Nunca un presidente mexicano en funciones había logrado que la gran, la inmensa mayoría, que casi por unanimidad, sus gobernados reprobaran su gestión, Enrique Peña Nieto está haciendo historia, negativa para desgracia del país, de su partido y de la figura presidencial.
Así es mis boes, según la encuesta publicada ayer por REFORMA revela que apenas 12 de cada 100 mexicanos aprueban al presidente, gravísimo para una nación porque la expone a la ingobernabilidad, porque dificulta los consensos.
El poderoso grupo editorial revela que en el último mes, me atrevería a decir que en los últimos 15 días, Peña Nieto tuvo una caída en la aprobación ciudadana de 12 puntos porcentuales al pasar de 24 por ciento a 12.
Obviamente el tema del gasolinazo es el mayor causante del desplome del presidente, pero ciertamente si baja en popularidad había entrado en una espiral en la que cada tres meses nos daban cuenta de mínimos históricos.
Me pregunto cuál será la reflexión del gabinete de Peña Nieto y de el mismo ante el escalofriante 12 por ciento de aprobación.
Poniéndolo con manzanitas, es como ir a una fiesta y que nadie te quiera, como que nadie te dirija la palabra en el trabajo, como si a toda tu familia le cayeras gordo, como si en el examen semestral de cien preguntas solo sacaras 12 aciertos.
¿Qué hace uno ante cualquiera de las anteriores suposiciones como para imaginarnos lo que tendría que estar pensando Peña Nieto y sus muchachos?.
Si vas a una fiesta donde te das cuenta que nadie te quiere simplemente te vas, si no encajas en el trabajo renuncias y si en un semestre sacas 12 de 100 puntos pues le piensas si te tienes que dedicar a estudiar otra cosa.
En términos muy sencillos, Peña Nieto sería un alumno que en el último año paso de ser ‘burro’ a ‘burrísimo’, porque allá en diciembre del 2015, su calificación andaba en 39 por ciento, para ese entonces unos cuantos ajustes, dedicación, mejores mentores y equipo le podrían haber puesto en calificación aprobatoria o suficiente.
Pero resultó todo lo contrario, solo en un año perdió 27 puntos de calificación, porque hizo la tarea mal, porque se rodeó de puros igual de burros que él, porque no puso atención.
¿Tendría que irse Peña Nieto?, ¿a los cuántos puntos de rechazo ciudadano un presidente debe abandonar el cargo?, ¿porqué no tenemos una legislación en ese sentido y si será la hora de que los partidos le entren al tema?
Y es que no es solo cosa de decir: pobre presidente nadie lo quiere, o que la oposición se regocije porque con los negativos del presidente es un hecho que el PRI está fuera de la jugada del 2018 y tiene el peligro incluso de ir más allá del tercer lugar.
También es cosa de entender ¿por qué al presidente casi todo el país lo reprueba, lo rechaza? y en esos porqués estaría la justificación para que se legisle sobre cuándo un presidente se tiene que ir si el pueblo ya no le apoya.
Un ‘uno’ en un rato examen significa que el alumno, en este caso el presidente, no sabe ni ‘jota’ de la materia o el trabajo para el que fue contratado, ¿entonces no valdría la pena analizar si le seguimos pagando o contratamos otro?.
Porque Peña Nieto no gana un salario mínimo como para que le demos una, otra y otra oportunidad, porque resulta que las fallas que el como presidente comete nos afectan a todos, nos joden a todos.
Vean la encuesta de REFORMA, el 85 por ciento de los que contestaron las preguntas dijeron que consideran que el gasolinazo de Peña Nieto ha afectado mucho o algo en sus finanzas personales y familiares.
Casi el 80 por ciento desaprueba la conducción económica del país, porque consideran que estamos peor en ese rubro que el año pasado y el 60 por ciento dice que es solo culpa de Peña Nieto y no del contexto internacional.
Tan grave ve la mayoría la situación económica del país que la inseguridad paso a ser la segunda preocupación nacional. Es decir la toma de decisiones del presidente no implica solo que lo reprobemos, sino que para cuando le ponemos tache él ya nos armó un desastre en el bolsillo.
¿Se debe ir el presidente?, por una encuesta no, al menos ahora no lo enmarca ninguna ley.
Mi gran preocupación es ¿hasta donde va a llegar la falta de popularidad de Peña Nieto y qué pasará cuando necesite de respaldo popular ante una emergencia nacional?, porque con un 1.2 de calificación no hay forma de que consiga apoyos, acuerdos, gobernabilidad.
La tragedia de Monterrey…
Un chavo de apenas 15 años disparó ayer a sus compañeros de grupo y a su maestra y luego se mató, gravísimo, triste y desesperanzador, pero el país cayó en la de siempre, discutimos lo menos importante, porque ayer cuando aún la sangre estaba en el aula del colegio donde ocurrieron los disparos ya las redes y muchos medios de comunicación discutían por la difusión del video del ataque.
No se discute lo importante, como cuando el gasolinazo que terminamos hablando de saqueos, seguimos en pañales como sociedad.
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