Cuando LETICIA SALAZAR inicio su mandato municipal en Matamoros lo hizo en medio de grandes expectativas, la apuesta ciudadana era demasiada alta tras darle la espalda al candidato priísta SALVADOR TREVIÑO.
LETICIA arranca en medio de bombos y platillos, pero termino mal su mandato, al grado que no alcanzó el triunfo para el candidato que apoyo, ni siquiera pudo hacer ganar a su padre RAMIRO SALAZAR como candidato a diputado federal y luego su hermana VERÓNICA, aunque dijeran que estaban enojadas, perdió la alcaldía.
LETY fue la alcaldesa de las obsesiones, todo lo quería en color azul, hasta la Playa Bagdad le cambio de nombre por Costa Azul y si pudiera hasta la arena sería pintada en el mismo tono y al río Bravo lo hubiera rebautizado como río azul.
Su obsesión era tanta que hasta las sillas de cabildo y los muebles del municipio eran mayoritariamente en el mismo tono.
Todos los muebles y edificios quedaron azulados. El nuevo alcalde del PRI, JESÚS DE LA GARZA DÍAZ DEL GUANTE decidió dejarlos en ese color, no pintará, ni cambiará nada que se encuentre en buenas condiciones.
Los recursos deben cuidarse y más para un alcalde que desde un inicio tiene la honestidad y la transparencia como de una de sus premisas.
En Tamaulipas, durante el sexenio pasado la obsesión fue por el matiz naranja, como una medida para tratar de olvidar y opacar el pasado.
Los gobernantes se olvidaron hasta de quienes los llevaron a ocupar la silla y en donde tienen la capacidad y poder para cambiar su entorno, no solamente la pátina que simboliza un gobierno.
En Matamoros no quieren recordar el azul y en ciudad Victoria poco a poco desaparece el naranja que nunca pudo cuajar como un tono que ayudará a identificar a un gobierno estatal.
Cuando un ciudadano se convierte en gobernante debe actuar como el equilibrista, tomar la barra y buscar no irse ni por la izquierda, ni por la derecha, pues cualquiera de los dos lados representa el precipicio. Una caída significa una futura derrota electoral.
Los gobernantes deben recordar que trabajan para los que votaron por ellos y también para quienes no votaron por ellos. Un trienio o sexenio no debe caracterizarse por el color de sus edificios o de su mobiliario, si no por las acciones que realizan en beneficio de la ciudadanía.
Los gobiernos deben ser sin colores, pues el azul, rojo, verde, blanco u amarillo no satisface a nadie y corre el peligro de ser un gobierno de color a un alcalde descolorido.
Esto viene a colación por el hecho de que el alcalde de Mante, JUAN FRANCISCO LEAL GUERRA, se dio a la tarea de iniciar una intensa, necesaria y urgentísima pinta de edificios, cordones y banquetas de color azul.
LEAL arribó al Ayuntamiento gracias a las siglas del PAN, el matiz azul se apoderó de su corazón rojo y decidió iniciar su mandato con una de las obras más pedidas por la ciudadanía cañera pintar las banquetas azules.
De acuerdo a los censos que realizó, los ciudadanos de Mante votaron por LEAL y su oferta de pintar los cordones y banquetas azules. Ahora cumple un compromiso de campaña.
LEAL GUERRA se equivoca, pues las necesidades de Mante son más grandes que un color azul, pues hay calles sin pavimento, basura no recolectada, baches y una delincuencia en aumento.
Todos esos males se agudizaron en las últimas semanas, parece que JUAN FRANCISCO olvidó sus buenas intenciones, aunque los cañeros no olvidan sus despojos y fraudes.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
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