¡Cómo cambian los tiempos!
El comentario a continuación, en apariencia chabacano e intrascendente, tiene una profunda raíz en la actual vida política nacional y sus devastadoras consecuencias en la sociedad. Y Tamaulipas es lamentablemente, una muestra dolorosa.
El tema es un comercial de televisión.
Sí, como señalé, parece terreno para la trivialidad, como suelen ser esos mensajes. De hecho, en ese nivel se movía originalmente el que hago mención, que acaba de ser reeditado por la empresa tomatera protagonista, para manejarlo en el presente.
Le expongo el “jingle” que se lanzó hará unos diez años aproximadamente, cuando el escenario nacional era sumamente diferente al que ahora vivimos, con una disculpa a esta casa editora por el “gol”, pero sin la mención de la marca no tendría congruencia. Ahí va:
“Estaban los tomatitos, muy contentitos…
Cuando llegó el verdugo, a hacerlos jugo…
Juntos hasta la muerte, gritan a coro…
Si muero con decoro por los productos del Fuerte…!
¿Imagina ese mismo mensaje hoy, en los estertores de un país atenazado por los asesinatos y violencia extrema, hundido en la zozobra por la inseguridad?… sería un suicidio económico para la empresa, que ahora sólo maneja una tonadilla sin palabras, para aprovechar la musicalización, pero sin el texto que una década atrás sonaba a humor negro, pero que en estos días retumbaría brutalmente dentro de la gran tragedia que vive México.
Como puede ver, hasta en lo trivial como es un comercial de televisión, el cual debería ser divertido, en nuestro país y desde luego en nuestro Estado, se remarca la indefensión de la sociedad, que delinea el reflejo de lo que ha sucedido con nuestras patrias grande y chica en los años cercanos, desde que el entonces presidente Felipe Calderón desató la más cruenta guerra contra el crimen organizado y nos colocó a todos los mexicanos como carne de cañón en ese intercambio de violencia armada.
Y si esa diferencia se advierte en lo casi insignificante, ya puede usted valorar el salvaje impacto en la macabra danza de números rojos que a diario registra cifras más elevadas. Y aún así, se atreven los panistas a ensalzar a Calderón.
Sí. ¡Cómo cambian los tiempos!…
Dos presidentes, un solo record
Y a propósito del ex mandatario Felipe Calderón, emanado de Acción Nacional, tal vez usted recuerde que durante su campaña y posteriormente en los primeros días de su administración, el michoacano sostuvo que él sería “El Presidente del Empleo”.
Fue un slogan, si me permite el extranjerismo, repetido en forma incesante hasta que chocó con la dura realidad de la economía nacional y ya contra la pared por las presiones del gobierno de Estados Unidos para tratar de frenar el ingreso de drogas a su territorio, cambió en mala hora su estrategia para enfocarla a su fallida batalla contra la delincuencia.
Bueno, pues el hecho es que Calderón ya puede ver hoy cristalizado su compromiso. Ya hay una presidencia del empleo.
Eso es lo bueno. Lo malo para él es que no se trata de la que el manejó, sino la que está aún bajo la tutela del priísta Enrique Peña, sobre de quien no cesa la caída de rayos y centellas pero que ha roto todos los records en la generación de plazas laborales. Por primera vez en la historia, en once meses de un año se creó más de un millón de trabajos.
¿Será también ésta una tontería de Peña Nieto?
La frase del día
“No puede ser que estemos aquí para no poder ser…”
Julio Cortázar/Escritor argentino, nacionalizado francés
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