Pocas veces los jerarcas del PRI se habían visto en una encrucijada política tan complicada como la actual, en la que tienen que tomar una decisión pero no están seguros cuál sería la más acertada y conveniente.
En el ámbito nacional está visto que, como están conscientes de que ni con un milagro podrían conservar la presidencia de la República el 2018, se verán obligados a entregar el gobierno al PAN, la única manera de impedir la eventual llegada de Andrés Manuel López Obrador a los Pinos.
Sin embargo, en la provincia la situación es diferente.
En los Estados y municipios que gobierna el PAN y no tienen posibilidades de recuperar espacios, no saben qué hacer.
Las bases priistas coinciden en que la alternativa idónea sería unirse a MORENA para derrotar a Acción Nacional o en su caso dejar que el partido blanquiazul siga en el poder. No tienen de otra.
En el municipio de Madero, por ejemplo, en donde son prácticamente nulas las probabilidades de recuperar la plaza política, los militantes y seguidores del Revolucionario Institucional tendrían que hacer causa común con el Movimiento Regeneración Nacional para tratar de
impedir la reelección del alcalde Andrés Zorrilla Moreno o al menos dificultarle la victoria.
Algo similar ocurre en Altamira. En un escenario tan adverso para el Revolucionario Institucional, la opción más redituable del ex alcalde Juan Genaro De la Portilla y el ex diputado Armando Martínez Manríquez, entre otros priistas o ex priistas, ya no se sabe, sería jugarle las contras al PAN con las siglas del partido político de Andrés Manuel López Obrador.
En Tampico, en cambio, el panorama luce más complicado.
Sin el ex invencible en el gobierno del Estado, el PT, lo mismo que el Movimiento Ciudadano, lo que queda del PRD y miles de priistas, van a favorecer a MORENA con el sufragio y como a la alcaldesa Magdalena Peraza Guerra ya no le alcanzarían los votos del PRI, el Verde y Nueva Alianza para sacar el triunfo y tampoco podría conseguirlo como abanderada independiente, seguramente se vería obligada a negociar el respaldo al partido que le hiciera la oferta más atractiva.
Aunque la Maestra sigue teniendo un importante capital político, es evidente que después de abandonar al PRI para ponerse la camiseta del PAN y luego dejar a este parta contender como candidata de una alianza del PRI, su activo electoral ha disminuido, intentar disputar el ayuntamiento en esas circunstancias por tercera ocasión, resultaría demasiado riesgoso. Sería preferible retirarse como triunfadora que exponerse a sufrir un descalabro.
Ante esa disyuntiva, ¿a quién apoyaría Magda el año entrante, al PAN o a Morena? Los que la conocen piensan que a Acción Nacional, el partido que gobierna el Estado, que es el que está en condiciones de ofrecerle las mejores posiciones y como la presidenta municipal no es romántica ni idealista todo indica que apoyaría al candidato de Cabeza de Vaca.
El partido que no desaprovecha ocasión para seguir perdiendo adeptos, por otra parte, es el PRI. Si, como se propaga en las redes sociales, es veraz la noticia de que el Banco de México ha impuesto la imagen de la primera dama, Angélica Rivera, al nuevo billete de 30 pesos que lanzará a la circulación a pesar del escándalo de la Casa Blanca y el creciente rechazo de los ciudadanos al gobierno federal, aumentará la animadversión social contra el partido que aún gobierna al país.
Al igual que los priistas, la que parece que tampoco desperdicia oportunidad para granjearse el rechazo de los electores es la aspirante presidencial del PAN Margarita Zavala Gómez del Campo. La idea de expresar a través de su cuenta de twitter su apoyo a la huelga de los árbitros de futbol provocó el efecto contrario.
Más tardó en difundir el mensaje la esposa del ex presidente Felipe Calderón que esta en recibir un andanada de críticas de tuiteros que la calificaron de oportunista, ridícula y le recriminaron no haber apoyado en la misma forma a los padres de los niños muertos en el incendio de la Guardería ABC.
Para concluir, el llamado de AMLO a los perredistas para que se adhieran a su proyecto sucesorio surtió efecto ya que hasta la propia dirigente nacional del PRD, Alejandra Barrales, dejó entrever que es factible sumarse a MORENA.
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