Despistado como ha sido estos cuatro años, el Presidente Enrique Peña Nieto se mostró ayer optimista por el futuro inmediato de México, de cara al tercer tercio de su administración, a la que más de 7 de cada 10 de sus gobernados vemos como desastrosa y de la que los principales indicadores revelan que han sido años de retroceso y desilusión.
Así es mis queridos boes, supongo que por ese autismo político que padecen en Los Pinos, ayer Peña Nieto se atrevió a salir a dar una ‘cadena nacional’ para seguir mintiendo, que sabe lo que hace, lo que dice, lo que ocurre en el país, lo que viene para esta cada vez más pobre, más emproblemada nación.
“Porque soy testigo diario del esfuerzo de ustedes, veo el futuro de México con gran optimismo”, dijo.
Y por supuesto que debe ser testigo de grandes esfuerzos de millones de mexicanos que a diario se parten el alma (el término coloquial es: la madre) para poder sobrevivir en un país con lleno de desigualdades, donde todo cuesta más, donde la clase política se ha descarado y roba a plena luz del día y presume sus botines frente a un pueblo que si bien no ha despertado del todo si ha comenzado a reprobar al tirano que le tiene la pata en el cuello.
Pero Peña Nieto, el autista, no quiere darse cuenta de su realidad, ahí en Los Pinos sus asesores de millones de pesos le han convencido de que el pueblo lo quiere, aunque las encuestas serias dicen que lo reprueban.
La medición que REFORMA publicó ayer es reveladora, de cada cien mexicanos, 73 reprueba la gestión de Peña Nieto y sólo 24 le marcan como aprobatoria; el dato tendría que tener en estado de emergencia a cualquier equipo serio de gobierno, pero no a los chicos del presidente tricolor.
Y hay que decir que el dato anterior es solo entre ‘Juan Pueblo’ ahí donde todavía influye la telebasura, es decir, entre los que ven a Chavana, Mario Bezares, Hoy y Sabadazo o creen que ver una telenovela es como leer un libro, porque cuando REFORMA le preguntó lo mismo a los líderes; es decir, a empresarios, intelectuales, directores de organismos; es decir, los que si consumen libros, si toman decisiones, si pagan impuestos, la calificación reprobatoria de Peña Nieto es toda una tragedia, ya que de cada cien, 83 reprobó al esposo de “La Gaviota” y sólo 16 le aprobaron.
Entre el grueso de la población, dice la encuesta, casi el 60 por ciento respondió que considera que en los últimos 12 meses se ha incrementado la corrupción y entre los líderes la respuesta negativa subió a 71 por ciento.
Pero ¿cómo podría ser diferente, si las reformas estructurales que Peña Nieto y los suyos vendieron como la panacea, hoy ha quedado claro que no lo eran y que por el contrario, la luz, la gasolina, el poder adquisitivo de los salarios y la corrupción hoy son el detonante para la mentada de madre (no encontré un sinónimo que no ofenda a los oídos castos e impolutos), que le ha recetado en las urnas al PRI de Peña Nieto el pueblo.
No, no es un invento mío, ahí están los registros de Hacienda, el INEGI y el resto de los organismos oficiales y los comparativos de Peña Nieto con los dos presidentes anteriores a él, los insistas Felipe Calderón y Vicente Fox, cuando ambos cumplían cuatro años de gobierno.
En aprobación, ya dijimos que a Peña Nieto no lo reprueba el 73 por ciento, mientras que a Calderón sólo le ponía tache el 27 por ciento y a Fox el 23.
El tema económico revela que mientras Peña Nieto apenas reporta un crecimiento del Producto Interno Bruto, Calderón marcaba el 5.1 y Fox el 4.2.
De Inversión Extranjera, Calderón traía en su cuarto año 26 mil millones de dólares en números cerrados, Fox 24 mil millones y Peña Nieto apenas 14 mil millones.
El precio del dólar con Fox en su cuarto año estaba en 11.1 pesos, con Calderón subió a 12.3 y ya vimos ayer con Peña Nieto ya anda en 21 pesos por cada dólar.
Pero además en uno de los rubros más sensibles para la mayoría de los mexicanos, el de la seguridad, que se mide en percepción, en muertos, Peña Nieto que nos vendió él campaña que sabía cómo detener la guerra entre cárteles, también ha dejado claro que ni sabía, ni podía, ni tiene una estrategia que permita pensar que va a mejorar.
Miren, los números indican que mientras con Fox el número de asesinatos o ejecuciones en el cuarto año fue de 10 mil 87, con Calderón, que se supone fue cuando hizo crisis el tema de la inseguridad fue de 19 mil 800 y en este el cuarto año de Peña Nieto faltando un mes por contar ya van 20 mil 525; es decir estamos peor.
¿Cómo entonces estar optimista como Peña Nieto se declaró ayer?, ¿cómo no reprobar a un gobierno en el que además ha crecido el número de pobres, hemos descendido en el índice de transparencia y si somos ejemplo mundial en corrupción, se señala al propio presidente y los suyos de enriquecerse de manera ilegal?.
Han sido pues cuatro años desastrosos en los que además el presidente se acompañó de gobernadores peor de corruptos que él; una docena señalados como bandidos, unos prófugos y otros protegidos por el sistema, un sistema que está a punto de reventar o ser reventado por el pueblo, que insisto, parece despertar y amenaza con echarlo del poder en el 2018.
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