Un buen número de victorenses aplaudió la acción del SAT al dejar fuera de servicio, aunque fuera parcialmente, los estacionómetros en la capital tamaulipeca.
Recordemos que el pasado miércoles los parquímetros propiedad del exdiputado federal, SALOMÓN ROSAS RAMÍREZ, fueron inmovilizados por violación a los lineamientos hacendarios, no expedían factura y que sus recibos no cumplían con los requisitos fiscales.
Hoy se cumplen los tres días que la empresa Victoria Meters tiene para poner en orden con el fisco la situación de los parquímetros en la capital tamaulipeca, luego de que fueron clausurados.
Pero es fin de semana, tendrá que ser el lunes próximo el día en que se pongan en movimiento, claro, si arreglan su situación, así es que los victorenses podremos utilizar con libertad nuestras calles dos días más sin pagar ningún cinco a SALOMÓN ROSAS, dueño de los parquímetros, justicia divina.
Para que los de Victoria Meters sientan lo que sienten los victorenses cuando, aparte de cobrar el parquímetro, les inmovilizan el coche con las dichosas arañas por exceder el tiempo.
El que la gente aplauda que se clausuraran los parquímetros y se sancionara a los dueños de los artefactos, no quiere decir que la ciudadanía esté en contra del orden, progreso y modernidad de la capital, pero el abuso cansa.
Se sabe que las ciudades prósperas tienen bien establecido un sistema de estacionómetros, pero las calles no están concesionadas a particulares, son los propios ayuntamientos los administradores y operadores de los parquímetros y así debería ser también en Victoria.
En otras ciudades, además que no son de particulares se rigen con horarios bien establecidos por lo general son de 8 de la mañana a 5 de la tarde, de lunes a sábado, para que así quienes vivan cerca o tienen sus negocios en el perímetro puedan también hacer uso de los espacios.
En la capital tamaulipeca ya van casi nueve años de que SALOMÓN ROSAS se lleva alrededor de un millón de pesos mensuales por el cobro de los parquímetros, ya lucró bastante bajo la protección de las autoridades del pasado, ahora es justo pague y si es posible se le cancele la concesión o se le enajene el bien.
Guardando las proporciones, la autoridad debería hacer lo que hizo LÁZARO CÁRDENAS DEL RÍO con la maquinaria petrolera o PORFIRIO DÍAZ con las vías férreas que los gringos tenían en suelo y aguas de nuestro país.
Enajenaron los bienes, expropiaron la maquinaria y buques petroleros en la administración de LÁZARO CáRDENAS DEL RÍO, y las vías de ferrocarril con PORFIRIO DÍAZ pasaron a ser patrimonio de la nación.
Pues lo mismo debería de suceder con los dichosos parquímetros que están ubicados en las calles de mayor tráfico vehicular de la capital tamaulipeca, que se enajenen y pasen a ser propiedad del municipio.
Hasta se marcaría un precedente para la historia, que se expropien los parquímetros a la empresa para que pasaran a ser parte del patrimonio municipal, no es justo que particulares, personajes que ni siquiera son de esta ciudad lucren con nuestras calles.
Son ya casi nueve años que se le entregó la concesión de los parquímetros a SALOMÓN ROSAS por así convenir a los intereses de RICARDO GAMUNDI y EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES y si recaudan aproximadamente un millón de pesos mensualmente estamos hablando que se han llenado casi íntegros 108 millones.
Decimos que casi íntegro porque resultó que aparte de entregar el sólo 30 por ciento al municipio evadían sus responsabilidades fiscales.
Cierto es que fue en la administración de ARTURO DIEZ GUTIÉRREZ cuando se otorgó la concesión, pero, sin quitarle culpa al alcalde en cuestión, él y los diputados que aprobaron sin chistar la instalación de los parquímetros sólo fueron el instrumento para cubrir los requisitos de ley, obedecieron la instrucción del gobernador en turno que atendía la petición de su asesor principal y operador político RICARDO GAMUNDI.
Otra verdad es que los parquímetros si traen orden y hasta son factor de economía y administración de tiempo, incluso para quienes utilizan los estacionómetros porque sólo se paga el tiempo que se utilizan, resultan más económicos que el pago de estacionamientos en predios.
En fin, la situación es que el pueblo aplaudió la clausura, aunque fuera temporal, de los parquímetros en victoria, le llamaron justicia divina el que la empresa de los estacionómetros tenga que ser sancionada, pero definitivamente se aplaudiría más, se haría más justicia si fueran enajenados, que pasarán a ser propiedad del municipio.
Que sirvan no sólo para dar orden y plusvalía a la ciudad, sino para que lo recaudado sea para obras y servicios de beneficio común.
Definitivamente ciudad Victoria no sólo debe ser la capital, debe parecer la gran capital, no podemos quedarnos estacionados sin progreso, razón por la que los parquímetros, claro, sin SALOMÓN ROSAS Y GAMUNDI, son un mal necesario.