Recientemente, Cabeza de Vaca le dijo a Loret que Tamaulipas, es una tierra generosa en recursos, (gas y petróleo). Ese fue el mismo discurso que en su momento manejó Egidio Torre, pero no solo él, también los gobiernos anteriores y los últimos sexenios federales, del PAN y del PRI.
A las élites políticas solo les interesa el enfoque macroeconómico, porque se trata de un tema ganador, a los ojos de la banca mundial, y además son palabras lucidoras. Esa es la visión preponderante de los gobernadores y del gobierno de la república. Aunque dicho arquetipo es contrario a las aspiraciones de las mayorías, sujetas a la llanura de los abusos fiscales y de la delincuencia depredadora.
Nunca hemos visto que los cárteles le pidan cuota a las firmas del capital extranjero establecidas en Altamira, Hacienda también los exime de impuestos. Esto se debe a que los grandes negocios en millones de dólares se encuentran por encima de las miserias y peripecias de los países, donde asientan sus inversiones. Los consorcios trasnacionales establecidos en el estado, ya sea en el ámbito energético o de la maquila, pagan sueldos muy bajos.
Así sucede tanto en el norte, como en el sur. No se diga de esta región centro, donde los únicos que tienen mucho dinero son los políticos, los extorsionadores y los empresarios contratistas. La explicación de este escenario deprimente, es que, las políticas públicas trazadas hasta ahora, se centran en un modelo de carácter asistencialista, insensible y profundamente antidemocrático.
Lo anterior engendra fenómenos como el chambismo, el arribismo y las intrigas, consideradas como vicios de una subcultura preñada de humillaciones e indignidad.
Habrá que ver, el desempeño del nuevo gobierno panista, a la luz de estas condiciones. Aunque a decir verdad, por lo que ha mostrado hasta ahora, no hay ninguna diferencia con el PRI.
El actual gabinete estatal tiene a funcionarios que pueden dar resultados. Pero igual hay amigos y recomendados. Algunos de ellos, con absoluto desconocimiento de la tarea asignada, o bien con nula experiencia.
Me parece que, el gran triunfo democrático y ciudadano logrado por Cabeza de Vaca, fue y sigue siendo una gran oportunidad para la conformación de un equipo, integrado por cuadros con vocación social y política, entendida en el mejor de los términos. Pero tampoco los nuevos, han podido escapar a la tentación de usar el poder para reproducir la añeja cultura del amiguismo, los compromisos de camarillas y el privilegio.
Nuestro estado puede tener mucha riqueza energética en mar y tierra, como le dijo Cabeza a Loret, pero junto a estos recursos que atraen el apetito del mercado macroeconómico, coexisten pueblos y ciudades silenciados por la mendicidad y el abandono. Justo en este punto, considero
de gran importancia que, el gobierno cabecista ponga la política pública, al servicio de los ciudadanos.
Esto se traduciría en mayor seguridad para los pueblos y ciudades; en el fortalecimiento de la economía regional, en la recuperación de las pequeñas cadenas del comercio, a través de los vasos sanguíneos de las comunidades urbanas y rurales.
Cabeza de Vaca debe voltear a ver al Tamaulipas jodido por la inseguridad y las extorsiones. Debe voltear a ver al Tamaulipas hambriento, pero no para mantenerlo con la misma cultura de las despensas electoreras, sino para impulsar su sano progreso. Este Tamaulipas debe ser incluido también en la agenda del desarrollo comercial del Valle de Texas. Resulta urgente una estrategia integral, que beneficie a la generalidad de la población.
Solo de esa manera se conseguirá que Tamaulipas viva un cambio. En caso contrario, ya podemos irnos preparando para ver crecer a una comalada de nuevos ricos.
En dos semanas relevo en el Pri
De acuerdo a nuestras fuentes consultadas, en un plazo no mayor de quince días, podría darse por fin, la esperada reestructuración del priismo tamaulipeco. La renuncia de Rafael González Benavides y el interinato de Aída Zulema, ha sumido al tricolor en un estado vegetal deprimente, sin ejercer el papel opositor que le corresponde.
Esperamos que llegue al PRI, alguien que le devuelva la personalidad y el prestigio, del cual lo despojaron, dejándolo apócrifo y sin dignidad. Uno de los más mencionados para dicho cargo, es Alejandro Guevara Cobos.
El famoso comandante Guevara, trae ganas de trabajar, y podría resultar un buen dirigente para rescatar a su partido, aunque en la actualidad, el río está demasiado revuelto. Y es que el ex gobernador Egidio Torre sigue operando y tratando de imponer a Juan Alonso Camarillo, como su nuevo enclave en Tamaulipas. Juan Alonso es un tipo sano, pero la sombra de ETC lo perjudica mucho.