WASHINGTON.- Grupos de manifestantes contra la investidura del presidente estadounidense, Donald Trump, chocaron violentamente con la policía, lo que ocasionó heridos y un centenar de detenciones.
El día comenzó con intentos de bloqueo por parte de varios grupos de manifestantes para que los simpatizantes de Trump no pudieran acceder a los puntos del recorrido del desfile inaugural reservados para el público en el centro de Washington.
‘TRUMP NO ES MI PRESIDENTE’
En algunas puertas, personas al grito de “Trump no es mi presidente” y “No a Trump. No al KKK. No a un EU fascista” crearon cadenas humanas para obligar al cierre de los accesos, mientras que la policía hacía lo posible para permitir el paso de aquellos que buscaban tomar sitio para saludar al flamante presidente.
En otros accesos los manifestantes se mezclaron de manera pacífica con los centenares de miles de personas que querían celebrar la toma de posesión de Trump, quien llega con el más bajo índice de popularidad de la historia reciente del país y que ha escandalizado con sus comentarios contra inmigrantes, musulmanes o mujeres.
ANARQUISTAS VS TRUMP
Poco después de que Trump jurara su cargo en el Capitolio, una de las manifestaciones que transcurría de manera pacífica y festiva desde Union Station a la plaza McPherson se desintegró cuando un grupo de anarquistas y antifascistas comenzaron a romper escaparates y a enfrentarse con la policía.
La policía antidisturbios cargó y lanzó gases lacrimógenos y gas pimienta para dispersar a los manifestantes, que respondieron lanzando cascotes, montando barricadas, destrozando vehículos policiales o privados y prendiendo fuegos en plena calle.
CALCULAN 100 MIL MANIFESTANTES
Los organizadores de las diversas acciones de protesta de hoy esperan que más de 100 mil personas hayan expresado su descontento hoy en la capital, un número que puede acabar compitiendo con la presencia de simpatizantes del nuevo presidente, menor a cuando en 2012 Barack Obama comenzó su segundo y último mandato.
Pese a la violencia, el fuego y, en algunos casos, la sangre, otros aprovechaban el caos en el que se ha sumido la ciudad para trasladar a McPherson los excedentes no vendidos de camisetas de Trump que durante los disturbios se anunciaban al grito de “leña para el fuego”.
Con información de Excélsior.