No pertenece a las fuerzas armadas. No trae uniforme verde olivo, ni presume estrellas en la solapa. Pero todos saben que se trata de un General lleno de achaques. Le duele de todo, pero su dolor principal, se localiza en el páncreas. Hablamos del hospital más importante de la región centro de
Tamaulipas, una institución que llegó a ser emblemática en la preservación de la salud tamaulipeca. Pero hoy, ha dejado de serlo.
¿Porqué? No lo sabemos, pero, medicamentos como la metmorfina, destinado a combatir la diabetes tipo dos, se ha agotado en los anaqueles del General, así como la insulina, necesaria para mantener el equilibrio de glucosa en la sangre. La levotiroxina, es otra medicina que ha desaparecido de los inventarios del hospital, originando el malestar de los pacientes con tiroides disfuncionales.
Últimamente, los rangos de calidad y de calidez del HG han bajado considerablemente, a tal grado que, los paquetes básicos para atender a los derechohabientes enfermos de diabetes, brillan por su ausencia. El desabasto de medicamentos primordiales para la salud de las familias trabajadoras y de clase media, ha provocado diversas reacciones entre la población afectada: tristeza, ira, desconsuelo, y el dolor de tener que pagar de su propio bolsillo.
Recientemente el Subsecretario de Salud, Alejandro García Barrientos, dijo que Tamaulipas ocupa el sexto lugar en diabetes e hipertensión. Informó que el estado ya instrumenta una serie de programas de apoyo, contra el padecimiento nacional por excelencia, conocido como el “asesino silencioso”.
“Tenemos varios programas, detalló el funcionario, desde directos contra la diabetes, hasta hipertensión, y otro tipo de enfermedades crónico degenerativas”. Reveló que hay suficientes recursos, tanto de carácter estatal como federal, para atender a la población. Por cierto la diabetes es la principal causa de muertes en el estado.
Todo esto que le estoy diciendo, es parte de la narrativa oficial, en lo que se refiere a las políticas públicas de salud. Aparentemente no hay de que preocuparse, pero sucede que, actualmente, el hospital general de esta capital, se encuentra convertido en un verdadero campo de guerra, más terrible aún, que la del penal.
El pasado miércoles, los derechohabientes azucarados, se amotinaron, en franco desafío contra las autoridades del nosocomio, después de que se encontraron con la desagradable noticia de que les cancelaron los vales con los que surtían medicamentos.
Anteriormente, el especialista le recetaba a un paciente, medicamentos para cuatro o seis meses. En la farmacia le suministraban una parte, y les entregaban vales, para que a lo largo del plazo establecido, acudiera al hospital, para cambiar sus comprobantes por medicinas. Hoy, todo eso se ha cancelado, y si el enfermo quiere medicina, tiene que hacer cita de nuevo con el médico.
Los excesos de glucosa en la sangre y en la orina, son hasta la fecha, la principal causa de muerte en Tamaulipas. El General va perdiendo la guerra, contra el enemigo público número uno: la diabetes y los motines más dulces de su historia… los motines de azúcar.
Ahora los enfrentamientos son en Reynosa
Se volvió a activar la alerta de riesgo en la ciudad de Reynosa. En esta ocasión, los enfrentamientos se dieron en el boulevard Morelos y calle quince, de la colonia San Ricardo. El recrudecimiento de la violencia en la frontera y en el centro de la entidad, hipotéticamente se da como respuesta a los esfuerzos del gobierno estatal, por combatir el crimen organizado.
Llama la atención que hasta ahora, el gobierno de la república y particularmente el gabinete de seguridad que encabeza Miguel Ángel Osorio Chong, no han dicho esta boca es mía. ¿Qué estará pasando entre ambas instancias? Para empezar, Tamaulipas no debería estar padeciendo problemas en sus cárceles, derivados de la violencia y el autogobierno, ejercido por reos del orden federal.
No hace falta aclararlo, pero sabemos que conforme avance el calendario, rumbo al 2018, temas como el de la inseguridad se van a politizar más de la cuenta. ¿Quién o quienes son los responsables de la solución? ¿La federación, los estados, los municipios? Finalmente, lo que estamos viendo, no son acciones coordinadas, sino un escenario donde cada quien reza para su santo.
POSDATA.- Ayer, en las columnas nacionales, le empezaron a pegar a Gamboa Patrón. Lo califican como El Padrino, protector de los ex gobernadores Borge y Duarte. Gamboa quería ser líder nacional del PRI, pero tiene mucha cola. Entre sus milagritos, figura la versión de que le gustan tiernitas, y de preferencia marca, “Rey de la Mezclilla”.