TAMPICO, Tamaulipas.- La historia se repite, dice emocionado Max Appedole. En 1995, el empresario tampiqueño convenció de cancelar el operativo para detener o matar al subcomandante Marcos. El rebelde fue su compañero de primaria y aseguró al presidente de México, Ernesto Zedillo, que Rafael Sebastián Guillén Vicente no era un terrorista.
Veintiún años después, el tamaulipeco, egresado de la Academia Militar de Nueva York (NYMA, por su nombre en inglés), se convierte en uno de los mexicanos que puede ayudar a negociar con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Max estudió en el mismo colegio que el magnate, comparte su formación y conoce la filosofía que tanto presume el republicano.
“Cualquier cadete que estuvo en esa academia estoy seguro que va a sacar adelante sus proyectos y si no nunca va a dejar de intentar sacarlos; la derrota no es ni siquiera una opción. Entonces, lo que tenga que hacer un cadete egresado, cuando menos de la época que estuve yo, sé que lo va a cumplir. Estoy seguro que el presidente electo Donald Trump va cumplir las cosas que ha dicho que va hacer, las que sean dentro de la ley”, explica en entrevista telefónica para Expreso.
Max nació el 10 febrero de 1957 en El Mante, Tamaulipas. En los siguiente meses, la familia se mudó a Nueva York. En 1962, los García Appedole regresaron a Tampico. El niño cursó la primaria en el Instituto Froebel, pero a los 10 años una vez más se mudan a la ciudad cosmopolita norteamericana. “En Tampico viví en un ambiente donde era muy querido, todo mundo me conocía y a mi familia, pero llegar a Nueva York, a un lugar tan importante con tantas gentes, y ser bienvenido por todos, en una forma predominante, fue muy formativo”, cuenta.
En 1967 Max ingresó a la Academia Militar de Nueva York. Tres años antes un joven alto de copete rubio de nombre Donald Tump egresó con los más altos
honores. Los profesores, cuenta Appedole, utilizaban de referencia académica, deportiva y militar a Donald Trump. El joven neoyorkino había dejado su impronta en el equipo de futbol, beisbol, en las aulas y en el aprendizaje militar. Las normas en la NYMA eran estrictas y, según notas periodísticas de
Washington Post, Trump las hizo suyas hasta el extremo de endurecer algunas tareas del colegio.
En Nueva York, el niño porteño creció mimado en el colegio y en su casa. Su madre la señora Gilda Appedole Mokarzel convivió con personajes de la cultura y las artes, como el modista Oscar de la Renta y el pintor español Salvador Dalí. Sin embargo, al terminar la encomienda de su padre en la “Gran Manzana” volvieron a Tampico. Max es inscrito en el Instituto Cultural, colegio bajo el mando educativo y religioso de los jesuitas. Allí conoce a Rafael Sebastián Guillén Vicente, con quien sella una amistad.
Dos décadas después, al difundirse la identidad del subcomandante del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), Appedole se reunió con el subsecretario de Gobernación, Luis Maldonado Venegas, para refutar la idea de que era un hombre violento. El perfil de Guillén Vicente llegó al ministro del Interior, Esteban Moctezuma, quien pidió un informe para disuadir el plan de asesinarlo o capturarlo. Max, relata, habló con su amigo el comandante nicaragüense Edén Pastora. El guerrillero aportó datos que dieron luz sobre la personalidad de Marcos y el ELZN. El mandatario Zedillo Ponce de León revocó el plan e impulsó el diálogo.
“Se está repitiendo la historia de cuando vi el mal manejo con el subcomandante Marcos, como lo vi hace un año con Donald Trump. Si hubieran matado a Marcos, que es un líder pacifista, hubiera tomado el poder el violento, el rudo. Por eso les dije que había que solucionar el problema con diálogo y sin vendettas. Ahora con Trump es lo mismo, solamente que con él no hay forma de ganar, van caminando al revés de los intereses de la patria”, señala tajante.
A diferencia del rebelde socialista que no lo ha vuelto a ver, en junio de 2016, Max fue invitado a la reunión que el candidato republicano realizó en la Academia Militar de Nueva York. “Entre los egresados de la escuela son muy bien recibidas las noticias de Trump. Cuando se supo que el capitán Trump había hecho una torre fuimos a verla y a saludarlo aunque todavía no era un hombre famoso, solamente en el colegio. Él empezó a agarrar conocimiento fuera de Nueva York cuando salió la película del “Pequeño angelito”. Luego compró el hotel Plaza, del que fuimos huéspedes siempre. Yo vi con mucha alegría que él llegara a la presidencia. Incluso, hace como 10 años le escribí una carta para animarlo a postularse y un amigo el escultor poblano Bernardo Luis le hizo su escultura”, refiere.
“Se fueron todos contra el güero”.
“En mi opinión la forma en que las autoridades y los precandidatos a la presidencia han manejado, desde que Donald Trump fue nombrado candidato, es la peor manera. Están organizado una tormenta perfecta contra México. La victoria de Donald Trump podía ser la mejor oportunidad para México, podrían hacerse muchas cosas muy importantes que beneficiarían a las dos naciones y a los migrantes mexicanos que son importantes en la fuerza de producción de Estados Unidos de América”, asegura Max.
A contracorriente del ánimo mexicano por el triunfo del magnate, el tampiqueño, quien se dice exiliado por el sistema político priista tamaulipeco, afirma que las propuestas de Trump son manipuladas o mal entendidas. El empresario no considera un riesgo la continuación de la construcción del muro fronterizo y tampoco en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). En cambio, advierte, México debe pensar qué hará con los connacionales que el presidente electo prometió deportar.
“Trump habla de deportar 3 millones de personas criminales. Yo lo veo bien desde el punto de vista americano. ¿Qué significa para México que nos avienten una bola de personas criminales? El manejo será difícil. Independiente de si saca o no gente, Estados Unidos necesita la fuerza laboral del mexicano. El mexicano ya conquistó Estados Unidos, sino fuera así por qué el tema central de la campaña fue México. De cada 10 nuevos consumidores en el mercado americano, 7 son de origen hispano y, de esos 7, 5 son de origen mexicano. Cada año llega una nueva oleada de nuevos consumidores, la mitad son nuestros. Claro que estamos tomando un papel predominante”, comenta.
El egresado de NYMA expresa que Donald Trump quiere ser recordado como el presidente de los Estados Unidos que logró el mayor progreso. Empero, matiza, los mandatarios de los países vecinos y de las potencias mundiales definirán el método que el magnate aplicará para cumplir sus promesas de campaña. Por ahora, considera, los políticos nacionales se han comportado dramatices y con falso patriotismo ante la llegada del sucesor de Barack Obama. “No es antipatriótico ser inteligente y sacar adelante el país. Sacar el pecho en público y estar como tapete en privado no es la solución”.
Actualmente, Max Appedole asesora a la aspirante a la candidatura del Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia de la república, Margarita Zavala. El tampiqueño colabora en la elaboración de un plan para auxiliar a los migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos de América. “Los mexicanos en Estados Unidos tienen que organizarse. Ahorita es un momento muy importante porque México necesita un liderazgo que lo lleve por buen camino. Nos podrá gustar o no Trump pero tenemos que trabajar con él y ver qué opciones hay. Si él dice algo que no nos gusta hay que analizarlo con un criterio abierto”.
El tampiqueño observa puntos de encuentro entre el magnate Trump y el rebelde Marcos. “Las personalidades son arrolladoras pero están enfocadas en diferentes prioridades. El principal paralelismo para mí es que me va tocar jugar un papel importante con Donald Trump, similar al de Marcos, aunque sea para decirles que hacen tonterías. El tiempo va poner las cosas en su lugar. México tiene grandísimas oportunidades hasta para influir en Estados Unidos de América”.