Pantone 293C.
Es el nombre, de acuerdo a su ficha técnica, de uno de los colores calificados en su género como “sólido”. Y es también en México el color del Partido
Acción Nacional.
¿Por qué esta definición?
Bueno, sucede que ese color básico, en forma curiosa pareciera tener matices en el terreno político. Por lo menos es lo que se percibe en algunas latitudes de Tamaulipas y como muestra, me permito referir los casos de Reynosa y de Matamoros.
Me atrevo a darles nombre: el tono rosa del azul.
En ambas ciudades, dos mujeres otorgan esas variantes al mencionado color aparentemente sólido: la alcaldesa Maki Ortiz Domínguez en Reynosa y la ex presidente municipal, Leticia Salazar Vázquez en Matamoros. Una pareja con dulces maneras pero de fieras acciones que por separado está causando una jaqueca a la cúpula panista del Estado.
En el caso de Maki ha sido evidente la creciente lejanía con su cabildo, panista en su mayoría, en una relación deteriorada desde el arranque de esta administración, situación que ya es del dominio público y en donde la jefa de esta comuna ha debido llegar a extremos como el arroparse con regidores priístas para sacar adelante acuerdos de ese orden de gobierno.
Algo similar ha quedado evidente en actos públicos, en los cuales los diputados locales azules abandonaron a la edil y sus lugares fueron ocupados por la legisladoras tricolores Irma Amelia García de Reynosa y la riobravense Copitzi Hernández.
Como señaló un comentarista local: los panistas no están con Maki y la presidencia no está con los panistas.
Matamoros es otra historia. Ocupada ahora la presidencia por un priísta, Jesús de la Garza, el gobierno de esta ciudad conserva sin embargo una presencia panista imposible de soslayar. Aún sin el mando azul, muchos de los servidores públicos sobrevivientes de la administración que encabezó Leticia Salazar siguen trabajando para esa causa. Y con ellos, un aguerrido grupo de influyentes empresarios que ven en Lety a su guía.
El problema aquí es que ella no ve de esa manera a su dirigencia partidista, con cuyos integrantes la ex alcaldesa, en forma parecida a Maki, protagoniza un divorcio político y no quiere ni tomar un café, según sus cercanos.
¿Qué es lo que comparten ambas damas en su coincidente alejamiento de sus líderes formales?
Las maledicencias hablan de distanciamientos con sus correligionarios partidistas acunados en tiempos más lejanos que los incluidos en este año. Han sido y son diferencias con grupos de su mismo partido que para suerte de ellas –buena o mala– hoy están en el poder.
El quid de este embrollo es por qué el liderazgo oficial de Acción Nacional no ha actuado con la celeridad que este inicio de cisma merece, para planchar arrugas que en la frontera amenazan con echar a perder el traje de la unidad azul.
Porque lo que hoy sucede demuestra algo que los creadores del Pantone 293C no imaginaban: Que como apunté antes, un color sólido como éste pudiera tener matices de rosa…
Otra vez
El empeño en exhibir a los trabajadores del Estado como los malos de la película no augura un clima de tranquilidad en ese terreno.
En una nota de El Universal se da cuenta del enésimo ataque a miles de burócratas por presuntos nexos con el PRI. Además de no ser eso un pecado, se cometen injusticias como en el caso de Martín Jaime López, un esforzado empleado gubernamental por varias décadas a quien casi lo señalan como “aviador”.
No quiero ser pesimista, pero están inflando mal el globo…
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