MÉXICO.
Alcatraz (San Francisco, Estados Unidos)
La isla de Alcatraz, llamada ‘La Roca’, funcionó como prisión federal de máxima seguridad frente a la costa de San Francisco (Estados Unidos) entre 1934 y 1963, dando hospedaje forzoso a criminales como Al Capone. Es una de las más famosas entre las 25 antiguas cárceles que visitamos a continuación, convertidas en la actualidad en atracciones turísticas, museos de la memoria u hoteles ’boutique’.
Bienvenidos a ‘La Roca’
La prisión de Alcatraz, en plena bahía de San Francisco (California), registró 14 intentos de fuga y, oficialmente, todos terminaron en fracaso, pero la desaparición en dos ocasiones de los cuerpos de los presos fugados (y dados por muertos) ha dado lugar a todo tipo de teorías, como especulaba ‘La Roca’, película de 1996 protagonizada por Sean Connery, Nicolas Cage y Ed Harris. Tantos años tratando de salir e, ironías de la vida, ahora todo el mundo quiere entrar: el ‘tour’ turístico (www.alcatrazislandtickets.com) a la isla se ha convertido en visita habitual entre los viajeros que llegan a San Francisco.
Clink78 (Londres)
El Clink78 (www.clinkhostels.com) es un albergue juvenil ubicado a solo 10 minutos andando de la estación londinense de King’s Cross que ha actualizado con neones, grafitis, diseños atrevidos y mucho color un antiguo palacio de justicia victoriano. Las antiguas salas de audiencia son ahora salas de ordenadores (en la foto) y un salón para ver cine y televisión. Su ClashBAR, en el sótano, que ofrece sesiones de DJ y música en directo de artistas emergentes que tocan a cambio de alojamiento, debe su nombre a la banda de punk The Clash, juzgados en este edificio en 1978 por disparar a unas costosas palomas mensajeras.
Robben Island (Suráfrica)
Nelson Mandela llegó a la prisión de Robben Island, a 12 kilómetros de la costa de Ciudad del Cabo (Suráfrica), en invierno de 1964 y durante los 18 años siguientes malvivió en un cubículo de 2 por 2,30 metros. Su celda, la número 5, se puede visitar dentro de un ‘tour’ guiado después de que este penal de máxima seguridad fuera clausurado y reconvertido en museo (declarado patrimonio mundial en 1999). Los visitantes llegan en ferri desde Ciudad del Cabo y recorren la isla junto a un antiguo prisionero político del ‘Apartheid’. Por una vez, Robben Island, que antes de cárcel fue lugar de internamiento de leprosos y enfermos mentales, sirve para recordar y no para olvidar.
Eastern State Penitentiary (Filadelfia)
Fue abierta en Filadelfia en 1829 con el noble objetivo de reinsertar a los presos, pero lo cierto es que la Eastern State Penitentiary (www.easternstate.org) se ganó hasta su cierre en 1971 una reputación más bien tenebrosa, por su masificación y sus métodos expeditivos. El edificio se distribuye como la rueda de un carro, con cinco radios partiendo de su centro y celdas individuales para evitar que los reclusos estuvieran en contacto. Aquí recaló el ladrón de bancos Willie Sutton y (de nuevo) Al Capone, que mantuvo una lujosa celda (en la foto) pese al hacinamiento del resto de presos. En 1994 abrió al público, con ‘tours’ guiados por las ruinas de la que un día fuera la penitenciaría más famosa y cara del mundo.
Old Melbourne Gaol (Melbourne, Australia)
Esta vieja cárcel, ubicada en Russell Street, es una de las principales atracciones turísticas de Melbourne. Tanto por su interés histórico (estuvo abierta desde mediados del siglo XIX a 1929, siendo la prisión más antigua de Australia) como por su leyenda negra, ya que alojó a los peores criminales del país y registró 133 ejecuciones por ahorcamiento. Es una visita interesante (www.oldmelbournegaol.com.au) para los amantes de lo paranormal: se supone que sus dependencias están llenas de fantasmas (se puede comprobar durante los ‘tours’ nocturnos que organiza). Su museo ofrece información y objetos de los presos más famosos que pasaron por aquí, como el ‘bushranger’ Ned Kelly o el asesino en serie Frederick Bailey Deeming.
Karosta (Liepaja, Letonia)
El Karosta es un hotel único en el mundo. No porque sea una antigua prisión, que lo fue, militar para más señas, abierta entre 1900 y 1997, con una fama tenebrosa durante la época de la KGB. Sino porque no se ha modificado, ni en la forma ni en las formas: sigue siendo una cárcel soviética en la que los huéspedes duermen en camastros de hierro, comen rancho carcelario, se duchan con agua fría, hacen flexiones, limpian los baños, sufren interrogatorios, caminatas nocturnas, flexiones, gritos, castigos. Y los más valientes experimentan una noche extrema. Se encuentra en Liepāja, la tercera ciudad más grande de Letonia, en el mar Báltico.
Ohio State Reformatory (Mansfield, Estados Unidos)
La película ‘Cadena Perpetua’ (1994), protagonizada por Tim Robbins y Morgan Freeman y rodada casi íntegramente en Ohio State Reformatory (o Mansfield Reformatory; www.mrps.org), dio fama mundial a esta cárcel de apariencia gótica y atmósfera fantasmal que funcionó entre la primera mitad del siglo XIX y 1990 en Mansfield (Ohio), con fama de ser una de las más brutales de Estados Unidos. Fue la tercera prisión estatal que abrió en el país. Actualmente funciona como museo y organiza visitas guiadas cuyos beneficios se destinan a ayudar a la Mansfield Reformatory Preservation Society para rehabilitar poco a poco el edificio.
Malmaison (Oxford, Reino Unido)
El actual hotel Malmaison (www.malmaison.com), en el centro de Oxford, ha tenido más utilidades que una navaja suiza: se construyó como castillo medieval en el siglo XI y se abandonó en el XIV; más adelante se transformó en sede de los juzgados y de la cárcel del condado; en 1888, y hasta 1996, se convirtió en la Prisión de su Majestad en Oxford. A su cierre, esta prisión victoriana fue devuelta al condado y rehabilitada como centro comercial y turístico. Con hotel ’boutique’ incluido, que mantiene la arquitectura original, invita a hacer noche en una celda que para sí hubieran querido sus antiguos residentes: ducha de alta presión, iluminación ambiental, televisión vía satélite.
Långholmen (Estocolmo, Suecia)
Långholmen Hotel & Restaurant AB (langholmen.com), en el centro de Estocolmo, es un complejo turístico formado por un hotel, un hostal, un centro de conferencias, varios salones, un restaurante y un museo de la prisión originaria, que funcionó entre 1725 y 1975 y fue una de las más grandes de Suecia. Ofrece la oportunidad de conocer sus celdas y de experimentar cómo eran las condiciones de vida de sus prisioneros, quienes plantaron unos 3.000 y cuyo trabajo hace que Långholmen, antiguamente tierra seca entre rocas desnudas, sea conocida hoy como la isla verde.
Castillo de Elmina (Ghana)
Los turistas que entran al castillo de la ciudad de Elmina, el más visitado de Ghana, se encuentran un museo sobre la historia, la cultura y las tradiciones locales, sin apenas mención a su triste papel en el tráfico de esclavos: los subsaharianos capturados por los europeos pasaban en sus calabozos (que aún existen) entre dos o tres meses antes de ser embarcados y vendidos en Europa y sus colonias, y después en América. La fortificación, patrimonio mundial, erigida por los portugueses en 1482 en principio como edificio comercial, es una de las primeras construcciones europeas fuera del Viejo Continente y la primera al sur del Sáhara
Cárcel de la Villa de Pedraza (Segovia)
La Fundación Villa de Pedraza (www.pedraza.net) mantiene esta cárcel instalada en un edificio del siglo XIII, en la misma puerta de entrada al recinto amurallado (en la foto) de la villa de Pedraza, en Segovia, y organiza visitas guiadas por sus dos niveles de mazmorras: el superior, para delincuentes menores, y el sótano, destinado a los criminales de sangre, a quienes se arrojaba desde varios metros de altura, de manera que frecuentemente se rompían las piernas o los tobillos, reduciendo los riesgos de fuga. Los visitantes pueden descubrir las crueles condiciones de una cárcel medieval, así como los cepos y grilletes utilizados en ella.
Con información de El País