CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- A la escuela primaria ‘Altaír Tejeda de Tamez’, la distingue su nivel académico, el desempeño de sus maestros y que fue de las primeras instituciones educativas de tiempo completo; pero en su plantel comprendido por poco más de 400 alumnos, la hora del recreo es el escenario perfecto para que los niños expresen su energía, creatividad y hasta su ingenio para una que otra travesura.
Emilio Fernando está en cuarto año y desde hace unos meses a la fecha, su entusiasmo por acudir a la escuela ha aumentado y es que el entorno de la primaria fue modificado gracias al trabajo en equipo donde todos participaron: alumnos, maestros y padres de familia.
Con un trabajo en equipo inédito en esta escuela, se propusieron embellecer las instalaciones de la primaria convirtiendo los grises patios en jardines con plantas de la región y convertirlos en áreas comunes que sirvan, además, como ejemplo vivo de la convivencia con el entorno y el respeto por el medio ambiente.
“Nos propusimos generar un cambio y lo logramos, gracias a que todos nos involucramos y ahora vamos por más”, dice convencido Christian Gutiérrez, maestro de quinto año quien tomó la iniciativa de participar en el programa “Diseña el Cambio”.
Toman la iniciativa
Fue en septiembre del 2016, cuando en las instituciones educativas del país llegó la convocatoria del programa “Diseña el cambio: siente, imagina, haz, comparte”, mismo que forma parte de un proyecto de emprendimiento social, considerado el más grande a nivel mundial.
Christian Gutiérrez Guijarro, luego de haber recibido la convocatoria por parte del director de la escuela, José Guevara Calderón, asumió la responsabilidad de inscribir a la escuela en el programa y asumió el liderazgo para desarrollar el proyecto.
Este proyecto consta de cinco fases, la primera es inscribirse, el resto está comprendido por las tareas de: siente, imagina, haz y comparte.
En la fase ‘Siente’, entre maestros y alumnos analizaron qué no les gusta sobre el entorno escolar; ahí se definió que las áreas comunes eran consideradas zonas de riesgo debido a que en días lluviosos el agua se acumulaba en el patio, además la acumulación de escombro provocaba también que se llenara de basura, además había plantas nativas espinosas y rocas filosas.
Tras esta valoración dieron paso a la fase ‘Imagina’, en la que los equipos de trabajo se reunieron para diseñar y construir jardines que además de embellecer, fomentan el respeto al medio ambiente.
Manos a la obra
“Afortunadamente no hubo alumnos ni padres de familia renuentes, nosotros como maestros tomamos la iniciativa y ellos siempre mostraron disposición, inclusive realizaron actividades para obtener recursos que nos permitieran construir los jardines, además que al entrar en la fase ‘Haz’, dedicaron horas enteras a trabajar en la elaboración” dice con orgullo el profesor Gutiérrez.
Al ser escuela de tiempo completo, el turno termina a las cuatro de la tarde, al sonar el timbre de salida, alumnos, maestros y padres de familia se pusieron el overol para elaborar los jardines.
“Inclusive los sábados y domingos, dos o tres horas aquí estuvimos, creo que fue algo que permitió la convivencia familiar, la unión como grupo y el mayor conocimiento entre maestros y padres de familia”, señala.
Césped, plantas de la región, cactus y unas más de ornato, así como material reciclable, sirvieron para elaborar los jardines que durante más de dos meses fueron detallando.
Fomentan valores
Anahí, Frida y Emilio Fernando, son tres de los alumnos que representaron a los grupos que al final de la labor, sus jardines fueron los premiados con una dotación de pizzas y una visita a Tamatán, por haber logrado el mejor trabajo.
“Me gustó mucho porque fue algo que hicimos entre todos, aparte nuestros papás estuvieron aquí apoyándonos y era algo muy bonito, ya hasta en mi casa también hicimos nuestro jardín porque vimos que era fácil y entretenido”, describen mientras revisan que las flores de los belenes que sembraron no estén tristes ni marchitas.
“Me gusta más venir a la escuela sabiendo que tenemos unos jardines tan padres y que nosotros mismos, trabajando en equipo los construimos”, comenta Emilio, quien cursa el cuarto grado.
Para el maestro Christian, este tipo de acciones sirven para concientizar en épocas donde la sociedad enfrenta una crisis de valores.
“Yo recuerdo cuando fui a la escuela pues los maestros únicamente se preocupaban por enseñarnos las materias y hoy tenemos que ir más allá, labores como estas nos ayudan a fomentar valores muy importantes que después los alumnos los proyectarán en su casa, en la sociedad, como el respeto, la responsabilidad y el cuidado del entorno”, manifestó el maestro normalista, quien precisa que a raíz de esta actividad, ha estado en contacto con maestros de otros municipios que también se inscribieron en el programa y desarrollan acciones similares.
“Ahora en el recreo vemos a los niños revisando sus plantas, se sientan cerca del jardín a almorzar, tenemos menos accidentes y los escucho platicando entre ellos sobre el cuidado que deben dar a los jardines”, puntualizó.
Seguirán trabajando
Motivados por el éxito de los jardines, hoy se han fijado una nueva meta: tener sus propias hortalizas.
“Estamos elaborando almácigos, pero primero tenemos que habilitar el área donde estarán nuestras hortalizas y producir vegetales, esa es la siguiente meta”, explica el maestro.
“Vamos a cosechar zanahorias, rábanos, papas, algunos vegetales que nos van a servir a nosotros mismos para consumirlos aquí en el comedor de la escuela”, revela Anahí.
A través de “Diseña el cambio”, maestros, alumnos y padres de familia se plantearon objetivos y los cumplieron, demostrando que a la escuela no sólo se acude a aprender el alfabeto y las matemáticas, sino valores trascendentales que las nuevas generaciones aplicarán a lo largo de su vida