el reynosense a la gubernatura o el tampiqueño que no terminó de cuajar su carrera política.
Ya está el muro
El muro va, el muro viene, en el discurso de los políticos de México y Estados Unidos, pero para quienes cruzan a diario la frontera entre estos dos países se percatan de que la famosa pared para contener a los migrantes sin documentos ahí está, desde hace años cuando George Bush hijo decidió hacer negocio con su constructora y se le ocurrió la brillante idea de cercar su país.
Cuando usted cruza por Mcallen a lado estadounidense ahí está la pared. Entonces, no hay mayor discusión el muro que se pude tocar existe y desde hace años, pero aún hay otro más difícil de sortear, el que está formado por los prejuicios de clase, ese que tienen en la cabeza tanto Enrique Peña Nieto como Donald Trump, quien por cierto, se afirma que ya superó a la demócrata Hillary Clinton en las preferencias electorales.
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