Era una gran dama originaria del estado de Chiapas y que llega a Llera en la primera mitad del siglo pasado formando una gran familia muy apreciada, querida y respetada, donde sus hijas e hijos crecieron dentro de un ambiente católico, convirtiéndose en poco tiempo en una de las artífices de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario.
Casó con don Epitacio Cabrera, un hombre que si mal no recuerdo tenía sus orígenes allá por la entonces Congregación Ignacio Zaragoza cuando sus habitantes no llegaban a sumar arriba de cien habitantes, pero como era un región cien por ciento agrícola pronto creció hasta convertirse en un gran emporio ganadero al grado que el ferrocarril destinaba varios vagones para transportar ciento de reses con destino a los centros de consumo nacional.
En aquellos años para llegar hasta ahí se hacía a través de una brecha que era recorrida a pie o en bestias, pero siempre hubo medios para hacerlo e incluso hubo un tiempo en que dado su desarrollo económico gente de aquel rumbo quisieron trasladar la cabecera municipal a ese lugar pero los residentes del pueblo de mis mayores no lo permitieron pues La Villa por su historia y comunicación era el primer pueblo fundado por don José de Escandón y Helguera del que prácticamente nació Tamaulipas.
Al construirse la carretera nacional, ésta pasó a un kilómetro del pueblo y desde entonces se echó abajo la intención de mover la cabecera hasta esa región donde tenían intereses algunos ex gobernadores del estado incluyendo políticos de aquellos años.
Aun así hubo intentos posteriores pero éstos nunca llegaron a prosperar y por fin se determinó que siendo un pueblo histórico y con un promisorio futuro se determinó no mover la cabecera del lugar donde la había establecido el Conde de la Sierra Gorda, don José de Escandón y Helguera.
Gran parte de toda esta historia se ha perdido pues sólo algunas ilustres familias conservan remembranzas escritas de los tiempos que aquí recordamos.
Traigo a colación lo anterior porque el próximo domingo veinticinco de este mes de diciembre el pueblo de mis mayores estará celebrando sus 268 años de vida y el actual presidente municipal Héctor de la Torre Valenzuela ha decidido festejarlo en todo su esplendor con varias actividades que tendrán lugar en la plaza y frente al palacio de gobierno hasta donde se darán cita la sociedad en general.
Por supuesto hubo un tiempo en que este aniversario se olvidó y la fecha pasaba prácticamente desapercibida razón por la cual la juventud de los años sesenta del siglo pasado decidió rescatar la fiesta organizando para tal caso concursos de oratoria, declamación y eventos artísticos incluyendo bailes y la coronación de la reina juvenil e incluso se invitó a las autoridades civiles para que se sumaran a esta celebración, siendo el entonces alcalde Eulalio Maldonado Martínez, quien vio con buenos ojos esta postura que la hizo suya al grado que de ahí para adelante cada veinticinco de diciembre nuestro pueblo festeja en grande su fundación.
Hoy le toca a Héctor de la Torre Valenzuela como presidente municipal organizar la fiesta y para tal efecto contempla un gran número de sorpresas a las que está invitando por este conducto a toda la sociedad, por lo tanto no se quede en casa y sumase al 268 Aniversario del pueblo de mis mayores. HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE.