Pian pianito, el gobierno de Francisco Javier García Cabeza de Vaca ha ido modificando las fichas de los protagonistas en los grupos de poder, que aliados o cómplices con los gobiernos priistas del pasado reciente, contribuyeron al hartazgo de los tamaulipecos que les dieron la espalda el 5 de junio y le entregaron el mando al PAN.
Así es mis queridos boes, aunque parece que intenta ‘pasar por boba’ (como se dice en el dominó, sin jugar), Blanca Valles Rodríguez, dirigente del sindicato de burócratas del gobierno estatal es hoy el lado opuesto a lo que fue con los gobernadores Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington, Eugenio Hernández y Egidio Torre.
Acostumbrada a imponer y disponer, la dirigente (líder es otra cosa) de poco menos de 15 mil sindicalizados y militante del PRI, aportaba a ese instituto igual número de votos multiplicando varias veces gracias a la discrecionalidad del uso de plazas, cuotas, premios y castigos.
Los ex gobernadores, de su misma filia, la apapachaban y le permitían todo a cambio del aplauso y las porras en los eventos oficiales y partidistas; ella les respondía con reconocimientos frívolos como nombrar Cendis, salones de eventos o espacios sindicales con el nombre de ex primeras damas y ex primeros papás.
Era pues, arroz de todos los moles, hoy disminuida se desaparece de los reflectores, guarda silencio incluso ante la disidencia que amenaza con echarla porque asegura ya no los representa. De aquella ‘lideresa’ que amagaba, advertía defender a los suyos y recibía pleitesía, ahora queda solo la dirigente que sumisa y en voz quedita señala que las bajas de los burócratas estatales en el gobierno del cambio se están dando en el marco de la ley.
Se le acabó el poder pues, casi al mismo tiempo que a su partido, porque los que llegaron vestidos de azul ya no estuvieron dispuestos a mantenerle las canonjías que le han alcanzado para ella y su familia.
Lo he dicho en este espacio dos veces y lo haré una vez más: hay que darle una releída al discurso inaugural de Cabeza de Vaca.
“Borrón y cuenta nueva, es permitir enriquecimiento ilícito de líderes a costa de los trabajadores tamaulipecos, sin odios y sin rencores, simplemente la aplicación de la ley, que quede claro, se acabó la impunidad en Tamaulipas”, dijo aquella vez.
En pocas palabras los vientos de cambio han azotado en el sindicato de Blanca Valles y lo que se aprecia es que los excesos del poder en ese gremio han quedado en la historia.
Pero hay que enlistar el arrebato de poder a Blanca Valles, con el que se dio antes a otros grupos que igual que ella imponían y disponían sin freno: los petroleros de Madero, los notarios de todo el Estado y al menos un grupo en la UAT.
Ahí están Gonzalo Hernández líder o algo así del Grupo Azul de la Universidad que si bien se alineó a la causa de Cabeza de Vaca en la campaña, se equivocó al pensar que podía no sólo seguir como ‘dueño’ de Trabajo Social del campus Victoria, sino hasta ser rector muy pronto.
Estiró tanto la liga que le rompió la nariz cuando se reventó hace unas semanas y el propio Gobernador, en público, lo puso en su lugar. Muchos, diría que todos, en la UAT entendieron el mensaje y se alinearon.
Hace unos días, vimos la ‘desconocida’ hacia los notarios, dos de ellos fueron puestos tras las rejas acusados de fraude.
Uno de ellos había sido incluso Magistrado del Supremo Tribunal de Justicia y director del Registro Público de la Propiedad Joaquín Roché Cisneros.
Era un gremio que hasta antes de que Cabeza de Vaca tomará el poder, gozaba de total impunidad y por lo que vimos eso ya se les acabó y de ahora en adelante podrían irse por la línea de la legalidad.
El otro grupo que ha perdido el poder a raíz de los vientos de cambio, lo dijimos en su momento, ha sido el de los petroleros de Madero, que habían controlado por muchos años, al PRI, al sindicato más grande de esa zona y la alcaldía, pero en los últimos meses además un escaño en la Cámara de Diputados y hasta una senaduría.
El manotazo ahí se dejó sentir cuando llegó la denuncia por peculado por al menos 250 millones contra Mario Neri, alcalde sustituto del líder y diputado federal Esdras Romero Vega.
Una denuncia impensable en los gobiernos del PRI, como inimaginable que tras el quinazo con Salinas alguien volviera a tocar a ese gremio.
Hago el recuento de los que han perdido el poder con el arribo de Cabeza de Vaca al mando, porque pese a lo que ya he relatado hay quienes dicen que en Tamaulipas todo sigue igual, cuando las evidencias señalan todo lo contrario. Habrá que ver quién sigue.
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