Bien se dice que “no hay plazo que no se cumpla” y ya estamos a horas para que la gente con credencial de elector del Estado de México, Coahuila y Nayarit, acuda a las urnas a sufragar por el candidato a gobernador.
Las opciones son varias en la costosa boleta electoral y el color de los diversos partidos políticos en los cuadritos hacen más atractiva la hoja. No cabe duda que los expertos en mercadotecnia saben hacer su trabajo para justificar los gastos.
La elección de alcaldías en Veracruz, han sido ahogadas por el pleito arrabalero que sostienen Andrés Manuel y Miguel Ángel Yunes y por el escándalo de la “recaudadora” Eva Felicitas Cadena de MORENA.
Como sea, hay que reconocer que la mayoría de los electores ya fueron “tocados” por los promotores del voto de los partidos que están en la pelea. Los demás, los pequeños y que no tienen las estructuras organizadas, se mantendrán en las áreas marginales de la contienda. Ni modo, así es el sistema. Y aunque sean miles y miles de sufragantes, los encargados de la movilización de los electores de las instituciones políticas ya hicieron contacto con ellos ofreciéndoles desde despensas, camisetas, dinero, créditos del INFONAVIT, obras para sus colonias, “chambas” para los hijos y hasta que el candidato regresara a visitarlos
cuantas veces sea necesario una vez que gane la elección.
Y así no vamos, con la ilusión a cuestas, reconociendo aunque nos duela, que la importancia del elector es efímera, porque su relevancia desaparece a las 8 de la noche del día de la elección.
Una vez que se deposita la boleta en la caja transparente, la inmensa mayoría de los promotores olvidan las promesas, los compromiso y hasta de darles la segunda parte del pago por el voto a los promovidos. Luego los votantes los ven con carro nuevo y a alguno que otro, hasta con casa nueva. ¿Y el SAT? se preguntan los que saben. Aun así, empieza de nuevo la recarga de la esperanza del elector. “En la próxima me desquito”, piensan irritados.
A pesar de haber 4 elecciones, la atención se centra de la del Estado de México. Ahí se juega todo, dicen los politólogos. Desde el futuro de la nación, hasta la libertad del Presidente. Así de extremosa se ve la realidad.
Todo indica que el Estado de México lo ganará el PRI. Así se ve desde lejos. La atención del gabinete, legal y ampliado del gobierno federal, en el estado
vecino a la CDMX, es notorio. Van con todo. Nadie duda que algo harán para conservar la plaza. “Lo mismo hicieron Fox y Calderón cuando gobernaron”, piensan los del PRI. Y aunque duela, tienen razón. Los 2 eran iguales a los actuales. Ni modo.
Todo indica que el estado de Coahuila lo ganarán los hermanos Moreira. Cada día que pasa, se diluye el pleito entre los parientes. Son demasiados los intereses de la familia como para andarlos poniendo en peligro, piensan los 2.
Nayarit está en chino, porque la imagen del gobierno de Roberto Sandoval y su enriquecimiento ha pegado en contra. Luego, lo del Fiscal Edgar Veytia, acabó por enterrar las expectativas del líder campesino Manuel Cota. Lástima, dicen los amigos del dirigente de la CNC nacional, es buen candidato y mejor persona.
Sólo que eso es lo que menos cuenta.
Pero bueno, mientras esperamos el domingo 4 de junio, los partidos siguen organizándose. Los nervios se crispan en los responsables de las elecciones y la deshidrosis aparece en las manos de los candidatos.
Está bien, porque mientras ellos se estresan, el elector goza sus pocos momentos de gloria. Pero se quedan tranquilos, porque dentro de 3 años, los volverán a buscar y volverán a ser la estrella.
Y qué bueno, porque así son los ciclos.