Al defender el “gasolinazo” que aprobó la Secretaría de Hacienda, con el visto bueno de la Cámara de Diputados, que hoy tiene al país el borde de una severa crisis que amenaza con incendiar el país, el presidente, Enrique Peña Nieto, reconoció que se trata de una medida dolorosa que genera enojo, pero que no había de otra, porque su compromiso es mantener la estabilidad macro económica.
Y por ese motivo pidió a los millones e mexicanos indignados su comprensión ante las medidas adoptadas, bajo el cuento que de no haber tomado esa decisión hubiera traído consecuencias más graves posteriormente.
Si el Presidente Enrique Peña Nieto ahora confiesa que su prioridad es mantener la estabilidad macro económica, valdría la pena preguntarle: ¿Por qué entonces jugó con esa estabilidad durante cuatro años, con la complicidad de su amigo, el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray?
Luis Videgaray, su amigo personal, jugó irresponsablemente con la estabilidad macro económica, cuando empezó a endeudarse ejerciendo un déficit presupuestal anual, que afirmaron era manejable para acallar as voces advertían los riesgos que se corría.
El Gobierno de Enrique Peña Nieto se dedicó a gastar más allá de los ingresos reales, aumentando la deuda desproporcionadamente, sin importar poner en riesgo la estabilidad económica, con la complicidad del todavía director del Banco de México, Agustín Carsterns, que ejerciendo su autonomía debía haber lanzado la alerta.
Peña Nieto, Videgaray y Carstens pusieron oídos sordos a los economistas que advirtieron el grave riesgo para la estabilidad macro económica endeudar el país a través de los déficit presupuestales.
Cuando se desplomaron los precios del petróleo, el Gobierno de Peña Nieto en vez de reorientar el rumbo mantuvo el gasto exesivo, sin importar la estabilidad económica.
Fue a mediados del año pasado, cuando las corredurías internacionales pusieron a México con notas negativas por su elevado endeudamiento que representa el 51 por ciento del Producto Interno Bruto, cuando Peña Nieto y su Secretario de Hacienda, se dieron cuenta de sus graves errores y para apaciguar a los mercados internacionales prometieron que el presupuesto del 2017 no tendría déficit y por si no fuera suficiente redujeron drásticamente el Presupuesto de Egresos.
Ese juego irresponsable también debilitó al peso mexicano frente al dólar, que desde 2014 empezó a devaluarse periódicamente, sin que el Gobierno reaccionara, porque luego vio en el ajuste de la moneda una forma de financiamiento para obtener más pesos por los dólares provenientes de la venta del petróleo y las reservas internacionales del Banco de México.
Con un país en banca rota, Peña Nieto nos reitera que su prioridad es la estabilidad macro económica.
La tesis sería valida si hubiera sido una prioridad durante todo su Gobierno y no cuando el país está en quiebra.
Otra pregunta que habría que hacerle al Presidente es la siguiente: ¿Y la estabilidad social?
Al Presidente se le olvidó la estabilidad social de los mexicanos a los que ahora les pide comprensión. De poco puede servir la estabilidad macro económica si los mexicanos siguen engrosando las filas de la pobreza extrema, como si mas de 50 millones no fueran suficientes.
El Presidente Peña Nieto no tiene vergüenza al pedir comprensión a los mexicanos, cuando su gobierno no ha tenido ninguna comprensión con ellos.
Tampoco puede pedir comprensión un Gobierno que se ha visto envuelto en grandes escándalos de corrupción y saqueo de los recursos económicos a través de un gasto irresponsable que ofende a los mexicanos.
PICADILLO……..ROSCA DE REYES. En un acto programado hoy a las 5 de la tarde en la plaza Hidalgo, el alcalde, Jesús de la Garza Díaz del Guante, partirá la rosca de Reyes con habitantes de la comunidad.