+ Verborrea de Trump opaca protestas + El PRI sigue sin entender ni corregir
+ ¿Arreglada la elección mexiquense? +Diputados priistas temen linchamiento
La escandalera armada por los desplantes antimexicanos de Donald Trump relegaron a segundo plano las protestas y manifestaciones de repudio al gobierno federal a causa de los gasolinazos y momentáneamente le dieron un respiro al régimen priista que ya no aguantaba tanta vapuleada.
Gracias a las desatinos del presidente de los Estados Unidos, en una horas la indignación causada por la impopular alza de los combustibles
se convirtió en un acto de indignación pero contra las bravuconadas del magnate estadounidense que en tan sólo nueve días de haber asumido el cargo ya tiene en encima, además de la mayoría de los gringos, al mundo entero.
Y es que si la construcción del muro fronterizo constituye un error histórico, como el de Berlín, que terminó derrumbándose solo, anunciar que impondrá un impuesto a la importación de productos mexicanos a los Estados Unidos, con cuya recaudación se financiara el muro fronterizo, fue un acto de ignorancia mayúscula.
No únicamente porque lo prohíbe el agónico pero aún vigente Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el TLCAN, sino porque, de concretarse la imposición del gravamen, los que costearían la obra no serían los mexicanos sino los propios consumidores estadounidenses que cargarían con la medida fiscal al adquirir a los bienes importados de México.
QUIEREN SACARLE RAJA
¿Cuánto durará la tregua contra los gasolinazos?
Muy poco. El alza de la masa y las totillas, lo mismo que de las medicinas, el transporte foráneo, el urbano es casi un hecho, y de casi todos los servicios y productos de consumo general generada por el incremento a los energéticos tienen indignada a la sociedad y tan pronto pase el ruido originado por el arrebatado gobernante de Gringolandia, las protestas contra el aumento de los combustibles se reanudarán y con mayor enjundia.
Mientras tanto EPN y el PRI tratan de sacarle provecho y raja política a la circunstancia. El presidente Enrique Peña Nieto se sumó al llamado a la ola nacionalista del “Todos Somos México”, igual que el tricolor, aunque este infructuosamente. Enrique Ochoa Reza trató de erigirse en el chapulín colorado de los desprotegidos pero no tuvo éxito.
A la convocatoria que hizo a todos los partidos políticos a la unidad nacional, lamentablemente, como era de esperarse, sólo asistieron sus aliados e incondicionales el Verde Ecologista, Nueva Alianza y Encuentro Social. PAN, PRD, MORENA y Movimiento Ciudadano se negaron a engordarle el caldo al representante del partido que aún gobierna el país.
Andrés Manuel López Obrador, considerado por muchos como el último defensor de la bandera nacionalista que el PRI y el PAN tiraron al cesto de la basura para enarbolar la neoliberalista y privatizadora, se prepara para capitalizar el generalizado descontento popular provocado por la política discriminatoria del gobierno de Norteamérica tanto en México como en el exterior.
En febrero el precandidato presidencial de MORENA hará una visita a las comunidades mexicanas de los Ángeles y de Chicago e inmediatamente después realizará una recorrido por cincuenta ciudades del vecino país del norte en la que promoverá la creación de un Frente Cívico Contra la Xenofobia y el odio a los extranjeros en Norteamérica, entre otras actividades.
ELECCIÓN CRUCIAL
Los que siguen sin entender ni aprender la lección que les han dado los ciudadanos son los dirigentes nacionales del PRI. En la selección del candidato a gobernador del Estado de México volvieron a incurrir en una de las prácticas que, entre otros factores, ocasionaron la debacle electoral en 7 de la 12 gubernaturas que fueron renovadas en los comicios estatales del 2016.
El dedazo directo e inapelable desde los Pinos.
No conformes con el error, en momentos en que nadie quiere saber de las decisiones cupulares, resolvieron la sucesión mexiquense mediante la imposición y lo que resulta aún peor, asignaron la candidatura no solamente a un amigo del presidente de la República, sino a un primo hermano, el diputado federal Alfredo Del Mazo, elementos que, de antemano, garantizan al representante del ex invencible el rechazo, tanto de los simpatizantes como de las propias bases.
Parece que, no obstante lo que reza el dicho de que en momentos cruciales es necesario “renovarse o morir” para evitar el colapso, en el caso del ex partido oficial sería un acto suicida, porque renovarse implicaría una muerte segura.
Si la información es correcta, el abanderado del grupo Atlacomulco tendrá que superar en las urnas el próximo 4 de junio a los eventuales candidatos del PAN, la ex candidata presidencial Josefina Vázquez Mota, y a la diputada federal Delfina Gómez, esta del Movimiento Regeneración Nacional.
La principal carta del PRD, Alejandro Encinas, que se descartó, ha dejado a la agrupación perredista en situación complicada. Sumarse a la contendiente de AMLO, quizá es la fórmula menos peor a la que tendría que echar mano el Partido del Sol Azteca y Alejandra Barrales para evitar consecuencias políticas mayores en escenarios tan adversos como los actuales.
Participar en los comicios con un candidato débil sería un desastre, a menos de que fuese parte de una negociación concertada para salvarle la vida al Revolucionario Institucional.
Debido a lo que representa para la causa priista, la elección del sucesor de Eruviel Ávila en la entidad de la que es originario el señor de los Pinos es considerada por los expertos una contienda electoral de vida o muerte. Si conserva en su poder el gobierno estatal, que, a decir de los expertos, sólo lograría a través de una negociación celebrada en lo oscurito con Acción Nacional, sobreviviría a la sucesión presidencial del 2018, de lo contrario, habría que empezar a prepararle los responsos y las exequias.
SIGUEN INMOVILIZADOS
En contraste con lo que sucede en Edomex, en Tamaulipas los militantes del PRI siguen sin dar señales de vida.
Después de que el PAN lo sacó del gobierno del Estado el año pasado, se encuentran inmovilizados. El alto mando nacional ni siquiera ha tenido tiempo para iniciar el proceso de designación del nuevo guía estatal de la agrupación, actualmente en manos de la cuestionada presidenta interina Aída Zulema Flores Peña, a la que las bases partidistas consideran una imposición del ex gobernador Egidio Torre Cantú, causante, piensan, de la derrota de Baltazar Hinojosa Ocho.
Y todo indica que el partido político continuará acéfalo hasta después de la elección del gobernador mexiquense, es decir, hasta después de 4 de junio.
Es necesario señalar, sin embargo, que a los priistas tamaulipecos no les falta únicamente un líder para salir de la parálisis y tratar de revertir el repudio social causado por el aumento de los precios de las gasolinas, el gas y la electricidad que los ha colocado en una posición altamente vulnerable.
Los jitomatazos que recetaron recientemente al propio coordinador parlamentario de los diputados del congreso federal, César Camacho Quiroz, y el temor al linchamiento popular, tienen acalambrados a muchos activistas y funcionarios públicos, empezando por los legisladores que dieron el visto bueno al presupuesto de ingresos que dio pie a los gasolinazos, que da la impresión de que les da pavor hasta de salir a la calle.
El pasado jueves, por ejemplo, la mayoría de las figuras del PRI desairaron la invitación que les formularon para que dieran fe, testimonio y realce a la ceremonia del ungimiento como nuevos dirigentes estatales del INCOPSE, de Honoria Mar Vargas y Ricardo Garza Narváez, no se sabe si porque les pareció un evento menor o por temor a encarar la ira ciudadana y de los propios compañeros de partido.
Además del rechazo social, otro de los problemas que los priistas están empezando a padecer es la falta de dinero.
La reducción de las prerrogativas económicas que trajo consigo la derrota electoral en la entidad ha dejado a la mayoría de los comités directivos sin recursos suficientes para operar, a algunos de ellos, como el de Altamira, en verdadero estado de quiebra, al extremo de que los directivos no tienen ni para la gasolina, según ha confesado el propio jerarca Eulogio Sánchez De la Rosa.
Frente a la increíble penuria, que nadie imaginaba hace apenas 12 meses, el otrora poderoso instituto político se ha visto por primera vez en la necesidad de pasar la charola y pedir la coperacha de los ex regidores, ex alcaldes y ex servidores públicos para subsistir y tratar de mantenerse a flote.
Obviamente, los que deben de estar de plácemes son los panistas y los cada vez más numerosos seguidores de la alcaldesa de Altamira, Alma Laura Amparan Cruz.
La repentina pobreza que aqueja a los priistas porque ya no tienen a su disposición el erario público, aunada a la crecientes simpatías que se ha granjeado a base de trabajo la presidenta municipal, le abre al partido albiceleste una coyuntura sin precedente para seguir al frente del
ayuntamiento por otros 3 años.
Los miembros del SUTSHA de ciudad Madero, por otra parte, mantienen un fructífera relación política y laboral con ayuntamiento y las autoridades en turno. En la asamblea más reciente del gremio de los burócratas que dirige Andrés Portillo Villegas, el regidor del Partido del Tucán, José Luis Hinojosa Banda, entregó a nombre del PVEM chalecos reflejantes a 65 empleados del Departamento de Limpieza para proteger su salud e integridad física.
El objetivo, además de mejorar las condiciones de trabajo, prevenir accidentes y riesgos laborales así como coadyuvar con el gobierno de la ciudad a elevar los veles de rendimiento y productividad de los empleados municipales del ramo.
jlhbip@hotmail.com