CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Mientras que muchos a la edad de 66 años piensan en su jubilación o en disfrutar de sus años dorados, Vasilisa Álvarez Rodríguez no puede darse ese lujo, sus hijos dependen de ella, y diariamente tiene que despertar a las seis de la mañana para buscar la forma de traer comida a casa.
Ella es madre de dos adultos: Teonila, de 36 años, quien es sordomuda, y Jesús, de 44 años, quien nació sin la capacidad de caminar por un problema físico, es el único sostén de su familia, luego del fallecimiento de su esposo hace nueve años.
Con un semblante alegre, a pesar de su vida difícil, nos recibe en su humilde casa, la cual es un cuarto y techumbre hecha con trozos de madera y láminas recicladas, los cuales los protegen del fuerte sol de mediodía y el fresco de las noches de invierno.
Sin soltar la servilleta que a mano tejía, nos platicó que llegó a Victoria proveniente del municipio de Bustamante en el año 88, junto a su esposo quien era ayudante de albañil y sus hijos, a los cuales toda la vida los cuidó, mientras que su esposo se dedicaba a la labor de la construcción.
Al nacer José sin la capacidad de caminar, y Teonila sin poder oir ni hablar, Vasilisa tuvo que dedicarse al hogar, hasta hace nueve años cuando su esposo falleció y tuvo que hacerle frente a la dura situación de salir a la calle a ganarse el sustento, mientras su hijos se quedaban en la casa.
Nueve años en que sus días inician muy temprano y acaban muy noche, en que la hora de levantarse son las 6 de la mañana, aun sin que el sol despierte, para arreglar sus casa, preparar un huevito para comer, regar sus plantas y salir en busca de la comida.
“Empiezo a barrer y a regar mis matas, tengo matas de chile, de camote, y unos pocos nopales, las cuales están chiquitas y las quiero para comer”, explicó, mientras con sus manos suaves y llenas de arrugas daba color a un trozo de tela blanca.
Y así el pedazo de tela poco a poco formaba una flor y un pájaro entre nudo y nudo que hacía mientras que Vasilisa relata su vida.
“Después de hacer mis deberes tejo las servilletas a mano, cada una me lleva una semana hacerla y me la compran a 150 pesos, me la compran las señoras de casa, son para envolver las tortillas y ponerlas en la mesa”.
Además del tejido, la señora, de 66 años, busca otro sustento para su hogar, por lo que le ayuda a una señora limpiando su casa una vez a la semana, por lo que le pagan de cien pesos a 150, dinero que utiliza para comprar nopales.
“Traigo los nopales a mi casa, aquí los limpio y salgo a las colonias para venderlos de casa en casa”, relato al decir que aunque es cansado lo hace para ganar un poco más, sin embargo, en ocasiones el dinero no le alcanzaba ni para comprar nopales.
Ya de pie y mostrando su casa con láminas colocadas sobre el techo de madera y las plantas que sembró en su patio platica que mientras ella sale a vender servilletas, nopales o limpiar casas, sus hijos se quedan solos en casa.
“Ellos se quedan solos y ella le hace de comer pues él no puede caminar, sabe hacer huevito y papa y con señales se comunican”. Frijoles, chile y otras verduras que con dificultas compran son la comida de a diario, si se puede, mientras que la carne roja y el pollo son un manjar que pocas veces al año prueban.
Si desea ayudar
Doña Vasilisa pide ayuda a la comunidad, pues en ocasiones no tienen para comer, además de que su hijo necesita de una andadera para poder caminar, “si se puede un poco de material pues mi casa está a punto de caerse y queremos que quede firme.
Si usted desea ayudar a Vasilisa y sus hijos Jesús y Teonila, puede acudir a la manzana 7, lote 6 de la colonia Vamos Tamaulipas, quinta etapa o comunicarse a las oficinas de Expreso al número 3141550.