Apenas el miércoles hablaba sobre la trascendencia del deporte en conflictos políticos y bélicos y su relevancia en la historia mundial, pues Correcaminos tomó partido en el tenso momento que viven México y Estados Unidos con la iniciativa de un torneo que hermane a las aficiones de Tamaulipas y Texas con la competencia titulada “The Bridge”.
Quise suponer que si el presidente del Club Correcaminos, Rafael Flores Alcocer, se aventuró a tuitear sobre este proyecto era porque ya sabía el cómo y el cuándo, sobre todo las connotación que iba a cobrar una afrenta a la política social, económica y migratoria del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Supuse también que los embarrados, perdón, quise decir los equipos invitados, ya estaban precisamente invitados o al menos enterados de las intenciones del presidente del cuadro naranja.
Pensé que el tema había sido valorado por la directiva desde el aspecto deportivo, si encajaba en la planeación de un torneo que de entrada ya empezó complicado para los naranjas que en cinco fechas están en los últimos lugares de la tabla, con un refuerzo “bomba” que evidentemente no está en forma ni ritmo y justamente en un mes de febrero que viene sumamente cargado de actividad pues en cuatro semanas se disputarán siete juegos entre liga y copa, aunado a que entre los invitados está un equipo que no puede ni debe tener distracción alguna pues se juega nada menos que el descenso a la Segunda División, el caso del TM y otro, Reynosa FC, empezó tarde su competencia en la Liga Premier debido a que no se les garantizaba el pago de
sueldos y tuvo que entrar al quite el gobierno del estado para echarlo a andar ya cuando el torneo estaba iniciado.
Supuse además que una vez valorado este punto, al momento de dar a conocer la iniciativa a los equipos texanos, estos analizaron su calendario pues la MLS inicia en marzo.
Y supuse también que se valoró la sede pues seguramente tendría que ser la frontera, del lado gringo, debido a que difícilmente los equipos del otro lado se internarán en territorio mexicano para un torneo amistoso, que busca exhibir la disparatada pero casi consumada idea de construir un muro entre los dos países.
Pero supuse mal.
Correcaminos especificó a mitad de semana que apenas está planeando el torneo y que apenas está haciendo llegar las invitaciones a los equipos gringos, en tanto que tuvo que corregir su comunicado pues el FC Dallas fue borrado de la lista de invitados, por lo que el hexagonal, si se hace, sería pentagonal, con los tres tamaulipecos de cajón y el Dynamo de Houston y los Toros de RGV.
Ahora sí, quiero suponer que este torneo en realidad va en serio, pero una vez que se hayan valorado todos estos puntos e insisto, que se hayan coordinado todas las instancias correspondientes: los gobiernos, las cámaras de comercio de ambos estados, las autoridades futbolísticas de ambas naciones y muy importante, los términos diplomáticos e implicaciones que este evento tiene.
Quiero suponer que el torneo no viene sólo de una hemorragia creativa en redes sociales del presidente Flores Alcocer, quien por lo que se ve muestra varios afectos y rencores en esta vía, al menos así lo hacía antes de tener el cargo que ahora ostenta claro está.
Pues hasta los medios nacionales dieron crédito al presidente por este “torneo contra Trump”, una vez que surgió de su Twitter, mismo en el que antes fijaba posturas sobre el matrimonio igualitario y airados reclamos al gobernador panista de Querétaro, Pancho Domínguez, así como sus propuestas de gobiernos ciudadanos y no políticos… que irónico, la política lo llevó a ser por primera vez presidente de un equipo importante.
Sí, también muestra sus afectos deportivos, se lee en sus tuits su amor por la Unión de Curtidores y textos venidos del corazón al Irapuato y Murciélagos, por donde tuvo un paso que en otra entrega abordaremos.
En fin, mis dudas siguen en el aire, ojalá alguien las resuelva, pues ya le digo, quiero suponer que esto no fue una simple ocurrencia y que este torneo desde que nació ya estaba muerto.
@luisdariovera