Hace muchos años en una Navidad toda una familia de Llera falleció al explotar la pólvora que utilizaban para preparar algunas luces que habrían de ser encendidas en una fecha como estas, radicaban en las orillas del pueblo muy cerca de lo que antes era la molienda de don Santiago Aguilar, y bien recuerdo que en ese entonces la desgracia conmocionó a todo el pueblo dictándose en aquel entonces la orden de parte de la autoridad municipal para suspender esta clase de trabajo dentro del hogar, posteriormente un treinta y uno de diciembre el Ayuntamiento de aquel entonces se suscitó otro incidente, pero ahora fue a un costado de la presidencia municipal cuando se celebraba la llegada de un nuevo año.
En este entonces se acostumbraba instalar a un costado de la Casa del Pueblo una cantina popular auspiciada por la autoridad municipal o por los
organizadores del baile cuando una persona se le ocurrió disparar el arma que portaba con tan buena suerte que le atinó al cableado de la luz quedando el pueblo a oscuras y a consecuencia de este incidente se suspendió el baile, terminando así con la gran noche mexicana que se tenía preparada para ese día.
Huelga, decir que por las consecuencias que tuvo se suspendieron esta clase de eventos por un buen tiempo, aclarando que en aquellos años de los que hacemos un breve recordatorio no existían los cuidados necesarios que hoy se tienen, razón por la cual encontrándonos muy cerca de la Noche Buena y Año Nuevo no está por demás recomendar a las autoridades como particulares extremen sus precauciones en esta fecha a fin de evitar desgracias mayores, pues estas llegan sin ser esperadas y que necesidad hay de sufrirlas, razón por la cual invitamos a todo mundo a tener cuidado, máxime cuando en estos días en que se desbordan los ánimos la gente se divierte a su modo. Creo que las recomendaciones salen sobrando pero no están de más.
Formulado lo anterior pasemos a otros aspectos no menos interesantes, pues ahí tienen que la Navidad la tenemos a la vuelta de la esquina que aparte de celebrarse también la fundación del pueblo de mis mayores, la autoridad municipal y su esposa, Héctor de la Torre Valenzuela y Patricia Quintanilla Arcos, estaremos festejando los 268 años en que mi compadre José de Escandón y Helguera al frente de un contingente de personas dieron vida a la Villa de Llera, donde nacimos y vivimos, surgiendo así lo que hoy es Tamaulipas.
Para esto y previo a su nacimiento don José y su tropa acamparon en lo que hoy es la hermosa región de Guadalupe y de ahí partieron muy de mañana para llegar muy cerca donde hoy es nuestro pueblo pero debido a las inundaciones que provocaban las crecidas del hoy río Guayalejo con el tiempo se trasladó la villa hasta el lugar donde hoy se encuentra llamándolo como hoy lo conocemos en honor de su esposa doña Josefa Llera, instalando el primer cuadro donde destacaron las rústicas construcciones de lo que fueron la alcaldía y la iglesia, aparte de unos caseríos de ramas y lodo donde vivieron sus primeros habitantes, surgiendo así lo que hoy es Llera, sin olvidar que sus primeros descendientes eran sepultados donde hoy es la iglesia de Nuestra Señora del Rosario y donde por cierto años después ante las nuevas edificaciones se sacaron los cuerpos que al no tener quien los reclamaba vaya usted a saber dónde quedaron.
Pues bien, traigo a colación lo anterior a fin de destacar el día que nació nuestro pueblo y de sus primeras autoridades como de su primera iglesia habremos de abordar en posteriores comentarios, no sin antes mencionar que la fundación del pueblo trajo consigo hazañas de las cuales nuestros historiadores se han olvidado pero que gente querida y respetada de los de ahora guardan interesantes vestigios de lo que fue Llera en sus inicios, razón por la cual convoco al alcalde Héctor de la Torre Valenzuela para que vaya al rescate de estos pormenores y se escriba tal como fue y es Llera. Sería sin duda alguna un buen y excelente trabajo y un gran rescate histórico.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE.