Son las siete y media de la tarde. En una pequeña cancha del Fraccionamiento Azteca, un grupo de muchachos juega una cascarita. Es un rincón más de la vida urbana, un espacio sencillo pero relevante para las familias de este sector de clase media baja.
Un camión de servicios públicos, espera afuera, mientras dos personas colocan lámparas. Unas vecinas del lugar charlan en una banca. Pertenecen a un grupo de zumba que ya había dejado de acudir ante la falta de alumbrado. Pero hoy se reencuentran con su maestro de acondicionamiento físico. Volverán a sus rutinas.
Estamos en una área verde, que hasta hace un par de horas aún estaba sin luz. Poco a poco, la gente ha empezado a congregarse. No se trata de multitudes sino de pequeños grupos de gentes, espontaneas, interesadas por mejorar su entorno. Esperan a Óscar Almaraz, para externarle sus inquietudes. Óscar viene
de la colonia Las Brisas. El alcalde empezó a trabajar a las cinco de la mañana, acompañado por un gabinete joven, que se mueve sobre tres temas
fundamentales: alumbrado público, eliminación de baches y limpieza.
Llevan ya 14 horas, pero la agenda parece inagotable.
No hay protocolo ni discursos. El formato de la vieja política, es relevado por el saludo espontáneo y una charla ciudadana que ocupa el centro de la cancha. La autoridad y la gente evalúan lo que se ha hecho, en materia de limpieza, de alumbrado y lo que aún falta. De ahí la gente y su alcalde salen rumbo a otras áreas de convivencia donde las madres de familia piden mallas para proteger las canchas de básquet, donde juegan sus hijos menores de edad.
Más mejoras, más apoyos. No se escatima en establecer compromisos serios.
A ver Joaquín anótale, exclama Óscar. La frase se repetirá a lo largo de varias horas, ya con las sombras de la noche sobre nosotros. Joaquín Larrañaga es un chavo atingente que ocupa la Dirección de Áreas Verdes y Alumbrado. Otro de los que son constantemente requeridos, es Carlos Garza de bienestar social, joven que al igual que sus compañeros, trae un tren tremendo de actividad. Hace un rato, una señora le pidió, “una casita de madera para los juegos de los niños, de Teocaltiche, Vista Azul y Fraccionamiento Azteca.
Benito García Coronado, ocupa la responsabilidad de limpieza pública. Forjado en la cultura del esfuerzo, como en otros cargos donde antes se ha desempeñado, trabaja hombro con hombro con el alcalde. Otro que no se distrae, es el titular de Comunicación José Manuel Flores, tiene experiencia en el trabajo mediático.
Al finalizar, le ofrecieron una modesta, pero emotiva cena a Óscar en el sector de Teocaltiche. La líder de colonias, Judith Vázquez Carreño, una señora rechoncha y menudita se mueve ágilmente y exclama con amabilidad: ¡adelante, adelante, siéntense, éntrenle a los tamalitos y al pozole. Óscar ocupa el centro del improvisado tablón del convivio. El alcalde agradece el gesto, y promete: “a la otra yo lo organizo”. Por aquí saludamos al periodista Josue Escamilla, que vive a unas cuadras del evento.
Salimos rumbo a la calle Michoacán, frente al HEB. Ya son casi las nueve. Óscar se baja de la camioneta y cruza el camellón. Se dirige hasta donde un camión del municipio equipado con una grúa de canastilla, procede a cambiar una de las lámparas fundidas, que ya tenían meses… ¿ó años? sin ser renovadas.
“Llevamos corte, desde aquí, y vamos a seguirle toda esta avenida, hasta salir al libramiento. No vamos a parar”, confiesa. Por ahí cerca, vive el Obispo.
Una observación: si el abandono y el descuido de la capital, no fuese tan evidente, el trabajo de este vigoroso equipo, tal vez no fuese tan notorio. Por lo pronto las esquinas atestadas de basura, se han solucionado. Los bulevares oscuros y las calles llenas de socavones, están siendo transformadas por un rostro más amable.
El que ocupa un lugar estratégico en este equipo municipal, es el titular de la Comapa Gustavo Rivera, hombre de trabajo y de retos. “Gus” se ha comprometido a repavimentar 870 zanjas abiertas por reparaciones, en un plazo de 35 días.
Algunos coches se detienen. Hay saludos, exclamaciones de apoyo. Se nota que la ciudadanía le otorga de entrada, una buena calificación a Óscar. En las esquinas, los vecinos le exponen sus inquietudes. Almaraz pide ir al lugar de los hechos. De esa manera nos metemos a privadas, callejones, barrios donde la gente termina agradeciendo el respaldo del ayuntamiento.
A las diez de la noche, Óscar y los Incansables del gabinete municipal, concluyen por fin la gira. Almaraz regresa al palacio del diecisiete. Hoy miércoles, viajará a la ciudad de México, para seguir cabildeando recursos.
“Va a ser un ir y venir constante”, comenta, particularmente el año que entra, será difícil, pero saldremos adelante, con el apoyo del gobierno estatal y federal”, concluye.