Pronto podríamos estarnos lamentando en este país de haber dado a luz a un cacique, a un dictadorzuelo al que hoy como simple aspirante a la presidencia de la República le perdonamos todo, le aplaudimos todo, como lo hicieron en Venezuela con Hugo Chávez y luego con Nicolás Maduro, como pasó en Bolivia con Evo Morales, como lo hicieron en Cuba con Fidel Castro, como lo hace hoy en Estados Unidos con Donald Trump.
Así es mis queridos boes, más allá de cualquier identificación ideológica o partidista, habría que poner atención a lo que ocurre en torno a Andrés Manuel López Obrador, puntero en las preferencias electorales para suceder en Los Pinos a Enrique Peña Nieto; creo que no nos hemos dado cuenta que estamos engendrando (como país) a un potencial tirano.
Es cierto, la clase gobernante a nivel federal de México está mucho más que desacreditada, bañada en corrupción y ostentaciones, pero la vía del caudillismo que dice exactamente lo que el pueblo quiere escuchar ya hemos visto en otros países resulta desastroso.
A los Chávez, Castro, Maduros y Morales les caracterizó siempre el lenguaje populista, se disfrazaron de héroes ciudadanos que combatían al opresor y al poco tiempo eran tan o más tiranos que al que tumbaron.
No digo que AMLO hoy sea un tirano o un dictador, pero me resulta muy peligroso que buena parte del pueblo mexicano crea ciegamente que es incapaz de mentir, de robar, de sobornar, de recibir dinero ilícito.
Sin quererlo, en México estamos creando a un personaje blindado contra la aplicación de la ley, porque desde ahora es casi un pescado siquiera que se sospeche de que haya cometido una falta o un delito.
Los pejistas, que son muchos, miles, millones, no admiten ni siquiera la presunción en su contra, no admiten una investigación que le deslinde, sin juicio le declaran inocente, sin juicio sentencian al que se atreve a dudar, a señalar, a criticar.
Insisto, están, estamos todos por permitirlo, procreando a un potencial tirano al que si hoy que no tiene fuero, que no tiene poder, que no tiene investidura no podemos juzgar, criticar, pues cuando sea presidente, si es que persisten las preferencias a su favor, será intocable, dictatorial.
Al Peje ya se le disculpó por los evidentes actos de corrupción de su principal operador René Bejarano ‘El señor de las ligas’ en el 2009, al que vimos embolsarse fajos y fajos de billetes provenientes de la extorsión al constructor Carlos Ahumada. En las mismas fue descubierto Carlos Imaz.
AMLO antes, como ahora, culpó a la ‘mafia del poder’, nadie supo a dónde fueron a parar los millones aquella vez.
Este pueblo al que sueña con gobernar, ya le perdonó también a AMLO aquel escándalo de otro de los suyos, Gustavo Ponce que como Secretario de Finanzas del gobierno de la ahora CD.MX. en el 2004 fue descubierto apostando millones en Las Vegas en días y horas de trabajo.
Otra vez fue la ‘mafia del poder’, y lo volvió a ser cuando en el 2004 ese mismo personaje fue apresado por lavado de dinero.
Ahora, bajo la misma cantaleta exonera a su candidata a la alcaldía de Las Choapas en Veracruz a la que todos vimos embolsar 500 mil pesos en efectivo y decir que eran para López Obrador.
Pecata minuta era el sueldo de su chofer ‘Nico’ al que le pagaba 60 mil pesos al mes y luego hizo funcionario de su periódico.
Mucho menos es que el tabasqueño ni siquiera haga declaraciones de impuestos o patrimoniales que porque ni tarjetas de crédito usa, hemos permitido que bajo evasivas no explique de dónde salió el dinero para el departamento de su hijo en París o cómo es que sin dinero tiene una casa en Residencial Toscana donde vive y que puede costar hasta 20 millones.
A López Obrador le perdonamos el asunto aquel de Juanito, al que hicieron candidato para que ganara y le dejara el cargo a Clara Brugada, misma que legalmente estaba impedida para competir.
Insisto, perdonarle todo a AMLO hoy, puede generar un precedente muy peligroso e irreversible, si es que llega a la presidencia de la República, porque lo haría repelente a la aplicación de la ley, refractario a la crítica, como un rey de la Edad Media, cuando hasta por encima de Dios los ponía el pueblo.
Una actitud responsable de los seguidores del Peje tendría que ser hoy ante los señalamientos: que se investigue y se haga justicia, pero it so facto se le exculpa, se le blinda, se le victimiza.
Insisto, podemos estar engendrando a un intolerante (más), a un dictador a un Maduro… ¿las consecuencias?, miremos al sur, veamos a Venezuela sumida en la emergencia humanitaria, en la locura política.
Las razones de Felipe…
Lo sé por las redes, las columnas, los memes, que hoy Felipe Garza Narváez deja el PRI y explicará sus motivos. Eso sí antes de que lo haga sus críticos, muchos de los cuales antes fueron sus beneficiarios, ya lo hicieron pedazos, traidor es lo menos que le han dicho.
En lo personal espero oír, leer, lo que argumente uno de los pocos políticos que le quedaban al PRI de Tamaulipas, capaz que ni siquiera es cierto.
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