Su relación con el chico era muy cercana. Había ocupado un rol paterno, que incluía viajes, salidas y reuniones familiares. Se lo llevaba a su casa los viernes y lo devolvía los domingos. Lo presentaba como “su hijo”. Hasta que el entrenador de fútbol infantil Fernando Sierra asesinó de un disparo a Felipe Romero , de 10 años, y después se suicidó. La jueza que investiga la causa confirma ahora que el pequeño también fue víctima de abuso sexual, por lo que están investigando si habría más víctimas entre los compañeros de equipo.
Su nombre completo era Fernando Adrián Sierra López. Tenía 32 años y era natural de Maldonado, Uruguay. Según informa Telemundo, el hombre vivía solo, pegado a la casa de su madre en la zona de La Barra. No tenía antecedentes policiales ni judiciales. El mismo medio asegura que sus vecinos y familiares lo definían como “amable, cariñoso e incapaz de hacer daño”.
La relación entre Felipe y Fernando arrancó hace dos años. En Facebook, Sierra llegó a presentar al niño como “su hijo”, aunque luego borró ese dato. Su perfil aún está lleno de fotos con el benjamín: en sus cumpleaños, en viajes, en salidas… A algunas de las escapadas los acompañaba la madre del hombre, que ejercía de “abuela”. Por esa red social también aseguraba que estaba en una relación con una mujer.
Desde hacía varios años, Sierra era el entrenador de la categoría de baby fútbol -lo que en España se traduciría como técnico de los benjamines- del Club Defensor Sporting de Maldonado. Con esos chicos compartía excursiones y campamentos.
Los padres del resto de los niños del Club Defensor de Maldonado se preguntan si sus hijos fueron de alguna manera víctimas del mismo hombre. En especial, después de que la jueza Adriana Morosini confirmara que el menor presentaba signos de abuso sexual, “tanto lesiones recientes como de larga duración”. Según pudo averiguar el diario Clarín, el entrenador, que después de matar al chico se suicidó, organizaba reuniones en su casa de las que participaban varios jugadores.
“La Organización Nacional de Fútbol Infantil (ONFI) puso a disposición del club asistencia psicológica. Así que un equipo se va a acercar a contener a los chicos. Queremos que trabajen con todos los que estuvieron a su cargo. Si le hizo algo a alguno de ellos, buscamos que puedan expresarse y salir adelante”, cuenta Miriam Sosa, que es secretaria del club y madre de un niño que hace 5 años tuvo a Sierra de entrenador. “En cuanto pasó esto, le consulté a mi hijo si le había hecho algo, él dice que no. Igualmente, mi idea es que charle con un especialista”, agrega Miriam.
Con información de La Vanguardia.