Rafael González Benavides renunció a la presidencia del PRI en Tamaulipas con el argumento de que se iba a dedicar de lleno a su función de diputado local.
Ya todos se dieron cuenta que ese rol político legislativo el matamorense no lo está desarrollando como debe ser, tal como quedó demostrado cuando aprobó, sin chistar, la cuestionada ley ‘anti-memes’, asunto vetado y corregido por el ejecutivo.
‘Rafa’ presentó la renuncia a la dirigencia priista estatal a principios de octubre del año pasado. Lo hizo cinco meses después de la desastrosa y estrepitosa derrota electoral que sufrió el Revolucionario Institucional en el estado, cuando perdió la gubernatura, la mayoría del Congreso y un elevado número de alcaldías, entre ellas, Nuevo Laredo, Reynosa, Mante, Ciudad Madero y Altamira.
Pero al dimitir, Rafael González Benavides no consideró un punto primordial: El PRI, huérfano del poder estatal emanado de la gubernatura, se quedaba sin un liderazgo, sin un referente.
En otras palabras, el ex presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado ‘se rajó’.
Cuando vio que la nave estaba prácticamente hundida, prefirió tomar una lancha de lujo, una diputación local (plurinominal, por supuesto) y cobrar, con puntualidad, sus quincenas, viáticos y bonos. Vivir sin ocupaciones ni preocupaciones, pues.
Ese es el análisis que tienen de Rafael González Benavides en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI. Esa es la percepción que dejó. Ni más, ni menos.
En una reciente ocasión que un grupo de priistas tamaulipecos, entre ellos Aída Zulema Flores Peña, se reunieron con los dirigentes del priismo nacional, salió, como tenía que salir, el tema de la designación del nuevo presidente del tricolor en Tamaulipas.
Al tomar la palabra, Enrique Ochoa Reza, presidente nacional del Revolucionario Institucional, dijo que será hasta junio cuando se renueven 6 dirigencias estatales, siendo una de ellas el comité priista tamaulipeco.
Pero cuando el líder nacional priista se refirió al caso del partido en Tamaulipas, fue duro y letal con Rafael González Benavides, a quien describió -sin decir su nombre- con la lapidaria frase: ‘El que se rajó’.
Es cierto: ‘Rafa’ no tenía por qué renunciar a la presidencia del PRI estatal. Lo único que provocó con su dimisión fue ahondar la crisis de liderazgo que vive el viejo partido, una carencia de liderazgo que dejó a la deriva a una organización que no sabe qué hacer en la transición y alternancia democrática que registra la entidad.
Un ejemplo: Casi todos los dirigentes del priismo en los comités municipales se mantienen en sus puestos. Son los mismos que afrontaron la caída en la elección del año pasado y ahí están, aguantando a pie firme. Ninguno ‘se rajó’.
Fácil decisión hubiera sido renunciar para los presidentes locales del priismo. Y no lo han hecho (salvo el singular relevo en el PRI de Ciudad Victoria guiado de la mano por el alcalde Oscar Almaraz).
La falta de liderazgo a nivel estatal en el tricolor se suma al hecho de que Aída Zulema Flores Peña es vista solamente como la encargada del despacho (como bien la califica ‘El Betico’). Su presencia es vista como una ausencia.
Incluso, Aída Zulema ni siquiera ha sido recibida por la nueva secretaria general del PRI, Claudia Ruiz Massieu, quien, por cierto, estará a cargo de la renovación de los comités estatales.
De acuerdo con lo último que se ha comentado en la capital del país, la llegada de un nuevo presidente del PRI en Tamaulipas se dará después de la segunda semana de junio, una vez que concluyan las cruciales y estratégicas elecciones por las gubernaturas del Estado de México, Coahuila y
Nayarit.
Ahí es donde están puestos todos los esfuerzos del tricolor. Y ahí, en esos estados, es donde se puede definir, al menos en el plano de la percepción, el resultado de la elección presidencial del 2018.
Por tanto, Tamaulipas, para el PRI, puede esperar.
EL OPERATIVO SEMANA SANTA 2017
Con ‘el banderazo’ de la alcaldesa de Tampico, Magdalena Peraza Guerra, dio ayer arranque el Operativo de Seguridad Semana Santa 2017.
El evento se realizó en el Parque Metropolitano, con la vista hermosa hacia la Laguna del Carpintero, uno de los atractivos turísticos de la ciudad de las jaibas.
En el Operativo de Seguridad participan: Ejército, Marina, Policía Estatal, Policía Federal, Gendarmería, Protección Civil, Bomberos, Cruz Roja y Tránsito.
Y PARA CERRAR…
Positiva y productiva la reunión que sostuvieron la alcaldesa de Altamira, Alma Laura Amparán, y el director de la Administración Portuaria Integral (API) de Altamira, José Carlos Rodríguez Montemayor.
La cooperación y la vinculación institucional va enfocada a mantener limpios e impecables los accesos al puerto industrial. Buen punto.