CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- A menos de que la temporada de lluvias sea copiosa, esta capital volverá a vivir una temporada seca y con agua racionada, especialmente en el lado norte del municipio como ocurrió en 2013 y 2014, dichos años, debido al agotamiento de los dos acuíferos por la sequía.
La necesidad de agua es tal que incluso se tuvieron que perforar nuevos pozos, y esta vez, la falta de obras como el Acuaférico que no se ha terminado y la segunda línea del Acueducto Guadalupe Victoria que ya no se construirá, puede crear problemas nuevamente.
La situación actual que ha obligado al organismo operador de agua potable de Victoria a dejar de bombear las 24 horas, puede agravarse ante el pronóstico de sequía, pese a las tormentas y precipitaciones de estos días.
La disponibilidad de agua de Victoria tiene un máximo de 54 millones de metros cúbicos (MMC) en los años de buenas lluvias, con un consumo superior a los 40 millones de metros cúbicos llega a haber superávit.
Sin embargo, en los años de secas cuando el Acuífero Victoria-Casas no recibe recargas a su promedio de 31 MMC y como en los últimos años, baja hasta una tercera parte, Victoria tiene un déficit de hasta 10 millones de metros cúbicos, debido a la sobreexplotación del acuífero Victoria-Güemez, también conocido como “los pozos del lado norte” de la ciudad.
Este acuífero cuya recarga promedio es de 91 MMC, otorga esta cantidad completa a cultivos de cítricos, incluso permitiendo el préstamo de concesiones, que se han dado sin estudios desde 1992 y que llevan ya un déficit en la cuenca de 27 millones de metros cúbicos.
La Conagua también ha permitido concesiones que han puesto en nivel deficitario a las descargas del río Purificación, que recibe descargas del orden de 117 MMC anuales, con concesiones superiores a los 120 MMC por año.
Además de la sobre explotación, los insecticidas y fertilizantes utilizados en los cultivos de cítricos, y la red de alcantarillado de la ciudad, con sus conocidos daños, han contaminado los acuíferos profundos y someros de los que se surte al menos el agua potable.
Así como los hundimientos y roturas del drenaje, también influyen el desfogue pluvial mal canalizado, el riego de huertas de cítricos, y las deshuesadoras de vehículos y establecimientos como talleres mecánicos o comercios, donde no se siguen las normas para aguas residuales y permiten filtraciones de aceite y residuos orgánicos.
La escasa o nula inspección de las autoridades estatales y federales de ecología, la mala calidad de los tubos subterráneos y la falta de drenaje pluvial que lleva aguas de lluvias hacia arroyos, resultan en agua contaminada por sólidos, además de que ni Salud ni la Comisión Estatal del
agua llevan a cabo monitoreos constantes de la calidad del agua.
En Victoria, el consumo de agua es superior al del resto de los habitantes en la cuenca Golfo Norte y el precio del metro de agua potable, de los más baratos, a un promedio total de 17 pesos el metro cúbico, contando los servicios ecológicos, el drenaje y los impuestos.
Poca recarga y mucha extracción
En temporadas recientes se ha registrado un clima anormalmente seco en los municipios de Casas y Güemez, según el Monitor de Sequía para América del Norte, por lo que la recarga de los acuíferos ha sido mínima y la extracción para la agricultura alta, además que el nivel de la presa Vicente Guerrero bajó de 85 a 79 por ciento.
También ha ocurrido un clima anormalmente seco en Abasolo, Aldama, Camargo Guerrero, Gustavo Díaz Ordaz, Jiménez, Méndez, Padilla, San Carlos, San Fernando y Soto la Marina.