Desde su nacimiento despertó la preocupación de muchos, el encono de otros, la deslegitimación malsana de sus competidores, los intentos fallidos de emularlo y con el tiempo, la ambición por controlarlo.
Surgió como lo que sigue siendo, un esfuerzo de periodistas íntegros, profesionales, forjados en la trinchera del reportero, en la experiencia de la calle, en el peligro que encierra perseguir la verdad, en el riesgo de ser una ventana del sentir popular y en el alejamiento de los intereses del poder.
Ese ha sido y es el periódico Expreso. Con esa etiqueta han peleado por él, luchado por él, un grupo de periodistas que han soportado largas épocas de sacrificios, sinsabores y desvelos hasta ir forjando día tras día una familia laboral que fue formando nuevas generaciones de comunicadores, muchos de ellos brillantes; casi todos, guiados por la mano de Francisco Cuéllar Cardona, su histórico director editorial.
Imposible desligar la historia de este cotidiano del trabajo de Francisco.
No está Paco en estos momentos en Expreso. Su Expreso, como bien merece decirlo él mismo por su aportación indiscutible, orillado por circunstancias indeseables que calan profundamente en el ánimo de quienes disfrutamos de su amistad y bonhomía. Pero en forma paradójica sigue estando, porque la amarga experiencia que atraviesa junto con su familia nos obliga a esforzarnos más por cumplir con la responsabilidad periodística que este medio asumió hace más de dos décadas.
Las circunstancias que rodean su obligada pausa profesional son claras en su forma pero todavía oscuras en su fondo. Y en ese sentido ninguna posible explicación puede ser desechada. Ninguna.
Lo que es parejo…
Al Congreso Local le brotó la dignidad legislativa. Por lo menos eso parece que sucedió con al diputado Ángel Romeo Garza Rodríguez, emanado del Partido Acción Nacional.
El representante popular por Reynosa presentó un exhorto a la alcaldesa de esa ciudad, Maki Ortiz Domínguez, para “que no haga acuerdos a espaldas
del cabildo municipal”, como sucedió, dijo el mismo, con el nombramiento de funcionarios y algunos convenios con el gobierno federal. “Los acuerdos deben ajustarse al marco Constitucional y legal del municipio”, asentó.
Y tiene razón, conforme a la ley.
Pero se le olvidó a don Ángel en forma muy conveniente, señalar ante el mismo cuerpo colegiado que la alcaldesa tuvo que actuar de esa manera por dos razones poderosas:
Primero, por el descarado abandono de los regidores y síndicos de su propio partido –el PAN– que pretendieron exhibirla ante la sociedad reynosense y la dejaron sola en las sesiones de cabildo para tratar de someterla, sin lograrlo, a intereses de grupo y no de la comunidad. Y segundo, lo hizo para no estancar las operaciones y acciones oficiales del municipio que se requerían desde el primer día de la administración.
Desde luego que la Presidente Municipal de Reynosa debe observar el reglamento para no incurrir en irregularidades que le puedan fincar sanciones posteriormente, pero en aras de la equidad y de la justicia, ese mismo diputado que de manera tan atingente pide a la alcaldesa que cumpla con la ley, también debería lanzar un llamado a ese Cabildo valegorrista para que cumpla con la obligación contraída con los votantes de apoyar a la autoridad municipal y no a intereses ajenos…
La frase de hoy
“Existen dos maneras de ser feliz en esta vida; una es hacerse el idiota y la otra serlo…”
Sigmund Freud/neurólogo austriaco, padre del psicoanálisis
Twitter: @LABERINTOS_HOY