Para entrar en Estados Unidos puede que haya que dar acceso a sus autoridades a nuestros teléfonos móviles e, incluso, a las contraseñas de Facebook y otras redes sociales. Se trata de una medida extrema que quiere impulsar el controvertido y siempre polémico Donald Trump, en una traba más a la llegada de inmigrantes al país norteamericano.
Los requisitos para obtener un visado de residencia en Estados Unidos no se caracterizan, históricamente, por ser los más sencillos del planeta; con una reticencia todavía mayor si cabe tras la espiral de miedo que provocaron los atentados del 11-S. Pero nunca hasta ahora se había propuesto invadir por completo la intimidad de los solicitantes, en este caso digital, vulnerando de esta manera varios derechos humanos de una tacada.
Bajo el ya alarmante nombre de “investigación extrema de antecedentes”, prometida por el hombre de cabellos dorados durante la más funesta campaña electoral que se recuerde, la Administración Trump quiere no sólo conocer el perfil público en Internet de los solicitantes de visado, sino también todas las comunicaciones privadas que estos hayan realizado en los últimos meses. El Wall Street Journal añade que el gobierno estadounidense pretendía inicialmente aplicar esta loca medida a las personas procedentes de países de mayoría musulmana (a los que Trump ya trató de bloquear su entrada), pero ahora la idea se aplicaría incluso a naciones aliadas como Francia o Alemania.
Cabe recordar que los agentes de aduanas en Estados Unidos ya tienen la potestad de exigir los teléfonos de los ciudadanos en las fronteras de la nación ya sean terrestres, marítimas o en aeropuertos, pero tan sólo en casos justificados y nunca de antemano ni por defecto… justo lo que pretende hacer Donald Trump.
Con información de Excelsior.