* E l autor es Premio Nacional de Periodismo 2016.
Abrumados por los gasolinazos, el disparo del precio del dólar y las amenazas de Trump, hemos puesto escasa atención a otro tema que en verdad importa a la república. Tratase de la ley de seguridad interna que involucra en forma directa a las fuerzas armadas. Y es que de aprobarse como se pretende los mexicas pasaremos a enfrentar una situación inédita además de harto delicada. Una más, agregada a las incontables con las que el supremo gobierno mantiene el control social.
Ya sabéis que desde hace varios años los cuerpos castrenses participan de la seguridad pública sin que exista un marco legal para ello. Es motivo y razón para que el ejecutivo federal regularice esta situación enviando la respectiva iniciativa al Congreso de la Unión misma que ha despertado la natural polémica.
¿Hasta dónde importa legalizar la participación de las fuerzas armadas en seguridad pública?. Hay que verla desde varios puntos. Para empezar tenemos la opinión de la ONU que a través de su comisión de derechos humanos lo considera de alto riesgo al igual que su equivalente en México, sin embargo para las autoridades y el partido del presidente Peña significan lo contrario. Por ello, este miércoles el secretario Osorio Chong se encerró con legisladores de diversos partidos “para aclarar y explicar” de que se trata la señalada ley.
Mientras tanto no se requiere mucha ciencia para entender que los derechos fundamentales de la sociedad están en juego. Recordéis que hasta hace poco civiles y militares pertenecían a estratos diferentes y a una distancia perfectamente delimitada. Ahora la situación cambia radicalmente y es muy penoso observar que el Ejército realice tareas propias de autoridades locales cuando su misión institucional es otra muy diferente, sea salvo guardar la soberanía nacional.
En este sentido el escribidor supone que ante las circunstancias que el país vive las tareas de las fuerzas armadas debieran valorarse y no al revés. Y es que la amenaza de Trump en cuanto a vulnerar la república de ninguna manera es un juego. Es en este tipo de escenarios que la historia revive la heroicidad de nuestros “juanes”, siempre modestos, siempre humildes, siempre sacrificados pero siempre patriotas. Y ni modo que sea invento.
El asunto es que ahora se pretende legalizar su participación contra el delito común ante el fracaso del gobierno. Aquí justo es donde radica el riesgo de militarizar la república. Desde luego que el objetivo militar no es la obtención del poder pero por la urgencia de cubrir el vacío que dejan las autoridades civiles quizá no quedaría otro remedio. ¿Es esta la solución que propone el supremo gobierno para rescatar credibilidad?. Si esta es la intención entonces no habrá duda de que las instituciones están en crisis y muy probablemente en proceso de desaparecer.
En concreto: las fuerzas armadas están para realizar tareas sublimes, heroicas y de alto valor patrio y no para que políticos demagogos, falsos e inmorales las utilicen para encubrir intereses de poder personales o de grupo ¡y menos para salvar partidos en fase terminal como el PRI!… he dicho.
Las dudas en cultura
Los tamaulipecos hemos aplaudido las austeras disposiciones ordenadas por el titular del nuevo régimen después de los groseros excesos de anteriores sexenios, especialmente el último de ellos. Desde el principio del presente gobierno se advirtió sobre la crisis de las finanzas públicas, hecho comprobado en los cinco meses y pico donde la obra pública y otros importantes programas sociales permanecen paralizados. De hecho la maquinaria oficial no despega en gran medida por las mismas razones, según las justificaciones de diversos funcionarios.
Por todo lo anterior y algo más, llama la atención las sospechas sobre la actitud y derroches del director del Instituto Tamaulipeco para la Cultura
y las Artes, Luis Miguel Sottil, a quien se le señala de utilizar recursos públicos para su promoción personal.
Se trata de la obra “Tamaulipas, el estado de arte en México. Una colección de aves exóticas”, expuesta en el Epcot Center de Disney World de
Orlando Florida cuyo autor es el funcionario mencionado que para ello utiliza los emblemas del ITCA. El respectivo video promocional circula desde hace días en redes significando una prueba fehaciente de un claro conflicto de intereses.
El delicado asunto origina enojo en la comunidad cultural y artística pues mientras a sus integrantes se les niega toda clase de apoyos para realizar sus obras Luis Miguel Sottil aprovecha su privilegiada situación para darse a conocer a nivel internacional.
Si nos fuéramos a los extremos esto sería suficiente para el cese del titular del ITCA considerando que por faltas menores otros han sido echados de sus cargos. Es cosa de congruencia entre el discurso y la acción, digo yo.
Sucede que…
¿Porqué la mayoría panista del Congreso Local se hace como “Tío lolo” respecto de las denuncias sobre delitos presuntamente cometidos por los ex alcaldes José Elías Leal y Gustavo Torres Salinas, de Reynosa y Tampico, respectivamente?… que responda Carlos García González si es que está de humor, si no psss no.
Y hasta la próxima.