Después de que AMLO anunció públicamente que MORENA no se alearía con el PRD en la sucesión presidencial del 2018, al Partido de la Revolución Democrática no le queda de otra que jugársela con el PAN, el principal partido de la derecha, es la opción más conveniente para subsistir y recoger lo que pueda del próximo relevo en la presidencia de la República.
Sin el apoyo de Andrés Manuel López Obrador, se da como un hecho igualmente que el principal bastión de simpatizantes del Partido de la Revolución Democrática , la ciudad de México, pasaría a manos del Movimiento Nacional de Regeneración Nacional, como sucedió con la asamblea de representantes del ex Distrito Federal, que es dominada por los legisladores morenistas.
En algunos Estados del país, caso concreto del de Tamaulipas, en el que el partido orinegro perdió el registro, entre otras razones por hacerla de comparsa del PRI y dedicarse a golpear sistemáticamente al PAN, se le va a dificultar hacer causa común con el partido blanquiazul.
¿Aceptarían los panistas al organismo que a lo largo del sexenio de Egidio Torre Cantú se la pasó criticando a Acción Nacional y apoyando subrepticiamente al Revolucionario Institucional?
Por supuesto que no, pero no solo porque la agrupación fundada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo se ha transformado en un tricolor disfrazado de amarillo, sino porque la agrupación no tiene nada que ofrecer, prácticamente se ha convertido en un membrete.
Además de la pésima imagen pública que los perredistas tienen en la entidad en la que, como en el resto del país, renunciaron a la izquierda a la que aun afirman representar para convertirse en una organización convenenciera y pragmática al servicio del gobierno en turno.
El gran beneficiario, en cambio, si la decisión del Peje no cambia, sería el Partido del Trabajo, otra franquicia al servicio del ex invencible. Una alianza con el partido político del tabasqueño le permitiría, tanto al PT como a su eterno dirigente estatal, Alejandro Ceniceros Martínez, asegurar el registro, resucitar y seguir manejando a discreción el eventual aumento de las prerrogativas económicas que le daría respaldar el proyecto político del nativo de Macuspana.
El que poco o nada ganaría en los Estados sería el PAN. La probable alianza de los albicelestes con el PRD seguramente se reduciría por esa razón a la elección presidencial. En la disputa de las diputaciones, senadurías y ayuntamientos, el Partido del Sol Azteca participará con candidatos propios, aunque en algunos municipios apoyarían bajo la mesa al PRI o al PAN, lo que la conveniencia sugiera.
En asuntos locales, mientras tanto, llamó la atención que, después de guardar silencio durante nueve meses, Oscar Luebbert Gutiérrez levantara a última hora la mano para apuntarse como aspirante a dirigir al PRI estatal, por el que también hacen la lucha y mueven sus influencias Alejandro Guevara Cobos, Enrique Cárdenas del Avellano, Juan Alonso Camarillo, Roberto González Barba y Edgardo Melhem Salinas, aunque este último se ha descartado.
Alguien de la capital del país le habría llamado al ex alcalde de Reynosa para sugerirle amablemente que le entrara a la competencia, ya que no podría sacarse la lotería, una candidatura de senador o de diputado federal el año que viene, por ejemplo, si no compra billete, que es una de las razones por las que otros de los interesados decidieron apuntarse como aspirantes al cargo que actualmente ocupa interinamente Aida Zulema Flores Peña.
Y no sorprendería a nadie que fuese el elegido.
A otros que también deben de haberles llamado pero de la Secretaría General de gobierno del Estado es a los alcaldes de Tampico, Madero y Altamira. El motivo, pedirles que olvidaran las diferencias personales y que conjuntamente celebren las fiestas de la Virgen del Carmen que pretendían realizar por separado.
En respuesta a la presumible invitación, Magdalena Peraza Guerra, Alma Laura Amparan Cruz y Andrés Zorrilla Moreno, no tuvieron más remedio que aprestarse a organizar y a conmemorar unidos a la patrona de los pescadores.
Para finalizar, medio en serio y medio en broma hay quienes coinciden en que en las pasadas elecciones de gobernadores y presidentes municipales quedó plenamente demostrado que los institutos electorales son el cuarto sector del PRI.
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