El panorama ya era desalentador para el PRI de Tamaulipas luego del 5 de junio pasado cuando el panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca les ganó la gubernatura que peleaba Baltazar Hinojosa Ochoa para la causa tricolor, pero en los últimos días la opinión pública parece haber hecho añicos a buena parte de los que podrían levantar los pedazos de dicho partido, al recordarles sus nexos con el ahora ex gobernador detenido Tomás Yarrington Ruvalcaba.
Así es mis queridos boes, aunque no estoy muy de acuerdo con calificar a alguien solo porque haya trabajado con tal o cual personaje, la realidad es que “los picudos” que le quedaban al PRI hoy sufren una especie de tiro de gracia con la detención de quién fue su jefe en la gubernatura.
Y más allá de que el gabinete de Yarrington siga vigente, como se ha relatado en medios nacionales y replicado en los locales, me resulta más trascendente visualizar cuál será el futuro de los ex colaboradores del ex, reconociendo de antemano que muchos de ellos están por terminar sus encomiendas federales.
Sin duda Baltazar Hinojosa Ochoa, es el más visible de los ex colaboradores del ex mandatario detenido en Florencia.
El aún diputado federal fue en el sexenio en cometo el poderoso titular de la SECUDE (Secretaría de Educación Cultura y Deporte) y luego con el apoyo del ex gobernador fue candidato a la alcaldía de Matamoros, la cual ganó sin mayores problemas.
Paloma Guillén, hoy también diputada federal, al mismo tiempo Secretaria General Adjunta del CEN del PRI, fue con Yarrington Secretaria General de Gobierno y había sido diputada.
Enrique Cárdenas del Avellano, desempleado público, pero empresario de medios de comunicación, con Yarrington fue Alcalde de Victoria y presidente estatal del PRI y también diputado federal por Mante.
El Betico Humberto Valdez Richaud fue alcalde, diputado y ahora es dirigente de uno de los sectores del PRI estatal.
Antonio Martínez Torres fue en ese sexenio Secretario de Educación y en la campaña perdedora de Baltazar fue el coordinador de la misma.
Óscar Luebbert Gutiérrez, alcalde y titular de SEDESOL estatal con Yarrington, hoy sólo es el esposo de la diputada federal María Esther Camargo.
Y hay muchos más miembros del gabinete de Yarrington que están vigentes en puestos menores, pero los ya mencionados son los que podrían haber hecho el esfuerzo por levantar al maltrecho PRI cuerudo, son los más picudos a los que las presuntas culpas ajenas ya les salpicaron.
Porque tras el escándalo con epicentro en Florencia, Italia pero con réplicas devastadoras en México y en especial en Tamaulipas, sería casi imposible apostar a que Baltazar Hinojosa pueda lograr la deseada nominación a la senaduría que en cortito dicen que reclamaba hasta hace unas semanas.
Menos le quedaría el liderazgo y la calidad moral para encabezar los esfuerzos por recuperar al PRI.
Pero igual se podría decir de Paloma Guillén, porque aunque cuando le preguntaron por los presuntos ilícitos de los que se acusa a su ex jefe salió con que no vio nada, no escuchó nada, pero sí vio a un ex gobernador dedicado a su trabajo.
Me late que Paloma es junto con Baltazar de las más damnificadas con el escándalo, aunque como ella dice no tenga culpa (en caso de que sea cierto) de lo que ni siquiera vio.
También podría darse por rebasado por el tsunami trasatlántico Enrique Cárdenas, quien aspira, aunque diga que no, a la dirigencia tricolor o mejor aún a la senaduría.
¿Entonces quién va a levantar al PRI?, si los más picudos hoy están siendo vapuleados por el detalle de haber coincidido con el ex gobernador.
Tal vez se afiance la versión de que el que queda es Alejandro Guevara Cobos, porque de todos es conocido que se enfrentó a Yarrington.
La pregunta sobre Guevara es: ¿tendrá el apoyo de los que queden vigentes en el PRI estatal para hacerse cargo de la restauración?, veremos.
Habría que aclarar algunas versiones sobre personajes que ligan a Yarrington más de la cuenta y que quienes tenemos memoria recordamos como más bien alejados de quién era el gobernador.
Son los casos de Simón Villar a quien se le señala cuando todos sabemos que salió de Tamaulipas cuando el ex gobernador entraba.
O Miguel de la Rosa que siendo su particular un tiempo, luego estuvo como castigado por ese régimen. Lo mismo pasó con Jorge Pérez.
El resto eran solo funcionarios de circunstancia, como los que fueron procuradores, algunos diputados federales de entonces, como en su caso Gonzalo Alemán, hoy titular de Desarrollo Social.
Insisto, los primeros mencionados, los cercanos, los del primerísimo nivel aunque lo nieguen, ya están salpicados y con un futuro nada promisorio. Repito, pierden ellos, pero también su partido que se queda sin figuras de peso que puedan entrarle al quite en la emergencia que vive.
Entonces el futuro del PRI de Tamaulipas parece ser el de los chavos, el de los nuevos cuadros, habrá que ver si estos quieren seguir en ese partido que tiene más fugas que cualquier penal de la entidad.
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