* El autor es Premio Nacional de Periodismo 2016
Yo sostengo que el “líder” del tricolor sólo vino a hacer el ridículo o mejor dicho, a dar lástima toda vez que no encontró a su partido por ninguna parte. En efecto y por defecto, Enrique Ochoa Reza, sorprendió con su presencia en un estado donde la soberbia priista fue reducida a cero al sufrir la derrota más vergonzosa que registra la historia. Sea desde que a Emilio Portes Gil se le ocurrió fundar el Socialista Fronterizo que como sabéis fue venerable abuelo del PRI.
El “dirigente” partidista de puntitas llegó y de puntitas se fue, tratando de no incomodar al panismo triunfador que unos días más ya habrá culminado el sueño de generaciones que durante sexenios penosamente navegaron a contraflujo de las embravecidas aguas del poder.
De manera que Ochoa Reza (pariente al parecer de Mohammad Reza Pahlevi, “sha” que lo fuera de Irán quien expulsado de su país y perseguido por acciones derivadas de largo tiempo de dictador viviera varios años en México), vino a dar lástima, digo, porque buscó sin encontrar a la militancia que presumiera su partido antes de la última elección para gobernador.
Lejos quedaron aquellos días en que la visita del presidente del CEN tricolor era un acontecimiento digno de ser inscrito hasta en la memoria de los pequeños que debían recibirlo con banderitas de papel rojo, verde y blanco y cantos alusivos a la patria agradecida.
En este caso Ochoa Reza prefirió la clandestinidad porque sabe bien, (bien que lo sabe), que el PRI en Tamaulipas “ha hecho de su propia casa un patíbulo” donde su regeneración parece imposible, sin cuadros que lo avalen ni fuerzas básicas que lo rescaten del sótano de la tabla general en que se encuentra, sea que va derechito al descenso.
En el PRI se acabaron los líderes históricos. Ahí los símbolos sucumbieron a la contundencia de intereses ajenos que arrebataron parcelas de influencia hasta dejar huérfano al partido que suponían inmortal. Ahí ahora sólo se observa un vacío que no puede ser llenado con las palabras de quienes intentan erigirse como “héroes de la democracia”, cuando sólo pusieron en subasta la independencia partidista provocando con ello una agonía que se puede alargar quién sabe cuántos sexenios.
Durante su fugaz estancia Ochoa Reza seguramente se enteró que buena parte de la militancia está en vías de emigrar hacia horizontes donde la esperanza aun está vigente. Y no es sólo hacia el PAN, sino también rumbo a MORENA partido que se apresta a asumir la alternancia después de los fracasos que por estos tiempos mantienen a la república, humillada arrinconada y hasta violentada por el capital internacional.
Se registra un éxodo incontenible hacia otros partidos porque en el PRI la ilusión terminó. Por ello no es exagerado decir que Ochoa Reza vino “a orar en el desierto”, si es que cabe la expresión aplicable en un escenario desconocido para “el líder” como también lo es el resto de los estados donde no se atreve todavía visitar.
Mexican curios
Y mientras la república sigue batallando con el dólar gringo, aparece una nueva lista de “buenos mexicanos” que prefieren invertir en el extranjero a partir de la organización “#Bahamas Leaks”, aun cuando la mayoría están o estuvieron fuertemente ligados al poder. Son 431 los que según el Consorcio Internacional de Periodistas nos hacen el favor de llevarse sus ganancias lejos del país. Y viera que muchos nombres son cercanos a los ex presidentes Fox, Calderón y al actual Peña Nieto.
Por supuesto son “los consentidos de la revolución” que a más de cien años les sigue redituando ganancias no imaginadas para el mexica común.
Usted dirá que con su dinero pueden hacer lo que se les pegue en gana y tiene razón. Sin embargo, la Secretaría de Hacienda cuyo “revolvente” titular se precia de muy celoso de su responsabilidad, debiera dar una espulgadita a los orígenes de estos capitales que “golondrinos” y todo, podrían ser causantes de la desgracia nacional. Disculpando la expresión, pero si la SHCP trata como “perro jabalinero” al pobre contribuyente bueno sería que alzara la mira hacia donde se localizan los tales “nacionalistas” empresarios…hasta ha de creer.
Sucede que
De Juan Manzur Arzola no se sabía desde hace seis años, incluso se especuló que radicaba en los EUA tras dejar la secretaría de salud del gobierno anterior. A Juan también se le recuerda como empleado menor durante la gestión municipal de Geño Hernández. Ahora aparece como nuevo delegado del ISSSTE. Al respecto no faltará quién pregunte: “¿ y eso es bueno o es malo?.
Y hasta la próxima.