Todos los días refrendó más mi teoría (y la de muchos) de que el sistema político, el de los partidos, está en un proceso de descomposición mayor que lo hace que apeste, supure y transpire corrupción.
Así es mis queridos boes, el nuestro es un sistema en el que se pierden las dignidades, el orgullo y el decoro, porque por encima de estos está la componenda, la prostitución ideológica, el negocio turbio y el tráfico de influencias, desplazando sin miramientos a la definición de la búsqueda del bien común.
Qué importa el color, el estatuto, el corte, los postulados y la historia de los partidos, a la mayoría de los políticos de hoy les importa trepar hasta lo más alto, sin reparar en quién tengan que pisar, a quien tengan que comprar, encubrir, vitorear.
Izquierda, centro y derecha da lo mismo, en la práctica los partidos son simples pandillas de dirigentes bien vestidos, de fragancia cara, de reloj de oro, de autos apantallantes, pero de moral dilatada y ambición desbordante.
Por eso en Tamaulipas como en el resto del país vemos políticos que han ido del tricolor al azul, del azul al verde, del verde al amarillo, del amarillo al marrón y de regreso al sitio al que maldijeron cuando se fueron.
Siempre hay un ‘hueso’ que valga la desvergüenza, un presupuesto que los haga inmunes a la crítica, un gran negocio que les indemnice por la carretada de mentadas que el pueblo les recete.
Es así que en Tamaulipas, como en el resto del país, vemos personajes de todos los sexos que van y vienen de una franquicia electoral a otra, como las chicas (también de todos los sexos) en las carreteras con los traileros de madrugada, aunque en el ‘servicio’ público las ganancias son millonarias y las fortunas acumuladas hasta son bien vistas.
Esas ganancias han permitido que haya por estas tierras políticos que hoy reconocen su alianza con delincuentes electorales, políticos corruptos que incluso a ellos les robaron, pero que les agradecen haberlos incorporado a la mafia que estaba en turno.
He oído la versión de uno al que le arrebataron el triunfo en las urnas, pero años después lo dejaron ganar ya por el partido que antes le robó y hoy quiere volver a repetir.
Hoy vemos a decenas de políticos con el poder venido a menos, pero con las cuentas bancarias boyantes mendigar como canes hambrientos cobijo el los partidos emergentes, en MORENA por ejemplo, porque saben que el que los hizo ricos ya nos les garantiza un espacio en la nueva corte.
No importa ir con el que es “Un peligro para México”, qué va si es el partido que los ha llamado la mafia del poder, lo que hoy les importa es estar en la pandilla que está más cerca de tomar el mando.
Por eso los rumores de que apellidos de ‘abolengo’ como Azcárraga, Cárdenas, Gattas, Oseguera y demás se apunten al partido de los más jodidos.
Para eso políticos vale la pena dejar al PRI para irse al PAN de los que llamaban mochos, al MORENA de los ‘chairos’, porque cuando se ha dejado la dignidad una y otra vez, una más ya ni se siente.
Obvio que no entienden que el pueblo está válgame la expresión ‘hasta la madre’ de la basura que es hoy la mayoría de los partidos, la mayoría de los políticos.
La obsesión por el poder los hace un poco o un mucho autistas electoreros, no se quieren dar cuenta de que el pueblo les vomita, las mentadas de madre las reciben como un saludo cordial y hasta se creen las campañas que pagan porque les armen en las redes sociales y piensan que a los que invitan a las loterías, a las tardeadas van convencidos de que son la mejor opción, cuando la realidad es que los acarrea el hambre, la falta de dinero, el exceso de inmadurez política.
Hoy los de antes, sonríen más, porque saben que no es su momento, se muestran preocupados por el bienestar del pueblo al que antes jodieron.
¿Y la seguridad que tanto prometían (los que acaban de tomar el poder)?, cuestionan, sabedores que ellos formaron parte del problema que hoy enfrentamos todos, porque sus omisiones en todos los casos, sus complicidades en muchos de ellos, dieron origen al cáncer que hoy se padece y que amenaza con entrar en etapa terminal.
¿No se ve nada del nuevo gobierno?, se les olvida que pasaron décadas sin que los ciudadanos viéramos nada, mas que el crecimiento de sus mansiones, sus fortunas, sus negocios, pero hoy exigen que en siete meses se hayan resuelto todos los males que nos aquejan.
Insisto este sistema está podrido, hay sus excepciones, pero en general el modelo de partidos tiene el hedor a muerto de más de tres días, de nosotros los ciudadanos depende que lo enterremos o le entremos al quite, porque no se nos debe olvidar que aunque corruptos, insensibles y voraces, los políticos esos de los que hablamos también son ciudadanos, ciudadanos reemplazables.
Comentarios:
meliton-garcia@hotmail.com
Twitter: @melitong