Ninguno de los partidos atiende cabalmente sus postulados y principios
La falta de cultura cívica en materia partidaria, es culpa de los políticos
Dirigente priista no atina cómo detener el futurismo, con miras al 2018
Central obrera perderá más posiciones por atentar contra trabajadores
El sistema de partidos que opera en nuestro país muestra las tendencias político-ideológicas más diversas.
Pero igual evidencia fracturas interinstitucionales de gravedad por la disputa de espacios entre sus grupos internos, que sólo de dientes hacia afuera atienden los postulados y principios de cada membrete.
La representación de la derecha (radical y moderada), corre a cargo del Partido Acción Nacional (PAN); la vertiente del centro es abanderada por el Revolucionario Institucional (PRI); y la expresión de izquierda, con variados matices, la encabezan el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Se supone que el Partido del Trabajo (PT) se alinea con la izquierda como en ocasiones lo hace el Movimiento Ciudadano (PMC); mientras el Verde Ecologista de México (PVEM), Nueva Alianza (Panal) y Encuentro Social (PES) propenden hacia el centro.
Igual se supone que los nueve partidos– registrados ante el Instituto Nacional Electoral (INE)–, tal como lo establece la reglamentación oficial tienen la obligación de difundir puntualmente sus perfiles.
Esto a fin que los militantes y ciudadanos (en general) conozcan los documentos básicos de cada membrete –al que están involucrados o es de sus simpatías–, pues ello permitiría enriquecer la cultura cívica y, por supuesto, acabar con el lastre que genera el analfabetismo político, que, lamentablemente, crece al mismo ritmo en que se preparan las nuevas generaciones de los individuos que aspiran al poder.
Obligación desatendida
En estricto apego a la legalidad, los partidos políticos deben impulsar la democracia hacia el interior como en el quehacer público, garantizar las libertades, animar la pluralidad, configurar un estado más justo y equitativo, promover el desarrollo, brindar posibilidades de expresión y participación a la gente, garantizar el empleo, la salud, seguridad, etcétera.
Los distinguen las estrategias y tácticas utilizadas para arribar al poder o conservarlo, y, desde luego, el segmento de la sociedad por el cual han decidido tomar parte y cuyos intereses dicen defender.
Así, un partido que se inclina a favor de los grupos privilegiados y defiende la propiedad privada, la libre competencia del capital y la explotación de la mano de obra, puede ser tipificado como de derecha.
En contraparte, las organizaciones que se identifican con los trabajadores, la propiedad pública y buscan mejorar las condiciones de vida de las grandes mayorías, estarían considerados en el ala izquierda.
El llamado centro, o justo medio, se supone que retoma los modelos de uno y otro bando para así tratar de mantener el equilibrio; acepta la existencia
de un régimen de economía mixta y, por supuesto, justifica la lógica empresarial y dinámica del mercado, pero busca que haya una adecuada repartición de la riqueza que genera toda actividad económica bien conducida.
En general, éste es el esquema en el que los partidos enmarcan su origen y funcionamiento.
Por supuesto que no hay fórmulas ni reglas que se sigan al pie de la letra.
La coincidencia y característica en todo caso, es que los partidos en nuestro tiempo son flexibles y pragmáticos.
Buscan el éxito a como dé lugar, sin importar ideología o principios.
Lo que sirve y es útil a la causa resulta bienvenido.
De ahí que las actitudes, valores e ideología pasen a un segundo o tercer plano.
Poco importa el debate y la contraposición de proyectos.
Más bien se privilegia la imagen y la personalidad de sus dirigentes y en algunos casos de sus cuadros más destacados.
Bajo esta tesitura, es común observar en las coyunturas electorales cómo los políticos, los líderes sociales y de opinión, brincan de un bando a otro por la inercia de la jugada y con el ánimo del triunfo.
Escenario atroz
Ésta es la triste situación de los nueve partidos que en 2018 participarán en el proceso comicial para elegir Presidente de la República, senadores (128) y diputados federales (500).
Además, en algunas entidades, elegirán gobernador, ayuntamientos y congresos locales.
Como fuere hacia el interior de éstos partidos sucumben la mística y la vocación de servicio.
Y es que, lo que motiva a quienes estos membretes usufructúan, es mantenerse vigentes y conservar el poder o acceder a éste a como dé lugar.
Principios, valores, ideología… ¿qué es eso?
Ya ve usted que nada importan, como claramente se observa con la propuesta de establecer alianzas ocasionales.
Emigración de cuadros
Otro de los aspectos insoslayables en la tempranera disputa por arribar o conservar el poder, es la confusión que se genera entre la ciudadanía.
Existen choques frecuentes hacia el interior de los partidos que no han logrado superarse, hasta el grado de que sus cuadros, al ver tanto sainete, emigran hacia la competencia.
Primordialmente hacia Morena, en esta ocasión.
Sin embargo el hecho no es insólito, ya que durante décadas así ha ocurrido, como claramente lo registra la historia, que da cuenta de que el grueso de los militantes golondrinos han solicitado su alta en membretes a los que otrora tanto descalificaron.
Algunos de ellos, por cierto, le han provocado sentidas incisiones no sólo al PRI y PAN, sino también al PRD y a la mentada ‘chiquillada’.
Los que esta vez han abandonado los barcos albiceleste y tricolor lo han hecho esgrimiendo una serie de justificaciones, que, hasta eso, son harto creíbles, como las que enseguida enumero:
a) Los espacios se limitaron;
b) Se privilegia las cargadas, el corporativismo y la imposición;
c) Más que impulsar la vida de una organización moderna y de nuevo tipo, se permite que resurjan decisiones autoritarias, como es la disciplina a ultranza y un renovado caciquismo político que asfixia todo intento democrático.
También, hay que decirlo, es difícil creer que todos los notables del albiceleste como del tricolor, que hoy reniegan de sus partidos y se han echado en manos de Morena, lo hagan en defensa de sus principios, ya que hay otros motivos de fondo.
Lo que ocurre, es así expresan su intereses personales y de grupos o facciones.
Esto ya lo sabe la ciudadanía.
Sobre todo porque es difícil entender la mescolanza de grupos, aun cuando todos naveguen hacia un mismo puerto.
En consecuencia, de cara al proceso electoral que habrá de abrirse en septiembre próximo, los militantes partidistas argumentan que actúan revueltos porque no vislumbran proyectos tangibles, aunque en el fondo sólo ellos estén convencidos de su actuación.
Futurismo priista
El llamado de Enrique Ochoa Reza para no hacer futurismo, de ningún modo es atendido por quienes aspiran a las candidaturas presidencial y legislativas del PRI, que a partir de la segunda semana de septiembre se pondrían en juego (oficialmente), tras la instalación del Instituto Nacional
Electoral (INE) como organismo rector del proceso comicial del 2018.
Y menos, cuando en su artimaña los involucrados recurren a una de las sentencias públicas –‘al que madruga Dios lo ayuda’–, para justificar cuanto hacen en aras de alcanzar el posicionamiento político que pueda ubicarlos en los primeros lugares de las encuestas, que, como usted ya lo sabe, se vienen levantando desde meses.
Sin embargo hay bisoños de la política que por su inexperiencia se van de bruces, al hacer suyo el pronunciamiento del dirigente nacional priista, cuando está visto que en el juego participan viejos lobos de mar –quizás tras bambalinas, pero lo hacen–, elucubrando escenarios o promoviendo actores afines a sus propios proyectos ¿de mayor envergadura?, sin que al menos por el momento nada les importe lo que establezca su guía, por saber que las nominaciones se conceden 1) vía negociaciones ó 2) merced a su posicionamiento logrado en los sondeos de opinión (que serían los candidatos
naturales).
Por otra parte sé muy bien que hay aspirantes que no se placearían sin contar con el permiso del jefe político nacional –sobre todos quienes le deben estar agradecidos por chambear en la administración pública o en el PRI–, pues en caso contrario estarían traicionando su confianza.
Creo que éste sería el caso de la mayoría de quienes pretenden las candidaturas al Senado y al Palacio Legislativo de San Lázaro, al menos aquí en Tamaulipas.
Las identidades en este caso salen sobrando, pues el razonamiento que me ocupa es dejar en claro que con el pronunciamiento de Enrique Ochoa Reza, sin él y a pesar de él, la mentada gran familia revolucionaria mantiene, hoy, su rejuego futurista en toda la entidad.
Tan es así, que no aminoran las especulaciones mediáticas sobre el tema alentadas precisamente por quienes creen tener posibilidades (y se lo comento con pleno conocimiento de causa), a través de filtraciones en la prensa o revelaciones top secret; charlas de café, mentideros políticos, cofradías y en los corrillos palaciegos (estatales y municipales).
Por tanto, el llamado del dirigente a privilegiar primero al PRI, antes de manifestar toda aspiración política, en realidad no se atiende (al pie de la letra) –aunque sí se entiende su deber de apaciguar a los ‘acelerados’–, como se confirma con la promoción (poco) abierta y (más) encubierta, de los aspirantes en los (ahora) nueve distritos.
Basta observar la mutación de los pretendientes que, de la noche a la mañana, se han convertido en amigos de Juan pueblo; y en la calle ya saludan hasta de mano a los ciudadanos, que en el otrora ejercicio de su quehacer político-administrativo, poco se dignaron ver; y menos a oírlos simplemente, pues escucharlos sería demasiado pedir.
¿Acaso miento?
El ‘dedazo’
Hay cretinos que pretenden darles lecciones de política a los políticos, en su banal tentativa de madrugarles las candidaturas al Senado y las diputaciones federales –que, admítase o no, ya están en juego–, como si éstas tocara decidirlas a sus padrinos y/o parentela enquistada en el poder, pues no han tomado en cuenta que el señor de Los Pinos ahora requiere, en el cierre de su gestión, más que recomendados, políticos profesionales en el quehacer legislativo, pues en ellos habrían de cuidar su salida.
Hasta el momento, según se observa, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) priista no ha abordado el tema directamente –sólo habla de ganar el proceso que viene–, por lo que resulta necesario que él se aplique para cruzar información con los jefes políticos de cada entidad (hablo de los priistas), a fin de establecer mecanismos neutrales, para así lograr una auténtica medición de perfiles garantes de triunfo.
De buena fuente, sé que el alto mando tricolor ha contratado ya los servicios de empresas que dicen ser las más acertadas en las encuestas, en su propósito de tener un panorama más amplio (sobre el posicionamiento de los actores que aparecen en la palestra) en torno al marco electoral.
Y lo digo con pleno conocimiento de causa (a menos que mi antena falle ésta vez), pues a la vista he tenido (¿supuestas?) mediciones, que, en nada, favorecen al tricolor por ahora en los nueve distritos electorales, aunque para ser honestos, la actuación de los legisladores que están de salida podría en mucho variar los momios, que son simples fotografías del momento.
Siempre ha ocurrido así.
Sin embargo, hay la percepción de que el PRI perdería ‘si hoy fuera la jornada comicial’, todas las posiciones, ante la crispación de un pueblo que se ve agredido por la nula adquisición de la canasta básica merced a tan patéticos salarios y las tarifas que (nos) cobra la Comisión Federal de Electricidad (CFE); los precios del gas y las gasolinas; los impuestos, que recauda el Servicio de Administración Tributaria (SAT); la inseguridad y lo peor, la falta de empleos.
Todo esto, seguramente, está en la agenda del Presidente.
De ahí que advierta que, en el proceso electoral que inicia en tres meses más/menos –con la instalación del Instituto Federal Electoral (INE)– varíe la conducta de los aspirantes, so pena de que el dirigente tricolor aplique un plan más rudo para hacerlos entender que, por salud del propio sistema presidencial, hay que postular a los mejores políticos, trátese de mujeres o varones, para ganar las posiciones en juego.
Al tiempo…
Golpe a hambreadores
Los ganaderos de Tamaulipas que en el pasado tanto se enriquecieron, podrían empezar a pagar las consecuencias de haber especulado con los precios de sus productos durante los últimos meses, pues la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) ya aprobó nuevas solicitudes para la importación de carne deshuesada de bovinos provenientes de la Unión Americana.
En lo sucesivo, los precios de la carne en canal podrían ir a la baja, so pena de que el mercado se niegue a consumir el producto nacional por ser caro y de dudosa calidad.
Central en crisis
El hecho de que el sector obrero del PRI sea el que menos candidatos aporte en el proceso electoral que viene, ofrecería la lectura de que sus dirigentes ya carecen de fuerza política y reconocimiento oficial.
Esa misma razón es suficiente para que miles de asalariados tamaulipecos ya piensen desprenderse del mal tutelaje de la Confederación de Trabajadores de México (CTE) para engrosar las filas de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), o, en su defecto, afiliarse a la Federación de Organizaciones Sindicales de Tamaulipas (FOST), pues no están dispuestos a tolerar más el cacicazgo gremial.
Incluso la figura del cacique se nota más devaluada cuando en toda la geografía estatal suman decenas de miles los obreros que perciben salarios de hambre; jornales miserables que resultan insuficientes para cubrir al menos la canasta básica, y ofensivos cuando se comparan con los sueldos que se pagan en otras entidades.
En un análisis entregado a este columnista, se dice que a los tamaulipecos que conforman la población económicamente activa, anualmente se suman tres mil 600 solicitantes de empleo, estrellándose contra una exigua oferta que ahonda la tragedia de miles de familias sin ingresos, y agigantan, a la vez, la pléyade de delincuentes que para sobrevivir recurren a las actividades ilícitas.
Por si fuera poco, la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor revela que el salario ya perdió el 40 por ciento de su poder adquisitivo; y en lo que va de este año el porcentaje aumenta considerablemente, mientras los incrementos a los productos básicos se ha disparado en forma indiscriminada. Sobre todo en los productos de la canasta básica, poniendo en grave peligro la sobrevivencia de los trabajadores.
Osorio Chong
Durante sus visitas a Tamaulipas, Miguel Ángel Osorio Chong no ha dado señales de estar interesado en el proceso electoral del 2018 –cierto–, pues el único rubro que le ocupa al menos por el momento es la inseguridad pública, según se observa públicamente.
Y eso que (por su investidura propia), obligado está a involucrarse en el tema del relevo sexenal.
Quizá, en lo corto, el secretario de Gobernación trate éste asunto con sus más allegados. Pero tal vez no ¿aún por considerarlo prematuro?, pese al acelere que exhiben los interesados en alcanzar la nominación.
Y más cuando el PRI vive una etapa de renovación en su estructura dirigente, que no involucra, quién sabe por qué, al sector obrero, siendo que, en la Federación, hay la clara amenaza de crucificar a todos y cada uno de los dirigentes ‘charros’ que tanto han abusado de sus ‘ovejas’.
En cuanto a la decisión sobre su probable postulación, la costumbre de Osorio Chong ha sido poner oídos sordos.
Sin embargo, hay entre los aspirantes que dicen más identificarse con el señor de Los Pinos, quienes han dado en propalar que, en esta ocasión, el alto mando tricolor no permitirá al titular de Gobernación meter la mano en la selección de candidatos.
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