Un José Fernández con exceso de alcohol y drogas en la sangre iba al timón de la embarcación que a toda velocidad se estrelló contra un rompeolas de Miami Beach, FL, causando la muerte del pelotero estrella de los Marlins y de sus dos acompañantes en esa trágica noche.
Esa es la conclusión oficial de la investigación lanzada por la Comisión de Pesca y Vida Salvaje de la Florida después de la tragedia que enlutó el pasado septiembre al sur de la Florida y al mundo del béisbol, que perdió a una de sus futuras estrellas.
El informe dado a conocer este jueves señala que, de haber sobrevivido, a Fernández se le hubiera imputado una larga lista de delitos, entre ellos el de homicidio, por su responsabilidad al capitanear la embarcación a toda velocidad y bajo la influencia de estupefacientes y alcohol.
De acuerdo al The Miami Herald, los investigadores llegaron a esa conclusión tras encontrar similitudes entre los daños causados por el impacto en el puente de la nave y las heridas sufridas por el pelotero, cuyo ADN se encontró en el timón y los mandos.
En el momento de la colisión con las rocas del rompeolas, el bote se desplazaba a más de 65 mph, por encima de la velocidad máxima de la embarcación.
“Fernández operó [el bote] con sus facultades normales disminuidas, de una manera imprudente, a una velocidad extrema, en la oscuridad de la noche, en una zona con peligros a la navegación conocidos, como rompeolas y postes indicadores de canales”, señala el informe, en el que se contradice la posición de los abogados del lanzador de que su cliente no estaba al mando del bote cuando se estrelló.
En el accidente ocurrido la madrugada del 25 de septiembre también fallecieron Emilio Jesús Macías, de 27 años, y Eduardo Rivero, de 25, cuyas familias interpusieron hace unas semanas una demanda contra el patrimonio del pelotero en la que reclaman una compensación de $2 millones.
Con información de Terra.