CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Recostado sobre un charco de su misma sangre quedó el cuerpo sin vida de un empleado, quien fuera atropellado por una camioneta cuando se dirigía a su domicilio en compañía de un amigo con el cual había asistido a una quinceañera
Este fatal accidente se registró a las 11 de la noche del sábado en el kilómetro 8 de la carretera Victoria-Monterrey, sitio al que se trasladaron los técnicos en urgencias médicas ya que fueron alertados sobre una persona inconsciente.
Al llegar a la zona y tratar de darle los primeros auxilios, los paramédicos se dieron cuenta que la persona ya no contaba con signos vitales pues había perecido víctima de un traumatismo de cráneo severo.
Tras ser declarado muerto, se le dio aviso a los elementos de servicios periciales y a la Unidad General de Investigación de la Procuraduría General de Justicia para que arribaran hacer las investigaciones de ley.
La persona que acompañaba al occiso lo identificó bajo el nombre de Juan Ibarra Ruiz, quien contaba con 27 años de edad y era residente del ejido Benito Juárez, muy cerca de la zona donde sucedió la tragedia. Esta persona quien no proporcionó sus generales explicó a las autoridades que, ambos caminaban por el carril “muerto” de la carretera Victoria-Monterrey, ya que regresaban al ejido después de asistir a una quinceañera.
Agregó que cerca del kilómetro 8 su amigo fue embestido por una camioneta que lo arrastró varios metros, mientras que él se quedó a centímetros de también ser golpeado.
Rápidamente corrió para auxiliar a Juan, al igual que el conductor de una Ford Explorer que se detuvo para llamar al número de emergencias.
Por su parte, el conductor de la camioneta que lo arrolló se dio a la fuga a toda velocidad y hasta el momento sólo se sabe que es color negra.
Pese a la pronta llegada de los cuerpos de auxilio, nada pudieron hacer por Ibarra ya que este pereció de forma instantánea a causa del fuerte golpe en la cabeza.
Una vez que los investigadores recopilaron la evidencia, ordenaron que el cuerpo fuera trasladado al Servicio Médico Forense para que le practicaran la necropsia de ley.