La política migratoria que impulsa el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propinó un nuevo revés esta vez en el deporte, en un boxeador de Matamoros que debía pelear este fin de semana en California.
A pesar de que Mauro Garza tiene la visa para pasar al vecino país del norte, no le concedieron ayer el permiso para internarse en ese país donde iba a pelear contra Brandyn Linch, en una función en la que figuraba entre los primeros combates del programa.
La rigurosidad de las autoridades estadounidenses llegó a tal punto que casi le retiran el documento al ‘Tigre’ por lo que dejaron de insistir en su afán de explicar el motivo y sobre todo que llevaba el contrato firmado por los organizadores de la función.
Es una nueva advertencia para los deportistas de la frontera que muchas veces cruzan ‘al otro lado’ para competir en el campo amateur o como en este caso en el campo rentado.
Hay que ser realistas y reconocer que la paga allá es mucho mejor por lo que quienes son requeridos se preparan de manera intensa para afrontar sus compromisos y con la idea de poder ser contratados para nuevas ocasiones.
De manera indirecta tal vez, el ahora el presidente Trump el que le pegó el ‘gancho al hígado’ a Mauro Garza, que incluso no le permite ni subir al ring y tal vez pierda la pelea, en caso de que no se arregle este conflicto, porque su representante Nicolás Ávila Rangel señaló que hoy volverán con más documentación para solicitar el permiso para no quedar mal ante quienes lo contrataron.
Será necesario entonces, que cuando tengan este tipo de compromisos, exijan a quienes los contratan, un documento en el que les acrediten que su paso es legal y para cumplir con lo convenido para un espectáculo de boxeo.
Por el momento es un duro golpe que Trump le pega al deporte de Matamoros, deja fuera de competencia a un boxeador, y representa una amenaza para el mundo del deporte que aparece alejado de cualquier conflicto de esta naturaleza.
nuevocampo@yahoo.com.ar