CIUDAD DE MÉXICO.- Luego de la polémica ruptura con Fernando del Solar, Ingrid Coronado se mantuvo hermética y se negó a dar su versión de los hechos, sin embargo, ahora decidió abrir su corazón y concedió una entrevista al programa “Historias engarzadas”.
De acuerdo con la conductora, del Solar la responsabilizó por el cáncer que lo aqueja desde hace años, así mismo, reveló detalles de lo que fue su relación con el argentino, con quien tiene dos hijos. Comentó que ha estado sometiéndose a muchas terapias para sobrellevar la separación.
Al ser cuestionada sobre las razones del divorció con Del Solar, Ingrid respondió: “Porque él me lo pidió. No es fácil llevar una enfermedad, el problema no era ése, eran otros factores externos”.
Otro factor importante, de acuerdo con la conductora, fue la mala relación que llevaba con la familia de Fernando, pues tenía “la sensación de que no les gustaba que fuera pareja de su hijo”.
La conductora recordó que poco después de cumplir 40 años y cuando sus problemas se habían agravado, Del Solar le llevó un pastel y le pidió hablar.
“Me dijo que quería el divorcio, que sentía que no había hecho lo suficiente por ganarme a sus papás, que sentía que el cáncer era culpa mía”.
“Sentí que iba a morir… lloraba noches enteras porque no quería decirle a nadie”, añadió.
Además de la ruptura, confiesa que le fue muy difícil sobrellevar las críticas y los juicios de la gente y estaba consciente de que pedían que saliera de “Venga la alegría”.
“Sí sé que había momentos en donde sí querían quitarme, porque tengo 3 horas diarias siendo la cabeza de un programa cuando estaban diciendo cosas de mí espantosas”.
Señaló además que le resultaba complicado “saber que me estaban señalando por algo que no hice, desde ser señalada por haber abandonado al enfermo. Yo no dije nada (en ese momento) porque lo que quería era rescatar mi matrimonio”.
Coronado reveló que después de ser vinculada con otra persona (el conductor Poncho de Anda), Del Solar habló con ella y le pidió que volvieran, pero ella se negó, por “amor propio”, porque él ya le había pedido dos veces el divorcio y porque la culparon de algo que ella no hizo y él no hizo nada.