¿Cuándo se convierte una ciudad en un botín?
La respuesta es sencilla aunque inquietante: Cuando los intereses personales o políticos someten y relegan a los de la comunidad afectada.
Reynosa es una muestra de esta degradación con el campo de batalla que es hoy su Cabildo, donde el intenso fuego cruzado cada día provoca más daño a la sociedad de esa frontera y empantana su desarrollo.
El caso público más reciente de esas circunstancias –hay otros que se han ventilado en círculo cerrado– es el relativo al servicio de limpieza pública, para cuyo cumplimiento la alcaldesa aplicó un plan racional de ahorro que le permitiera adquirir camiones recolectores nuevos. Y de tenerlos prácticamente en sus manos, se desvanecieron.
No fue un acto de magia o brujería la causa, sino precisamente lo señalado antes: las ambiciones de un grupo contrario a la alcaldesa, obstinado en demostrar una fuerza que si bien la ley les concede, para la moral y ética resulta absurdo.
La historia quizás usted ya la conoce. Varios regidores y un síndico bloquearon la compra de las unidades nuevas propuesta por la Presidente Municipal, por un sospechoso empeño de adquirir vehículos usados a través de una adjudicación directa, sin licitación. La razón de esa postura tal vez sea el monto –¿botín? – involucrado: Más de 40 millones de pesos. Uff.
No ha llegado este juego de vencidas a su nivel más riesgoso. El balance puede ser más dañino aún ahora que la pugna interna por el control del ayuntamiento dejó de ser sólo política y se adentró en el terreno del dinero, que tanto contamina mentes e intenciones. Tiempos más oscuros asoman en el horizonte para ese girón de Tamaulipas, porque Reynosa es uno de los municipios que mayor presupuesto e ingresos propios maneja en el Estado. Y sobran manos que quieren meter la mano a esa dulce caja de galletas.
Las palabras de Maki Ortiz, cabeza de esa comuna, definen una percepción generalizada en esas latitudes sobre el mencionado bloqueo: “Es una decisión lamentable y vergonzosa”.
¿Qué sigue?
Algo huele mal en Reynosa, Y como se ve, no es la basura…
La reacción
Sobre la fuga y los hechos funestos registrados en el penal de Ciudad Victoria se ha escrito y hablado mucho. Lamentablemente, negativa la mayor parte.
Sin embargo, en ese tortuoso escenario me parece que algo ha faltado por señalar y justo es mencionarlo. Me refiero a la capacidad de respuesta del Estado en esas emergencias.
Hasta ahora, se ha recapturado prácticamente a la mitad de los evadidos y se conjuró otra posible secuela violenta con la oportuna decisión de reubicar a los mismos en el reclusorio de Altamira.
Ciertamente la evasión es una mancha negra que revela graves problemas en esa cárcel y que deben ser atendidos sin demora, pero sin duda también debemos reconocer que la autoridad estatal no se cruzó de brazos y actuó con la celeridad necesaria para responder a la contingencia y es muy probable que en los siguientes días logre más reaprehensiones.
Ahora, lo que la sociedad espera es ver cuáles serán las acciones directas en ese centro de readaptación, que impidan otro hecho similar…
La frase de hoy
“Mi padre me enseñó muchas cosas aquí, en esta habitación. Me dijo, “mantén cerca de tus amigos, pero aún más cerca de tus enemigos…”
Michael Corleone a Frank Pentageli en “El Padrino II”
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