De los personajes que integrarán el círculo cercano del Procurador General de Justicia, el perfil de uno de ellos llama la atención por la especialización que sugiere su curriculum.
El nuevo Director General de la Visitaduría, Víctor Miguel Guerra Enríquez coincidió con el procurador Irving Barrios en su paso por la Procuraduría General de la República.
En el 2011 Barrios Mojica asumió la titularidad de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales; bajo sus órdenes, Guerra Enríquez estuvo a cargo de la Unidad Especializada en Investigación de Delitos Cometidos por Servidores Públicos y Contra la Administración de Justicia.
Ambos llegaron a esa posición tras el arribo de Marisela Morales a la PGR y una limpia que incluyó la investigación contra varios titulares de unidades claves de la PGR.
Desde esa unidad se indagaron casos importantes como la megadeuda de Humberto Moreira en Coahuila, por la cual ejerció acción penal contra dos funcionarios de la SHCP y cinco del Gobierno de Coahuila, entre ellos el tamaulipeco Héctor Javier Villarreal, ex secretario del Servicio de Administración Tributaria del Estado, a quien los estadounidenses ya se encargaron de quitarle (y subastar) hasta el último centavo que sustrajo del erario público.
La dupla Barrios-Guerra llega a Tamaulipas con esos antecedentes. Ambos han dedicado buena parte de su carrera a la investigación de delitos cometidos por servidores públicos.
Si bien la Visitaduría tiene la función de revisar el funcionamiento de todos los elementos que integran la Procuraduría General de Justicia, resultaría natural pensar que Guerra Enríquez colaborará con Irving Mojica Barrios mucho más allá de sus funciones estrictas, dada la relación laboral que mantienen desde hace años.
Desde la campaña, durante la toma de posesión, y en los primeros días de su mandato, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca ha enviado suficientes señales de que piensa hurgar en el pasado para juzgar a quienes desde la función pública le han fallado a Tamaulipas.
Huelga decir que tiene mucha tela de dónde cortar.
La llegada de Irving Barrios y la luz verde para armar su equipo con personas de toda su confianza, demuestran una vez más que quienes han incurrido en actos de corrupción tienen suficientes motivos para estar preocupados.
Para empezar, el procurador y sus muchachos no tendrán que ir muy lejos. Limpiar la PGJ será una tarea que les puede llevar mucho tiempo, porque en la procuración de justicia, la omisión también es un delito, y eso fue lo que ocurrió durante muchos años.
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