CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Esta mañana Donald Trump se convertirá en el presidente de Estados Unidos de América, lo que representa un viraje innegable en el rumbo de la geopolítica internacional, y desde luego de la relación de su país con México.
Nunca se había enfrentado a un presidente estadounidense tan abiertamente hostil desde principios del siglo pasado. “Se inicia la era más desafiante en la relación bilateral en un siglo”, dijo Jeffrey Davidow, ex embajador de Estados Unidos en México. El diplomático recomendó “confrontar a Trump con firmeza, pero sin histeria”.
Catalogado como el candidato presidencial menos calificado para dirigir el gobierno del país más poderoso del mundo, Trump asumirá poderes este viernes en medio de un mar de incertidumbre sobre el futuro económico y político de Estados Unidos.
“No hay manera de suavizar el triunfo de Trump. Las consecuencias para la relación EU-México serán negativas y graves. La pregunta ahora es qué tan grave.
Con base en los temas ignorantes y racistas de la campaña de Trump, ciertamente podrá ser muy grave”, añadió Davidow, considerado el diplomático de carrera
que mejor conoce la relación con México. Davidow fue embajador en México bajo las administraciones de Bill Clinton y George W. Bush.
En señal de los tiempos que se vienen, Trump ya rompió una de las reglas no escritas que ha regido la relación durante casi tres décadas consistente en conferir a los líderes de México y Canadá la deferencia de ser los primeros jefes de Estado extranjeros en reunirse con el presidente electo de Estados Unidos. Al desdeñar este simbolismo, Trump está enviando el mensaje de que el trato especial concedido a los vecinos pertenece al pasado.
Como presidente, Trump tendrá a su alcance la prerrogativa de tomar acciones ejecutivas, lo que le dará amplio campo de maniobra en materia comercial y migratoria. También podrá enviar anteproyectos de ley al Congreso con fuerte posibilidad de que sean aprobados ya que su partido conservó las mayorías de ambos cuerpos legislativos, el Senado y la Cámara de Representantes. Trump llega a la Casa Blanca dotado con el poder político y las herramientas para cumplir sus promesas de campaña, entre las que se encuentran la construcción de un muro en la frontera con México, la deportación masiva de indocumentados y la renegociación del Tratado de Libre Comercio, que incluye la presión a compañías norteamericanas para que dejen nuestro país y se instalen en su territorio.
Antonio O. Garza, ex embajador en México en el gobierno de George W. Bush, advirtió que si las propuestas de campaña de Trump “siguen adelante sin cambios, podemos esperar una relación mucho más fría, si no es que completamente helada”. Pero si Trump da un nuevo enfoque a esas propuestas, “entonces se allanaría el camino para sostener discusiones o negociaciones mucho más tranquilas con los funcionarios mexicanos”, dice Garza, actual socio del despacho
jurídico White & Case en la Ciudad de México.
Garza observó que las grandes promesas de campaña rara vez se vuelven realidad. “Afortunadamente gobernar no es lo mismo que hacer campaña”, señaló.
Es temprano para saber si la priorización de las deportaciones de indocumentados con antecedentes criminales se traducirá en una política de deportaciones más selectiva. La designación del senador Jeff Sessions como Procurador General augura una política migratoria dura. Sessions es implacable enemigo de la inmigración indocumentada y cuenta con antecedentes racistas.
“Sospecho que la política hacia México no cambiará mucho de la que vimos en la campaña, pero el tono y tenor pueden ser diferentes”, estimó Andrew Selee, vice presidente del Centro de Estudios Internacionales Woodrow Wilson.
La idea de levantar una barrera física entre México y Estados Unidos, dos países atados geográfica, histórica, económica y culturalmente, quizá sea la que mayor inquietud despierta en ambos lados de la frontera por sus implicaciones humanas en el corto plazo. “El muro no tiene sentido desde un punto vista económico o de seguridad. Trump es impredecible. No se puede tomar lo que dice literalmente. Pega bandazos entre diferentes enfoques políticos, y raras veces detalla sus propuestas”, dice Peter Hakim, presidente emérito y asociado sénior del Dialogo Interamericano, grupo de reflexión en la capital estadounidense.
Trump insiste en que obligará a México asumir la factura de la construcción del muro fronterizo, estimado en miles de millones de dólares. Si el gobierno de México se negara, como ha adelantado Enrique Peña Nieto, no podrá obligarlo a pagar a menos que recurra a la fuerza o trate de confiscar las remesas que los mexicanos envían a México. Lo que sí podrá hacer es ejercer presión en materia comercial y de seguridad.
“Trump tendrá poderes para declarar una emergencia de seguridad y enviar tropas a México (como el presidente Barack Obama con Libia), aunque esto generaría gran controversia”, opinó Hakim.
Jim Jones, ex embajador en México del gobierno de Bill Clinton, espera que una vez Trump entienda la importancia de México para la seguridad y economía de Estados Unidos, sea “comprensivo y vea la relación con México positivamente”.
Para el especialista sobre México de la Universidad de Georgetown, John Bailey, la interrogante no es si Trump cumplirá sus amenazas sobre el muro, las deportaciones y el TLCAN, sino la velocidad con que las cumpla. “Presiento que no tendrá prisa y que más bien será después y no de inmediato”, estimó Bailey.
Con información de Forbes
Un día ajetreado
Hoy temprano por la mañana, Trump se reunirá con el saliente presidente Barack Obama en la Casa Blanca y de allí saldrán juntos al Capitolio, donde será la toma de posesión.
Las autoridades esperan que lleguen unas 900.000 personas a Washington tanto para el juramento como a participar en actividades ligadas a este.
3,7 kilómetros cuadrados estarán cerrados al tráfico de automóviles y las autoridades federales, estatales y locales harán una burbuja protectora alrededor de la ceremonia de toma de posesión.
El juramento será entre las 11:30 y las 12:30 del viernes, en el Capitolio.
“Juro solemnemente (o afirmo) que desempeñaré fielmente el cargo de presidente de Estados Unidos, utilizando al máximo mis capacidades para preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos”.
Con estas palabras, Donald Trump aceptará el cargo como presidente.
El perfíl de Donald
Donald John Trump nación en Nueva York en 1946.
Se hizo rico en el sector inmobiliario; forjó desde los años 80 un imperio empresarial orientado a la construcción de casinos, hoteles y viviendas de lujo que supo mantener pese a las dificultades financieras.
Donald Trump contrajo matrimonio en 1978 con la deportista de origen checo Ivana Winkelmayr, a la que había conocido dos años antes durante los Juegos Olímpicos de Montreal. El matrimonio tuvo tres hijos.
A comienzos de 1990, Ivana Trump presentó la demanda de divorcio. Tras la sonada ruptura con Ivana, su vida sentimental siguió siendo azarosa. En 1993 contrajo matrimonio con la actriz Marla Maples, de la que se divorciaría en 1999; su tercera y actual esposa es la modelo eslovena Melania Knauss, con la que se casó en 2005.
En 2011 exigió a Obama que acreditara su condición de estadounidense mostrando su partida de nacimiento; en 2013 afirmó que negros e hispanos eran los culpables de casi todos los crímenes violentos; en junio de 2015 anunció su precandidatura por el partido republicano.
La discordia
EL MURO
Quizás su principal promesa de campaña fue la construcción de un muro en la frontera con México. Recientemente insistió en que el muro se construirá y México lo pagará a través de un impuesto. En el país se especula que Trump podría gravar las remesas que envían los “paisanos”.
INVERSIONES
Desde antes de tomar el poder, Trump ha iniciado una serie de presiones a los fabricantes de automóviles para que trasladen sus plantas de México a Estados Unidos; en el caso de Ford, consiguió su cometido, pero otros gigantes como Toyota y BMW han rechazado sus exigencias.
DEPORTACIONES
La otra gran promesa de campaña fue la hostilidad contra los migrantes indocumentados en Estados Unidos, a quienes aseguró, deportará a sus países de origen. Luego de obtener el triunfo, matizó que expulsará a aquellos que cuenten con antecedentes penales.
TLCAN
Donald Trump ha insistido en que busca “corregir” y “hacer más justo” el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Trump calificó al TLCAN como el “peor tratado de la historia” y dijo que ha sido la causa de que los estadounidenses ganen menos dinero.
OBAMACARE
Uno de los logros más grandes de Obama está en riesgo. Para el millonario republicano es inconcebible que los estadounidenses no puedan tener cobertura sanitaria por razones financieras. “Asegurarse es demasiado caro para algunos, y nadie morirá en la calle con un presidente Trump”, dijo.