Justo en este momento se está preparando todo para que inicie la Temporada Abierta para el traslado de combustibles en México, si bien, es una excelente noticia que se abra a la libre competencia este segmento de hidrocarburos, particularmente después de romper el monopolio que tenía el sindicato de los petroleros que ahogó tanto tiempo al desarrollo de la red nacional de ductos por darle prioridad a la “paz laboral” otorgando en exclusiva los contratos para transportar en pipas las gasolinas de Petróleos Mexicanos (PEMEX).
Ahora bien, la apertura del mercado de la transportación especializada a través de la Temporada Abierta debe venir con una clara respuesta a la
interrogante ¿Garantizará el gobierno federal, así como los estatales, el libre traslado de las gasolinas? Desde luego que está duda es parte de la incertidumbre del sector transportista mexicano para entrarle a este negocio, pues con el movimiento de mercancías ya sufren los embates de la delincuencia organizada y eso que no tienen claro el contenido de los camiones de carga, imagínese que ahora sabiendo que contienen hidrocarburos listos para la venta, serán presa fácil desde los derechos de piso hasta los eventuales secuestros de las unidades.
En esta semana conversé con un consultor de una empresa mexicana con sede en Monterrey, Nuevo León, y con presencia en cuatro continentes del globo terráqueo. Me comentó que la compañía que recientemente acaba de entrar al sector energético con una seria apuesta, y que está construyendo un desarrollo de energía en Coahuila, tienen que pagar 80 millones de pesos mensuales para el libre tránsito de sus unidades por el estado de Quintana Roo solo para funcionarios estatales, no por concepto de impuestos tributarios, a esto se le suma los derecho de piso que les cobran los grupos delincuenciales de la región ¿Quién termina pagando todo este dinero? Desde luego que el consumidor. Esto es sólo un ejemplo, de muchos, que viven los
transportistas para movilizar productos en las carreteras de México, es evidente que nada se está haciendo para mejorar esta anómala situación.
En esta fórmula de un círculo malicioso, muy viciado, debemos incluir el otro embate proveniente de Estados Unidos. Las empresas internacionales que ya empezaron a operar en México para nuevas franquicias en estaciones de servicio, solo por citar un ejemplo con la petrolera texana Texaco ¿Usted cree que se dará el lujo de abrir una línea transportista para sus hidrocarburos en territorio mexicano? Definitivamente no lo creo, no sólo que sería ir en contra del discurso de su nuevo presidente Donald Trump, sino porque son aliados del ex candidato a la Casa Blanca, ex gobernador de Texas y próximo secretario de Energía, Rick Perry. Entonces ¿Qué empresarios le entrarán al transporte especializado? Todo indicaría que no quedará otra que los nacionales.
Al final, antes y después de la próxima Temporada Abierta, todo se circunscribe en un crucial apartado que urge que los gobiernos ya pongan acción para abatir la corrupción, impunidad y el secuestro del libre tránsito. ¿Usted qué opina?
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