CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Jaime Enrique, César y Arnoldo Manuel son hermanos; los tres son muy unidos, trabajan juntos en un taller mecánico, conforman una familia normal, de gente trabajadora que a diario se esfuerza por sacar a los suyos adelante y apoyan económicamente a sus padres.
La noche del 23 de noviembre del 2013 era una de tantas, habían terminado de trabajar en el taller y decidieron ir a comprar tamales al 21 Carrera Torres para ir a cenar a casa de su madre, doña María del Carmen.
“Se fueron como a las ocho de la noche, se me hizo raro cuando vi que se tardaban, después sonó el teléfono y me marcaron del celular de uno de mis hijos, solo me dijeron que los habían levantado, ya eran como las diez de la noche… no han llegado, los sigo esperando”, afirma entre lágrimas la madre de los tres desaparecidos.
María del Carmen García Morquecho, desde entonces no ha sido la misma. Desde ese día no ha vuelto a sonreír.
La mañana de ayer, sábado, acudió con su camiseta blanca, pantalón de mezclilla y tenis al Parque La Loma, a donde convocaron a familiares de personas desaparecidas para juntos plantar árboles y formar un bosque memorial, justo enfrente del Paseo del Estudiante, metros abajo de la clínica del Seguro Social.
“Este va a ser como un plantón permanente, una señal que nuestra esperanza siempre va a estar de pie y nunca va a morir”, dice doña Carmen acompañada por uno de sus nietos; “antes éramos una gran familia, éramos como 20, con mis hijos, mis nietos, ahorita solo está conmigo mi hijo menor y mi nieto, además de mi esposo, ya mis demás nietos y mis nueras se fueron con esto que pasó”.
Arturo Vela Palacios, director de Acuerdos y Seguimientos de la Secretaría General de Gobierno, atiende directamente las inquietudes de los familiares de desaparecidos en el evento; “el Instituto de Víctimas del Delito trabaja con acciones conjuntas entre sociedad y gobierno, la idea es brindarles la atención y sobre todo, que los esfuerzos vayan encaminados a reducir las desapariciones, no escondemos este tema, es una problemática que existe pero asumiendo cada quien nuestra responsabilidad vamos a salir adelante”.
Afirma que desde el gobierno del estado, ha sido tema desde el arranque de administración el dar seguimiento a estos casos, “desde que inició esta administración quisimos escuchar a la gente, hacer un diagnóstico para saber cómo estamos y que se debe corregir, atendemos sus demandas y el gobernador personalmente los ha atendido”, sostiene.
Lorena Perales da las últimas paleadas a la tierra que cubre la raíz de un encino verde, tras sus grandes gafas oscuras se protegen del sol unos ojos que guardan el brillo de la esperanza de volver a ver a Roberto Zeferino, su hijo, estudiante de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, que un día hace tres años fue sustraído desde su centro de estudios y a la fecha no lo han podido localizar.
“Es muy complicado pero el mismo dolor solo lo puedes transformar en dos cosas, en darte por vencido o levantarte a luchar, a seguir buscándolos, creo que es lo menos que merecen nuestros desaparecidos”, afirma quien en su lucha se convirtió no sólo en víctima, sino en gestora de más personas que se encuentran en la misma situación.
Aunque asegura que en la actual administración se sienten atendidos, esperan que sus casos sean resueltos, pues inclusive no existen investigaciones al respecto de un gran número de reporte de desaparecidos.
“No toda la autoridad es apática, hay personas que si quieren que funcione esto, hace tres años empecé esto, el primero de abril se cumplen y nos hemos ido encontrando más víctimas, nos hemos ido uniendo y creo que hemos avanzado, pues antes hacíamos oídos sordos, no queríamos ni ir a denunciar y cuando lo hacíamos la misma autoridad nos decía que no lo hiciéramos porque era peligroso, creo que ya estamos pensando y actuando diferente, claro que nos falta pero debemos continuar” sostiene mientras observa cientos de personas plantando árboles, sembrando esperanzas.
“Como sociedad debemos participar, este es un problema de todos, estamos mal cuando pensamos que si una persona desaparece es porque ‘andaba mal’, es lo primero que decimos y nos damos la media vuelta y abandonamos hasta a nuestros familiares, hasta que no lo vivimos, hasta que no nos pasa, le damos atención al tema”, refiere.
Expresa acerca de las autoridades que “la confianza se construye día a día y en esas vías estamos, insisto, una cosa es sentirnos atendidos y otra sentirnos satisfechos, eso va a ser hasta que veamos resultados”.
El bosque memorial fundado este sábado, es un homenaje vivo a los desaparecidos y a la esperanza de volver a encontrarlos, es también una reflexión y un testimonio histórico de la guerra que comenzó en 2010 en contra del crimen y que elevó los índices de desapariciones en el país.Jaime Enrique, César y Arnoldo Manuel, son tres de los más de cinco mil casos registrados; son los hijos de Doña Carmen, quien ahora acudirá a regar diariamente un árbol de chaya, uno de palo blanco y otro de moringa, para que la esperanza de volver a encontrarlos no se marchite.