Mientras que el PRI en Tamaulipas sigue en ‘coma vegetativo’, respira pero no se mueve, el que los echó del poder el 5 de junio sigue acarreándose simpatías, ante la sorpresa de quienes no estaban o estábamos acostumbrados a que un gobernador tendría que parecerse a la gente común, a los de a pie.
Así es mis queridos boes, Francisco Javier García Cabeza de Vaca ha roto con la imagen que se tenía en todo el estado del jefe político del estado, del titular del Ejecutivo estatal, del Gobernador pues, inalcanzable, siempre en pose, blindado y maquillado por el boletín oficial que le pintaba como bondadoso cada que tenía a bien dejar que alguien pueblo se le acercara y lo tocara.
Antes de que siquiera fuera candidato, hace muchos ayeres, a Cabeza de Vaca, los gobiernos anteriores le habían creado una imagen de peleonero, de irritable, de no aguanta la crítica, les fue muy sencillo, porque a donde iba había uno, dos o tres que bajo consigna le sacaban de sus casillas, tal vez por eso se le conocía casi nada de su carácter, gustos y el trato fuera de su actuar como servidor público.
Cuando en la campaña se difundieron fotografías en las que el entonces candidato del PAN hacia escalas en el OXXO para comprar papitas y refrescos, caminando entre los anaqueles, haciendo fila como el resto de los mortales, hubo quienes pensaron que se trataba de parte de la estrategia para acercarle votos; le funcionó.
Lo menos que se decía es que una vez que llegara al poder le íbamos a conocer en realidad, le conoceríamos la mano pesada, dejaría la pose y se elevaría a los cielos como los que se fueron y los que les antecedieron.
Ya que lo conozcan decían algunos en el PRI, se van a topar con pared, se van a arrepentir, pronto se va a terminar la luna de miel.
Pero en el agónico tricolor estatal y en el grueso de la población que ha tenido chance de ver al Gobernador de cerca o que le ha seguido la huella en el mes en que ha ejercido el poder, la sorpresa ha sido como para que los primeros no quieran regresar a la vida y los segundos no quieran volver a tener los gobiernos que ya se fueron.
Y es que al Gobernador de la alternancia, el pueblo no sólo le ha registrado momentos en el OXXO, ha estado como cualquier mortal en las cadenas de hamburguesas, de postres y en los restaurantes a donde los comunes van.
No ha sido necesario, como en el pasado, incomodar a los comensales de los negocios a los que se acercaba el mandatario con guardaespaldas que intimidaban, molestaban y hasta hostigaban a los que estaban en el lugar y lo peor, la molestia era no sólo cuando el gobernador llegaba, porque los operativos de fastidio se implementaban cuando llegaba cualquiera de su prole.
Recuerdo la platica de un amigo que va así: un día estaba en La Norteñita del 19 y llegó el papá del gobernador con todo su equipo de seguridad, bloquearon el estacionamiento, taparon las puertas con guaruras y no dejaban salir a nadie que por seguridad. Una señora se levantó y le reclamó a Don Egidio diciéndole que cuando se le antojara una flauta la mandara comprar para llevar y dejaran de molestar a los victorenses.
Ahora nadie se quejó ni en los OXXOS, ni el Dairy Queen o en el Burger King, porque las veces que se le han visto con la familia ha llegado sin el aparato de los ex gobernadores, sin el blindaje de monarca que atropellaba, humillaba e inspiraba mentadas de madre mentales.
Ayer vimos imágenes en video y fotos del Gobernador panista jugando futbol y basket con chavos de la casa hogar del DIF Tamaulipas, a él se le
notaba divertido, además de ágil en ambos deportes y a los chavos contentos por la visita.
Trabajé en el lugar que visitó Cabeza de Vaca por años hace algunos lustros, me atrevo a decir que los que ahí viven por circunstancias de la vida que no valen la pena mencionar, nunca habían tenido una visita como la de ayer, antes, cuando me tocó una de ellas era poner a los muchachos firmes y amenazados para que no hablaran a menos que el ‘monarca’ se los pidiera, prohibido pedirle algo o abrazarlos de más, ayer se dieron gusto unos y otros.
¿A qué voy con todo esto?, a que Cabeza de Vaca no era ni por poquito como los adversarios lo pintaban, hoy en Tamaulipas lo que hemos visto es una nueva forma de gobernar, en la que el mandatario es de carne y hueso, no levita, ni está encapsulado por su séquito para que no se entere de lo que le rodea.
Eso a la larga (y aquí va el mensaje para el PRI) se irá convirtiendo en mayores simpatías para el gobernador.
Podrían decir que sigue en campaña, porque en el sentido estricto de las reglas políticas, un político nunca debe dejar de hacerlas, Cabeza de Vaca suma y suma, los que lo veían lejano hoy le ven a su lado y tan real como ellos mismos.
Mientras, en el PRI estatal, los más necesitados de campaña siguen en terapia intensiva, abandonados a su suerte y sin un pronóstico alentador.
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