TAMPICO, Tamaulipas.- El presunto violador de una niña de 4 años, Alejandro, escapó antes de que la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de Tamaulipas lo detuviera en Gómez Farías.
El hombre de 59 años había sido exonerado del delito de violación equiparada por la juez Karla Karina Trejo Torres. En días pasados la sala regional del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Tamaulipas revocó la decisión y lo vinculó a proceso.
La magistrada Martha Patricia Razo Rivera evaluó las pruebas documentales y videos. “Se aprecia diversos errores en la transcripción de la acta”, observó. La Sala Regional instó a la PGJ para que encuentre y encarcele a Alejandro, pues el delito amerita prisión preventiva.
El jueves 19 de enero de 2017, Fabiola y su madre viajaron de Gómez Farías a El Mante. Acordaron salir a las 12:00 horas, mientras su abuela Romana le pidió a su yerno Alejandro reparar una cortina en su casa. La joven mamá soltera fue a vender ropa y arreglar asuntos legales con el padre de la niña; su progenitora llevó el automóvil al taller mecánico. A petición de ambas, la abuela Romana cuidó a la menor. Fabiola acordó recibir un permiso del papá de la infante para poder viajar fuera de la región; dicho papel sería entregado el viernes.
“Le hablo a mi abuelita y le digo: mamá me voy a quedar en casa de una amiga, porque no me conviene irme y regresarme, voy a gastar de más, y a mi mamá no le arreglaron el carro. Yo necesito que el papá me firme el papel para aceptar el trabajo fuera. Yo me quedo sin pila en el celular y, al día siguiente en la mañana, mi prima me manda inbox por Facebook y me dice márcame es urgente”, cuenta Fabiola.
Mariana le contó a Fabiola: “ayer mi tía Guadalupe le pidió agua a mi abuelita. Ella le dijo que entrara y entró a la casa”. En pocos segundos salió conmocionada a decirle a Romana que un señor estaba abusando sexualmente de la niña. La abuela le respondió que el hombre era Alejandro, esposo de su hija Hilda. Al ingresar al cuarto no había nadie. Los familiares se van y la abuela se encierra en el cuarto.
Después de la llamada -sigue Fabiola- fue a la Agencia del Ministerio Público en El Mante. Allí le dicen que debe acudir a la oficina en Xicoténcatl. Viaja al Municipio vecino y el agente del Ministerio Público, Román Puga Hernández, le indica los requisitos para la denuncia. La madre tardó tres días para que los peritos forenses atendieran a su hija.
De acuerdo con el informe médico de lesiones expedido por el departamento de medicina legal de la Procuraduría de Tamaulipas, al revisar a la menor se encontraron daños por agresión sexual. Y al preguntarle sobre el hecho responde tocándose el cuerpo, mencionan los documentos elaborados el 23 de enero de 2017.
El lunes 6 de febrero se detuvo a Alejandro y lo trasladaron a Ciudad Victoria. No declaró. El 15 de febrero se realizó la audiencia para desahogar pruebas y vincularlo a proceso. La defensa del acusado llevó a la doctora Sofía Marcela Zamora Sánchez para que hiciera una segunda revisión. El abogado y Fabiola acordaron no asistir con el objetivo de resguardar la integridad de la menor.
El día de la audiencia, la juez de control del Octavo Distrito Judicial de la Segunda Región en Tamaulipas, Karla Karina Trejo Torres, liberó a Alejandro, con el argumento de que las pruebas aportadas por la madre no eran contundentes.
La primera inconsistencia que señaló la Juez estuvo en la declaración de la testigo. Guadalupe dijo: “…un señor que no sabe cómo se llama y el es cual
describe físicamente manifestando decir que es chaparro, flaco, güero, casi pelón”. La autoridad resolvió: a simple vista se aprecia que a la persona que tenemos aquí como imputado Alejandro y de acuerdo a lo que mis sentidos pueden observar el señor no coincide con las características físicas que está mencionando la testigo”.
Acerca del informe médico reconoció la validez pero dijo: “en ninguna parte del dictamen señala la causa que originó la lesión reciente en su área genital”. La juez Trejo Torres consideró con mayor peso los dichos de la doctora Zamora Sánchez, aportada por la defensa, respecto a que si hubiera sido violada tendría lesiones más graves.
Sobre el dictamen psico-emocional refiere que aunque hay una descripción del estado anímico de la menor no precisan “si la menor fue víctima o no de un abuso por parte de alguna persona”. El resultado del análisis de los argumentos hizo que la juez Karla Trejo no vinculara a proceso a Alejandro.
El 22 de marzo Fabiola y el agente Román Puga presentaron la apelación, misma que fue aceptada y un mes después la sala les dio la razón. Debido al hecho y
las reacciones de la población, la madre y sus dos hijas se mudaron a otro estado desde donde siguen el caso judicial.
“Prácticamente me corrieron del lugar donde vivía, que era una mala madre, que él es un pan de Dios, que por qué hacía eso. Yo lo único que quiero es justicia para mi hija y que ésta persona pague”, exige Fabiola.