Ayer, durante una conversación telefónica, el diputado federal tamaulipeco Marco Antonio Bernal Gutiérrez habló de su relación política con el ex gobernador Egidio Torre Cantú en los siguientes términos: “No nos une una gran amistad que digamos, mi trato con él fue cuando era gobernador, pero lo que sí te digo es que el PRI en Tamaulipas tiene que cambiar”.
La charla con el legislador matamorense, pieza importante en la reforma energética, se enfocó en un inicio en torno a las aspiraciones del último gobernador de la era priísta, mismo que ahora busca convertirse en senador de la república por el tricolor.
—Tiene todo su derecho a participar, me expresó Bernal, aunque ahora es demasiado prematuro hablar sobre ese tema, y tendríamos que esperar para ver si existen los necesarios consensos. En mi opinión, no hay que adelantar vísperas sobre batallas que aún no están sucediendo.
Como alter ego del beltronismo en Tamaulipas, Marco respondió también a nuestros cuestionamientos en torno al actual clima de efervescencia política que se vive hacia el interior del priísmo nacional, donde un grupo muy representativo de militantes están pidiendo que la designación de la candidatura del PRI a la presidencia sea por consulta, y no por dedazo. Justo en esa corriente, se inscribe la postura del jefe de Bernal, el sonorense Beltrones.
—¿Apoyarás a Manlio, en relación a la decisión que tome, posterior a la XXII asamblea nacional del PRI, donde se buscará cortarle el dedo político al presidente Peña Nieto?
—Mira, creo que se están ahogando en un vaso de agua. A mí me parece que están planteando una posición, y la obligación de la dirigencia es escucharlos. En relación a mi relación con Manlio, él es mi amigo, y lo va a seguir siendo siempre, tanto en las duras como en las maduras.
—¿Eso quiere decir que lo respaldarás aun en caso de que se vaya por la libre, y le dé la espalda al dedazo presidencial? “No, no, no, yo sólo estoy aclarando que es mi amigo, pero todo dependerá de lo que se decida en su momento. No te puedo hablar de cosas que aún no ocurren”, concluyó.
Hasta aquí la entrevista con el psicólogo, dos veces aspirante a la gubernatura en Tamaulipas. Marco afirma que no tiene una gran amistad con ETC, aunque en su momento el entonces mandatario estatal le organizó un evento de lujo en el centro cultural “Amalia G. de Castillo Ledón, con motivo de la agenda energética en el estado, un acto público donde MB fue la estrellita de cara a la designación del abanderado del PRI a la gubernatura en el 2016.
Bernal y Egidio vivían su luna de miel.
En ese entonces Egidio le cedió a Marco todos los reflectores. Aunque posteriormente la relación entre ambos se enfrió, cuando ETC prefirió apoyar con todo al prestigiado abogado Alejandro Etienne Llano, como su gallo para la grande en el estado.
Hoy, cuando las turbulencias del 2018 en la entidad empiezan a cobrar forma, lasdeclaraciones de Bernal sobre Egidio Torre suenan a abierta rivalidad, pues MB podría aspirar nuevamente al Senado, tomando en cuenta que aún tiene la esperanza de buscar la gubernatura en el lejano 2022. Los actuales pataleos del grupo beltronista y sus presiones contra el Presidente Peña, probablemente lo reciclen pluri en el Senado de la República, o bien decida por fin ir a la guerra: un escaño de mayoría.
Por lo pronto, Bernal Gutiérrez, dice seguir vigente en el estado.
—A ti se te sigue ubicando como un político del centro, le dije en el momento de la llamada telefónica. Y su respuesta fue:
“Ahorita sí ando en el DF, pero yo estoy mucho tiempo allá con ustedes. Acabo de llegar de ahí, y mi agenda se ubica en Tamaulipas”.
¿De qué privilegios goza Calderón, arropado por el Estado Mayor?
Pues nada que se le apareció el juicio de la historia al ex presidente Felipe Calderón durante una conferencia en Cancún, misma que forma parte de su protagonismo pre electoral para apoyar la candidatura presidencial de Margarita. Un grupo de manifestantes lo encararon en el evento y le lanzaron calificativos de asesino, aludiendo a la masacre en que quedó convertido su sexenio sanguinolento al final de su mandato.
Pero, lo que más llamó la atención, fue que elementos del Estado Mayor Presidencial que lo custodiaban, sacaran a empujones a los manifestantes.
Habría que preguntarle al gobierno de Peña Nieto, por qué FCH sigue contando con este tipo de privilegios. Esto sólo sucede en un país como el nuestro, donde las mayorías se encuentran indefensas ante la inseguridad, mientras los políticos viven como príncipes, disfrutando de escoltas oficiales, y de pensiones vitalicias.