CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Mientras las drogas sigan siendo prohibidas, no se acabará la guerra entre los grupos para controlar su venta. Hay que declararle la paz a las drogas, consideró Juan Pablo Escobar Henao, hijo del legendario “Patrón del Mal”.
De visita en Ciudad Victoria, concedió una entrevista para Expreso. A las 8:30 de la mañana de este martes, ya se encontraba en la sala de espera del Polyforum Victoria. Dos guardias personales, de expresión dura, vigilaban desde las escaleras el ingreso de la gente al sitio donde estaba Juan Pablo, quien en contraste, se levantó a saludar de forma amable.
Al estrechar su mano, lo primero que se le cuestionó fue cómo quería ser llamado: “Sebastian, Pablo, Pablito me dice mi familia, como gustes”, contestó quien cambió su nombre a Sebastián Marroquín por razones de seguridad y estigma.
-Me gustaría iniciar conociendo sobre tu conferencia: “Una historia para no repetir”, que estás presentando en gira por Tamaulipas.
“La conferencia tiene como fin buscar consciencia entre la juventud de las consecuencias de ingresar en el mundo del narcotráfico, basado exclusivamente en mi propia historia familiar, no he venido a hacer ningún señalamiento, ni emitir opiniones sobre las realidades locales, simplemente esa compartir con ellos todas estas lecciones de vida para invitarlos a que no sean participes de esa violencia
-¿Cuál es tu opinión sobre la apología del delito que hacen algunas series de televisión y películas, retomando la vida y obra de tu padre?
“Yo creo que hay una responsabilidad de todos en la sociedad, y eso también involucra a los medios de comunicación en su forma de contar las historias, las noticias, y también que contribuyen en la generación de este tipo de personajes como mi padre, que terminan siendo glorificados por algunos medios, aunque de pronto ese no es el propósito, la glorificación, pero la reiteración de las noticias o esa ampliación del mito contribuye negativamente a que los jóvenes piensen que es un buen camino el narcotráfico porque así lo ven reflejado en las noticias en algunos casos”.
-¿Cuál es tu opinión sobre la situación que hoy vive México en relación a la lucha contras el narcotráfico?
“Lo que está viviendo México hoy, ya lo hemos vivido en Colombia, no quiere decir que en Colombia ya se haya terminado, simplemente se ha ido mudando a otras latitudes, igual seguimos ostentando tristemente en Colombia el título de ser el primer país productor de drogas en el mundo, lo cual creo que todavía hay muchas cosas que aprender y sí es cierto que cada vez estamos llegando más al fondo porque se están perdiendo totalmente los valores humanos, al guerra no vale nada, la guerra sigue, por más que se hable de paz, y en México y en Colombia hemos sido testigos de una violencia atroz, sin precedentes, que podría ser evitada perfectamente si se le declara la paz a las drogas”.
-¿La violencia que vive México es similar a la que pasó Colombia en su punto más álgido?
“Primero te diría que son épocas diferentes, pero el contexto social, político y económico es exactamente el mismo, indistinto si es en México, en Colombia o en cualquier país latinoamericano, porque esta realidad de prohibicionismo lo que ha hecho es trasladar la violencia de país en país por Latinoamerica, generalmente la violencia recae más sobre los países que tienen una responsabilidad en la producción y en el tránsito, más que en el consumo, las grandes potencias consumidoras no tienen la violencia asociada al narcotráfico y su prohibición, que tiene Latinoamérica, por lo cual la realidad en Colombia, como la realidad en México, es consecuencia no de los temas internos, sino de esas políticas internacionales que garantizan la exacerbación permanente de esa violencia”.
-¿Se puede comparar la violencia que vivió Colombia cuando tu padre era líder del narcotráfico, con la que se vive en México, en Tamaulipas?
“Colombia tristemente, gracias a mi padre, vivió una violencia tremenda por el uso del terrorismo, la explosión de bombas de manera indiscriminada por diferentes partes del país, hace difícil que se puedan hacer algunas comparaciones con la realidad que está viviendo México, pero sin embargo, la violencia indistinta de los métodos que se utilizan para realizarla, es consecuencias exclusiva de ese prohibicionismo que garantiza la corrupción, esa alta rentabilidad del negocio, entonces mientras no cambiemos la mirada, tristemente vamos a tener que seguir leyendo y escuchando noticias muy parecidas a las que ya generó mi padre en el pasado”.
-¿Tu propuesta para acabar la violencia generada por el narcotráfico es entonces quitar la prohibición a las drogas?
“Yo creo mucho en la regularización, me parece que es el Estado quien tiene que asumir la responsabilidad del problema de las drogas en la humanidad, esto no quiere decir que las drogas de un día para otro sean buenas, y nunca lo van a ser, simplemente quiere decir que las drogas son más letales estando su tráfico y control en manos de los carteles, que no les importa la salud del consumidor, por lo cual cualquier veneno que le puedan agregar, lo van a hacer, con tal de maximizar su ganancia, esto en la medida en que no se controle por parte del Estado, todas esas enormes ganancias, seguirán yendo a los carteles, y no a las arcas del Estado, que es donde deberían de estar, porque aquí hay un gran caudal de dinero, esté prohibido o no, pero el Estado deja pasar esa gran cantidad de dinero al prohibirla, los narcos van a tomar ese dinero para ellos”.
-¿Se puede acabar con este tipo de violencia que genera el tráfico de drogas?
“Llevamos 100 años practicando el prohibicionismo en este planeta, y los resultados están a la vista: cada vez hay más violencia, más corrupción, más destrucción y más drogas disponibles en las calles, y más fácil acceso a ellas. Creo que la guerra contra las drogas está pérdida hace muchos años, y es menester que los líderes mundiales se pongan a revisar esas políticas porque creo que es a través de la educación que se puede hacer una formación muchísimo más selectiva y de la prevención, que el uso de ametralladoras, que es lo que está garantizando esta violencia”
-En México recientemente se legalizó la mariguana con fines medicinales ¿será un primer paso para quitar el prohibicionismo que mencionas, y en consecuencia se acabe la guerra por las sustancias ilícitas?
“Sin duda, en Colombia también hemos tenido un primer paso en el tema de la legalización de la mariguana para fines medicinales, porque creo que contribuye a la desmitificación de estas sustancias, que en realidad muchas de ellas son menos nocivas que las que ya están legalizadas, como el alcohol y el tabaco, que se llevan por lo menos tres millones 800 mil personas por año, cuando la suma de todas las drogas ilícitas del planeta se llevan 200 mil personas a la muerte, por lo cual estas cifras no indicarían que sea necesario volver a prohibir el alcohol, ya tuvimos una guerra por el alcohol, experimentamos el efecto de la prohibición en la década del 30 del siglo pasado, por lo cual no es distinto a lo que sucede con la droga, y si prohiben los tacos, también va a haber una guerra por ellos, porque esa es la naturaleza del prohibicionismo: generar una guerra”.
-En base a tu experiencia, ¿valió la pena lo que pasaron tu padre y tu familia a cambio de los beneficios que obtuvieron?
“Lo que vengo a decirles hoy, para mostrarles que la vida al lado de mi padre a mí me enseñó a no querer seguir sus pasos porque soy consciente de sus consecuencias, de sus decisiones, de sus acciones, de la violencia que generó y que después regresó a nuestra familia, y creo que estas experiencias al ser transmitidas con objetividad, con responsabilidad, tengo la firme convicción de que los jóvenes van a poder entender el verdadero mensaje, que es la invitación a la no repetición de una historia como la de mi padre”.
La conferencia ‘Mi padre no disfrutó de una vida feliz’
El narcotráfico sólo deja destrucción y muerte, manifestó Sebastián Marroquín, antes llamado Juan Pablo Escobar Henao, hijo del “Patrón del Mal”.
Durante la conferencia: “Pablo Escobar: una historia para no repetir”, que ofreció en el Polyforum de Ciudad Victoria ante unos cuatro mil estudiantes, expuso que su padre ganaba entre 50 y 70 millones de dólares con el tráfico de cocaína cada fin de semana, pero no vivió para disfrutarlos.
“El 98 por ciento de las personas que trabajaron con mi padre, hoy están muertas. No pudieron disfrutar de su fortuna”.
Señaló que el narcotráfico no deja nada bueno, sino muerte, persecución y en su caso, desintegración de su familia.
Invitó a los jóvenes a estudiar, a buscar superarse con el conocimiento, en valores, y a fomentar la paz.
Desmitificó a su padre, dijo que afuera era un hombre violento, pero en casa los crió con valores, mismos que le hicieron optar por estudiar y no seguir el rol paterno y ser Pablo Escobar 2.0.
“Mi padre se perdió el nacimiento de sus nietos, el disfrutar de una vida feliz con su familia”.
Propuso que para acabar con la violencia derivada del narcotráfico, se requiere acabar la política de prohibición, y legalizar las drogas para que el dinero se quede en obras públicas.
“El contexto prohibicionista garantiza que las drogas sean de la peor calidad posible, y un riesgo para la salud”.
A la conferencia realizada en el Polyforum Victoria, acudieron el Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca; la presidenta del sistema DIF,
Mariana Gómez; parte del gabinete estatal, y unos cuatro mil alumnos que escucharon el testimonio del hijo de Pablo Escobar Henao.